domingo, 17 de enero de 2016

Palomares, 50 años después

MADRID.- El 17 de enero de 1966 dos aviones estadounidenses B52 realizaban operaciones de recarga de combustible en pleno vuelo y chocaron accidentalmente y, como resultado, cuatro bombas termonucleares de las Fuerzas Armadas estadounidenses cayeron en el sur de España, en Palomares (Almería).

Las bombas, 75 veces más destructivas que las de Hiroshima no provocaron una explosión nuclear, ya que una de ellas no explotó y se recuperó, otra que cayó al mar provocó una operación masiva de búsqueda y las otras dos se rompieron y contaminaron la zona, en un contexto de Guerra Fría, en el que según Rafael Moreno, un autor de un libro sobre esta cuestión, España jugó un papel importante en la vigilancia de Estados Unidos a la Unión Soviética y que el jefe del Estado Francisco Franco era consciente de que podía ser objetivo de ataque nuclear por parte de los rusos.
Este escenario, que dio lugar a una famosa fotografía de la época en la que el entonces ministro de Turismo Manuel Fraga se bañaba en la playa cercana a esta pedanía almeriense, ha sido un punto en la agenda bilateral de ambos países en este medio siglo, aunque hasta el 2004 las negociaciones para dar una solución a la contaminación de la zona no comenzaron a avanzar con pasos firmes.
El Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT), heredero de la entonces Junta de Energía Nuclear, caracterizó la contaminación de la zona y determinó que medio kilo de plutonio afectaba a una extensión de 40 hectáreas. En el 2004, el entonces director del CIEMAT Juan Antonio Rubio «agilizó» las investigaciones.
El Gobierno adquirió los terrenos cuando comenzaron a moverse tierras afectadas por intereses agrícolas o urbanísticos. Entonces, comenzaron a vallar los terrenos, una tarea que no concluyó hasta el 2010, según asegura Ecologistas en Acción.
La directora de Medio Ambiente del CIEMAT, Yolanda Benito, ha asegurado que la cuestión «siempre» ha sido importante para la institución, que ha dedicado «muchos recursos» humanos y económicos a lograr una «solución final» y cree que en los últimos años se han dado pasos muy importantes para conseguirlo.
Entre esos pasos del Gobierno español y de las ONG ambientales nunca ha dejado de figurar el objetivo de que Estados Unidos se lleve a su país para su almacenamiento seguro la tierra contaminada con plutonio, puesto que España no cuenta de ningún sistema para confinar de forma segura estos residuos.
Los avances bilaterales se dieron entre la exministra de Exteriores Trinidad Jiménez y la secretaria de Estado de Estados Unidos Hillary Clinton, que en una reunión en Washington en enero del 2011 hablaron del asunto, aunque la representante española no arrancó un compromiso norteamericano para hacerse cargo de los residuos aunque sí se acordó enviar una delegación técnica a España para conocer el proyecto de limpieza del CIEMAT (Proyecto Indalo) y visitar los terrenos afectados.
En febrero del 2011 una delegación estadounidense visitó Palomares y dio el visto bueno al plan de Investigación Medioambiental de vigilancia radiológica encargado en el 2006 al CIEMAT por ambos países. Pese a los años transcurridos, Benito ha afirmado que no ha habido inacción por parte de ninguno de los dos países porque el problema «nunca se ha dejado morir», al tiempo que ha asegurado que no ha existido riesgo de contaminación radiológica de la población.
En el 2012, el nuevo ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo, declaró que tenía «garantías» de que Estados Unidos se comprometerá a llevarse la tierra contaminada a su país, y de acuerdo con un documento del Departamento de Energía norteamericano de septiembre de 2015, el lugar para ello podría ser el desierto de Nevada.
De acuerdo con esto, este Sitio de Seguridad Nacional de Nevada está «considerando» una evaluación ambiental sobre la cobertura para su almacenaje y posterior transporte de los residuos de baja intensidad de Palomares, hasta el almacén de residuos de Nevada. Sin embargo, el departamento estadounidense señala que esta propuesta está aún en una «etapa temprana de consideración» y que no se ha tomado aún una determinación formal. Según la planificación estadounidense, el proyecto de traslado y almacenaje oscilaría entre 12 y 24 meses.
A mediados del mes de octubre del 2015, el secretario de Estado estadounidense John Kerry viajó a Madrid y finalmente se firmó un Memorandum de entendimiento que supone más una voluntad de intenciones que un compromiso real por parte norteamericana de llevarse finalmente los residuos. El documento tiene un carácter voluntario y cualquiera de las partes puede desdecirse sin consecuencias, por lo que las ONG han valorado el gesto como un «avance positivo» pero advierten de que en cualquier momento puede ser «papel mojado».
En tanto, las ONG, principalmente Ecologistas en Acción y Greenpeace, no han dejado de reclamar una solución para la zona, que pase por la retirada de estos residuos de plutonio y la limpieza y rehabilitación de Palomares.
De este modo, Ecologistas en Acción presentó una denuncia por vía penal en la que denunciaba tanto al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), el CIEMAT como a representantes de los distintos gobiernos de España por inacción en esta cuestión y permitir que la radiactividad haya permanecido en un «cementerio al aire libre y con fácil acceso».
Esta misma semana se ha conocido que la Fiscalía General del Estado ha archivado la investigación al no ver indicios de inacción en la Administración.
En definitiva, 50 años después, el plutonio, cuya actividad dura miles de años, sigue manchando 40 hectáreas en Almería sin que se haya logrado un compromiso definitivo con un plan de acción en una fecha concreta y en un futuro próximo para poner punto final a uno de los episodios de la historia reciente de España y de uno de los accidentes nucleares principales en el marco de la Guerra Fría.

Los ecologistas piden explicaciones a EE UU y España por Palomares

MADRID.- Los ecologistas y los científicos consideran que no se ha dicho toda la verdad sobre el accidente de Palomares. Hoy se cumplen cincuenta años de la colisión de dos aviones militares de Estados Unidos que sobrevolaban la localidad almeriense. Dos de las cuatro bombas nucleares que transportaba uno de los aparatos explotaron al chocar contra el suelo y liberaron parte del plutonio y americio contenían. 

En su día se retiraron 1.400 toneladas de tierra contaminada que se llevaron al cementerio nuclear de Savannah River (EE UU). Sin embargo, se calcula que quedaron esparcidos unos tres kilos de plutonio altamente contaminante, polvo que el viento arrastra através de vallado de la zona del siniestro.
«Si la contaminación no tiene caducidad, tampoco debe tenerla la responsabilidad», apuntó Raquel Montón, responsable de la campaña nuclear de Greenpeace, porque el principio de quien contamina paga «debe hacerse valer frente a las instituciones de los EE UU». Además, la activista pidió que la «transparencia debe estar presente en las actuaciones de las instituciones españolas».
A finales de los 80, Palomares vivió un boom agrícola, turístico y urbanístico. Esto dió lugar a movimientos de terrenos radiológicamente contaminados. D 2000 a 2010 se trabajó en planes de investigación y rehabilitación, para lo que se ocuparon 40 hectáreas que en la actualidad están valladas. «El desarrollo económico destapó el esfuerzo propagandístico del famoso baño de Fraga por negar la contaminación radiactiva en Palomares. Los residuos radiactivos que se producen no desaparecen jamás por muchos baños, almacenamientos o planes que hagamos», denunció Raquel Montón.
Actualmente hay zonas contaminadas fuera del vallado que no están indicadas. La justificación, según las fuentes oficiales, es que no existe riesgo real para la población o el medio ambiente, «pero este punto no está claro», recoge Greenpeace. La organización ecologista también destaca la incertidumbre sobre la financiación y la responsabilidad para realizar las labores de limpieza y vigilancia.
Según la ONG, para la Comisión Europea, es de gran importancia la cooperación del Gobierno de los Estados Unidos con España para superar las consecuencias socioeconómicas del desastre. El memorándum de entendimiento firmado el lunes 19 de octubre de 2015 por el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, y su homólogo en España, José Manuel García-Margallo, «no tiene validez jurídica». 
Esto es, a juicio de la organización ecologista, porque los participantes acuerdan negociar e intentar llegar a un acuerdo futuro, condicionado a la existencia de fondos y sabiendo que no tienen ninguna obligación legal de cumplirlo y que pueden cancelarlo de manera unilateral cuando quieran.

El pueblo quiere pactos / Ramón Cotarelo *

Así lo dice El País, que ha mandado a los de Metroscopia por los campos de España, como missi dominici, a preguntar su opinión a los ciudadanos súbditos de Felipe VI.

La situación en el reino se ha invertido, como ya señalamos en su día: ahora hay un gobierno fuerte en Cataluña, con mayoría absoluta y el gobierno de España está en funciones, mientras se aclara el turbio panorama que dejaron las elecciones del 20D .

Según tradición parlmentaria corresponde al partido más votado tantear sus posibilidades en primer lugar. A Rajoy le parece injusto negociar cuando está claro que debe gobernar el partido más votado, el suyo. Se le antoja de sentido común. Lo otro, coaliciones que son un fraude. No está mal para dicho por alguien que estuvo cuatro años gobernando fraudulentamente pues lo hizo en contra del programa por el que los ciudadanos-súbditos le habían votado. Por desgracia, eso del "partido más votado" no significa nada en democracia parlamentaria en donde gobierna quien tiene más diputados que, no se olvide, también significa más votos, sumados.

Todos los pactos posibles parecen ser imposibles. El de la gran coalición ha sido desechado por el PSOE y también el tripartito estilo búnker. Queda el pacto de la izquierda, ese que Rajoy juzga contra natura. Es término dentro de un orden: todo el mundo sabe que la izquierda está siempre yendo contra la naturaleza y el orden cósmico. Es gente rarísima: siempre quieren cosas antinaturales: divorciarse, abortar, casarse con alguien del mismo sexo o de ninguno, y hasta quieren que los hombres dejen de maltratar a las mujeres. Es gente rara, sí. Pero la coalición no es dificil por cuestiones naturales sino políticas y aritméticas. Podemos propugna un referéndum de autodeterminación en Cataluña del que el PSOE no quiere ni oír hablar hasta el punto de que su defensa implica romper toda posibilidad de diálogo. Si este asunto no se resuelve, no puede haber pacto de izquierdas. Los otros posibles no servirían para nada sin los 90 y/o 42 de Podemos más los 27 de las franquicias. Tampoco merece la pena considerar un gobierno en minoría del PP con apoyo del PSOE. Esa es la peor posibilidad para el PSOE, peor, seguramente, que acudir a elecciones.

Evitar las nuevas elecciones, parece ser el mensaje popular. Que contradice los intereses de todos los partidos. Todos aspiran a mejorar sus resultados, excepto el PSOE. Lógico que todos quieran las elecciones excepto, claro, el PSOE y eso aunque los resultados previstos serían más o menos similares a los actuales.

Los catalanes han evitado las elecciones nuevas. No está nada claro que vaya a suceder lo mismo en el Estado. La composición de gobierno es mucho más difícil porque son más de dos polos en juego.

En realidad, si no hay una conciencia de elecciones nuevas en España es por la sospecha generalizada de que, digan lo que digan los sondeos, el partido que aparezca como rompedor de los pactos, tendrá castigo en las urnas. 
El referéndum catalán se hará
Ese referéndum que debió haberse celebrado hace años tropezó con la intransigencia centralista de la oligarquía española, apoyada en esto (al igual que en otras cuestiones, como la monarquía) por el PSOE. Este está animado del mismo espíritu centralista pero disfrazado de jacobinismo, como si tal cosa fuera más progresista que la negativa de la derecha caciquil y nacionalcatólica a reconocer el caracter nacional de los territorios que lo tienen.

Ese referéndum que está siendo caballo de batalla en la esfera pública española y, sobre todo, en las perspectivas para un gobierno de coalición PSOE y Podemos. El referéndum, que Podemos, con notable, aunque tardía clarividencia, defiende, es considerado por el PSOE como impedimento absoluto para pactar nada. Se entiende está obsesión por el temor a perder votos en España. Los socialistas llevan ya muchos perdidos desde las elecciones de 2008 y, quizá por eso, actúa con esa contundencia de nacionalismo español.

Pero esto es un error garrafal y el PSOE no está para andar cometiendo muchos. No es verdad (o ya no es verdad) que un referéndum y su inevitible explotación demagógica del PP a través del España se rompe reste votos en España. Los tiempos han cambiado bastante; el electorado español probablemente ya no responde al patrón, siempre imaginado por la oligarquía y el clero, de gente simple, supersticiosa, cerradamente católica, firme sostén del trono y el altar. Cabe hacer pedagogía del derecho de autodeterminación en España. Lo ha demostrado Podemos y, si hay elecciones anticipadas, lo demostrará más.

Carles Puigdemont prevé un referéndum catalán sobre la nueva Constitución de la República catalana. El referéndum está en boca de todos y  todos sabemos que, al final, habrá que hacerlo. Quizá si Pedro Sánchez reflexiona un poco sobre el asunto, se libra del aliento centralista de Rubalcaba y repara en que solo se oponen al referéndum los sectores más arraigados, corruptos y caciquiles de la derecha española y los cuadros, dirigentes y apparatchiquis del socialismo, pueda replantear el asunto con una mentalidad algo más moderna.

Sería un buen momento para rectificar tanta baladronada de la más casposa gran nación española.
(*) Catedrático emérito de Ciencia Política en la UNED