lunes, 27 de enero de 2014

Entre el optimismo en EE UU y la prudencia en Europa / Francisco Poveda *

Hay optimismo entre el 75% de los inversores internacionales sobre las perspectivas de la economía global y, especialmente, en la eurozona aunque luego la gran mayoría se incline antes por Estados Unidos (29%) y el Japón. Porque un 48% tiene incluso expectativas de beneficio. De hecho, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) acaba de pronosticar para 2014 un incremento rápido de la demanda de petróleo. Pero como contraste, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) acaba de revelar que el desempleo mundial era a diciembre de 2012 del 6% de la población activa, unos 200 millones de personas, de las que más de 60 se lo debían a la crisis económica global.

El reciente informe de la ONU sobre la coyuntura económica internacional ve el fin de la recesión en la eurozona, el crecimiento en EE UU, una desaceleración detenida entre los países emergentes y una aceleración del crecimiento en América Latina y África. Pronostica un crecimiento del PIB global del 3% este año y del 3,3% en 2015. Y eso que la Organización Mundial del Comercio (OMC) ha urgido esta semana a aplicar sus recientes acuerdos de Bali para liberalizar cuanto antes las transacciones de servicios y mercancias, reduciendo las subvenciones agrícolas, con exención creciente de aranceles a países en desarrollo y aligerando la burocracia aduanera.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) es más prudente que la ONU en sus apreciaciones económicas pese a considerar unos riesgos globales a la baja y un pronóstico de crecimiento del 3, 3,7 y 3,9% hasta 2015.  A su juicio, el sur de Europa es, en este momento, la parte más preocupante de la economía mundial por su frágil crecimiento a pesar de unas exportaciones fuertes. Por contra su deuda y fragmentación financiera frenan la demanda interna, hasta debilitarla como a empresas y bancos.
La reciente cumbre de Davos, sumida en el escepticismo por un aumento de la desigualdad global, ha tenido que oir de boca del premier conservador británico, David Cameron, que sin democracia y justicia no es posible sacar a la gente de la miseria dentro de la lucha contra la corrupción. Tras afirmar el ministro ruso de Desarrollo, Alexéi Uliakáyeb, que hay una concentración de fuerzas internas de crecimiento para la reindustrialización de EE UU y Europa, Cameron apuesta por la vuelta de producciones de Asia a Occidente para fortalecer el tejido industrial e impulsar y recuperar empleo.
Miradas puestas en la eurozona
En la eurozona, el mismo Mario Dragui, máximo responsable del euro como presidente del Banco Central Europeo (BCE), ha advertido contra un excesivo optimismo por riesgo significativo todavía de reveses. En Davos ha pedido cautela por el carácter débil e irregular de la recuperación que se observa por fuertes exportaciones y aumento de la demanda interna. Y ha propugnado menos gasto corriente y menores impuestos en los Estados miembros y mayor inversión en infraestructuras y capital humano ante el elevado desempleo e infrautilizada aún capacidad productiva.
Para Dragui, la eurozona estaría hoy como EE UU hace un año al notar ya su economía real los efectos de las medidas o reformas y, aunque ve signos de recuperación débiles y dispares en la economía, no detecta para nada una deflación real pese a la baja inflación registrada en 2013 del 0,8%.
Esa escasa inflación también la ve el FMI demasiado baja, por un tipo de interés del 0,25% fijado por el BCE, con riesgo de deflación potencial del 10 al 2o%, que también considera posible la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y rechaza Dragui, quien dice que actuará si la cosa va a más mientras asegura que el BCE mantendrá por tiempo el actual tipo de interés.
Entretanto, la agencia calificadora Fitch ve en la eurozona un claro descenso de riesgos sistémicos y macroeconómicos, con mejora de su solvencia exterior, pese a que la OCDE alerta de un déficit de capital de 84.000 millones de euros en la banca mientras se habla desde la Comisión Europea de mejorar el fondo de ayuda para la francesa y alemana, las más golpeadas por la crisis junto a la española.
Enmedio de un sólido crecimiento del sector privado en la eurozona, bajada de su deuda pública por primera vez desde 2007 y de previsiones para su PIB por el FMI del 1 y del 1,5% para este año y el 2015, el comisario Joaquín Almunia ha recordado en Davos que el sistema financiero fue el origen de la crisis actual.
Dejando España para un siguiente análisis monográfico esta misma semana aquí mismo, Alemania acaba de aumentar su pronóstico de crecimiento al 1,8 y al 2%, para este año y el que viene frente al del FMI del 1,6 y 1,4% respectivamente. Fitch le mantiene la triple A con perspectiva estable ante el alejamiento del riesgo en la eurozona, bajos costes financieros y crecimiento, con 42 millones de empleos.
De Francia no cabe decir nada parecido pese a sus últimos pero tardíos esfuerzos traducidos a estabilidad en industria y servicios. Por contra, en la Construcción la pérdida de empleo es todavía continua. En general, una desaceleración económica que no cede, lleva al país a una calificación Aa1 por perspectiva negativa de su economía ante la reducción de competitividad y deterioro de su fortaleza financiera. El FMI mantiene una previsión de crecimiento del PIB del 0,9 y 1,5% este año y el que viene.
Portugal conoce ya una mejora de la actividad económica, rápidamente generalizada, y de sus objetivos de déficit público al conseguir un 0,50% más sobre el 5% previsto para 2013 y un 13,1% más de recaudación fiscal traducida en 36.253 millones de euros.
Gran Bretaña mantiene en un 7,1% el desempleo y en un 0,50% las tasas de interés mientras el FMI espera que crezca un 2,4% en 2015 e Italia un 0,6% este año y un 1,1% el próximo. La emergente Rusia no pasará del 2% en 2014 ni del 2,5% en 2015.
En Estados Unidos la economía marcha
La economía de Estados Unidos comienza a arrojar datos positivos, mejor de lo esperado. Aunque las señales de consolidación no impiden calibrar la salida en función del contexto. Con un PIB del 4,1% y un desempleo del 6,7%, la retirada gradual de estímulos por la Reserva Federal, desde los 75.000 millones de dólares mensuales invertidos en bonos, ha significado 10.000 millones menos ya en diciembre. El aumento de la demanda interna y el freno fiscal lo justifica, así como la previsión al alza del FMI de un crecimiento del PIB hasta el 2,8%  en 2014 y del 3% en 2015.
Muy al contrario, Canadá acaba de dejar los tipos en el 1%, pese al riesgo de deflación, no tan posible por su conexión con la economía de su vecino del sur.
Por su parte, en Japón la moderada recuperación no hace plantearse al BoJ (Banco Central) nuevos estímulos más allá de los monetarios, en busca de un 2% de inflación para 2015. Algo que no se ve tan claro después de dos décadas continuas de deflación de la economía nipona pese al tipo de interés del 0,1% y unas importaciones estancadas a la baja. El FMI prevé, no obstante, un crecimiento del PIB entre el 1,7 y el 1,8% para este año y el próximo.
China está arrojando datos contradictorios nada más iniciado el año. Pese a la desaceleración de su economía y la debilidad de sus manufacturas, hay otros datos favorables. No obstante, su crecimiento del 7,7% en 2013 es el más bajo desde 1999. El desempleo urbano del 4,1% quizás se palie con las doce nuevas zonas de libre comercio a sumar este mismo año a la experimental de Shanghai.  Pero parece que no tanto su tendencia de crecimiento que, siempre según el FMI, no pasará del 7,5% este año ni del 7,3% en 2015 por el frenazo de sus exportaciones.
En América Latina ha caído un 53% la inversión española en 2013 ante sus menores expectativas de crecimiento y cierta inseguridad jurídica en determinados países como Venezuela, Bolivia, Ecuador y Argentina. En este último país, que ha conocido en 2013 un superávit comercial un 27% menor que en 2012, su situación económica comprometida ha llevado a la fuerte depreciación de su moneda, el peso, con el consiguiente interés creciente por el euro, el yen y el franco suizo en todo el Mundo en detrimento de otras monedas depreciadas estos días a remolque como el dólar, dólar australiano, libra turca, rupia india o el rand sudafricano.
Mientras Brasil habla de la potencialidad de su clase media para clamar inversiones, su ministro de Hacienda, Guido Mantega, niega en Davos una crisis particular de los países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica) que, a su juicio, en 2014 mantendrán el liderazgo del crecimiento económico mundial.

(*) Periodista y profesor