sábado, 23 de noviembre de 2013

Los arrastreros del Mediterráneo aseguran estar "al límite" por la aplicación del Reglamento europeo

VALENCIA.- Los armadores de arrastre de Cataluña, Comunidad Valenciana, Murcia, Andalucía y Baleares han denunciado este sábado durante la reunión que han mantenido en Valencia con la Confederación Española de Pesca (Cepesca) la situación "crítica y grave" por la que atraviesan debido a la aplicación del Reglamento comunitario del Mediterráneo, a la estricta política de inspección y control llevada a cabo por la Secretaría General de Pesca, a los altos precios del combustible y a los bajos precios del pescado en primera venta.

Así lo han puesto de manifiesto los 125 armadores de estas cinco Comunidades Autónomas que este sábado se han reunido con el Secretario General y la Secretaria General Adjunta de Cepesca, Javier Garat y Rocío Béjar, para analizar la situación actual de la flota, los problemas que genera la aplicación del Reglamento europeo de medidas técnicas del Mediterráneo y el Reglamento de control y los retos que supondrá la entrada en vigor de la nueva Política Pesquera Común, en particular, la política de descartes, así como la nueva Organización Común de Mercados.
Asimismo, los armadores han decidido solicitar una reunión al Secretario General de Pesca del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, así como apostar por la unidad del sector y estrechar las relaciones con los científicos, en particular del IEO, para lograr las mejores evaluaciones posibles del estado de las poblaciones de peces.
En relación a las medidas técnicas, los armadores se han quejado de la obligatoriedad de llevar mallas de red con un torzal (hilo de la red) de 3 milímetros de grosor. Según denuncian, esta medida provoca dificultades en la maniobra en el proceso de arrastre, un aumento considerable de roturas de las redes por deterioro y merma en su capacidad de resistencia, la devaluación del precio de las capturas y un aumento de los descartes innecesario debido al deterioro causado por el uso de un hilo tan fino y cortante.
Con la normativa anterior, había que cambiar las redes cada tres años aproximadamente y, en la actualidad, se ven obligados a hacerlo cada 6 meses de media, con el grave perjuicio económico que conlleva, puesto que cada cambio de red supone entre 500 y 600 euros de coste económico.
Según ha informado Cepesca en un comunicado, los armadores del Mediterráneo están convencidos de que el impacto del tamaño del torzal en la selectividad del arte es tan mínimo que no compensa, ni mucho menos, los perjuicios que lleva asociados tanto económicos como de seguridad de los pescadores.
Este tipo de normas, además de las relacionadas con el Reglamento de Control de la UE, generan, a su juicio, dificultades en el cumplimiento que están provocando numerosas sanciones de las autoridades de inspección y control. "Los armadores se sienten agobiados por la presión inspectora que se está ejerciendo sobre ellos", agregan.
Por otro lado, Cepesca y los armadores han analizado la nueva Política Pesquera Común y los cambios que se van a producir a partir del año próximo. En particular, Cepesca ha informado sobre la nueva política de prohibición de descartes y que llevará a que en el Mediterráneo, todas las capturas de especies sujetas a una talla mínima tendrán que ser retenidas a bordo de los buques pesqueros, registradas y desembarcadas.
A partir del 1 de enero de 2015 se aplicará a las pesquerías de pequeños pelágicos, como sardina, boquerón, jurel o caballa y a partir del 1 de enero de 2017 para el resto de especies.
Cepesca también ha presentado la nueva Organización Común de Mercados y las oportunidades que ofrece al sector pesquero para mejorar la gestión de las pesquerías y la comercialización de las mismas. Ha resaltado el reforzamiento del papel de las Organizaciones de Productores (OPs) y ha animado a los armadores a que constituyan OPs y que utilicen los mecanismos ofrecidos por la OCM para mejorar los precios de primera venta y poner en valor la calidad y frescura de sus productos.
Asimismo, se ha debatido sobre el estado de las poblaciones de peces en el Mediterráneo, insistiendo en la necesidad de estrechar las relaciones con los científicos españoles, en particular con los del Instituto Español de Oceanografía, con el fin de mejorar el conocimiento de las diferentes especies y conseguir las mejores evaluaciones posibles que permitan una buena gestión pesquera.
Por otra parte, los armadores han criticado los ataques injustificados de los "ecologistas radicales" al arte de arrastre, arte que, según defienden, es perfectamente sostenible con el uso adecuado del mismo en los fondos de arena, fango y limo donde opera nuestra flota y que permite capturar gran parte de las especies que se comercializan en España, como merluza, rape, salmonetes, bacaladilla, gamba roja y blanca, etc., dando empleo a miles de pescadores.
Por último, los armadores han decidido solicitar una reunión al Secretario General de Pesca del MAGRAMA y al Director del IEO, para poder informarles de primera mano de su problemática e intentar buscar soluciones a corto, medio y largo plazo. Asimismo, se han dado cuenta de la necesidad de apostar por la unidad del sector, resaltando el papel que juega y puede jugar Cepesca como interlocutor directo con la administración española, europea e internacional.

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