martes, 24 de septiembre de 2013

Teruel amenazó con dimitir si no le nombraban 'consejero de Almería' / Pepe Fernández

A menos de veinticuatro hora de hacerse público el nuevo gobierno de la Junta, la presidenta Susana Díaz tuvo que apechugar con un tirón inesperado: la amenaza de dimisión del Secretario General del PSOE de Almería, José Luis Sánchez Teruel. El motivo habría sido el no haber sido nominado como consejero, ni tampoco su mano derecha en el partido Adela Segura, candidata propuesta por el líder en caso de que el problema de encaje almeriense hubiese sido cuestión de paridad, tal y como en el pasado sucedió con Fuensanta Coves frente al eterno aspirante entonces Martín Soler.
 
A ese punto de tensión parece que llegaron internamente las cosas el fin de semana pasado en el asunto del “consejero de Almería”, lo que viene a confirmar que la presidenta ha sido consciente, en todo momento, del malestar de Teruel y de sus más incondicionales seguidores, dentro y fuera del partido en Almería.
 
La tarde del domingo 8 de septiembre pasado, SDP ya tenía su gobierno perfilado, no cerrado al cien por cien en espera de respuestas, opiniones y el formalismo de la ronda final con los secretarios generales provinciales.
 
Según fuentes del PSOE en Almería, en ese contexto, es donde se habría producido una “tensa conversación” telefónica entre el SG de Almería y Díaz. Siempre según las fuentes consultadas, Teruel, que mantuvo su candidatura y predisposición para el cargo hasta que ya no pudo más, habría advertido a la presidenta de las consecuencias políticas que podría tener para su liderazgo y el del partido en la provincia no incluirle a él o a Segura en el nuevo gobierno como cuota territorial. Entendía Teruel que con su no presencia en el gobierno, quedaba deslegitimado y desautorizado como dirigente en Almería, echando mano para reforzar sus argumentos a las fuertes expectativas levantadas en la opinión publicada en prensa, radio y televisiones locales. De nada o de casi nada servían a Teruel los argumentos de Susana Díaz, tácticamente irreprochables, de que no quería abrir ningún proceso congresual en ninguna agrupación provincial andaluza, que eso no tocaba ahora, de tal forma que ningún SG sería nombrado consejero.
 
A José Luis Sánchez Teruel, dicen que muy afectado, solo se le escuchó decir una frase: “Pues yo me voy, lo dejo todo”.
 
El final de la historia es de todos conocida. Ningún almeriense se sienta hoy en el consejo de gobierno y como consecuencia de ello la campaña de expectativa cuasi olímpica levantada en Almería antes del lunes 9, se ha transformado en una ofensiva de desgaste en toda regla contra el PSOE y sobre todo contra la nueva presidenta Díaz quien, por cierto, simbólicamente ha elegido Almería para su primera gira provincial como presidenta de la Junta. 
 
El SG de Almería, tras la escandalera montada, ha hecho mutis por el foro sin hacer declaraciones sobre lo que ha sucedido. Dicen que sigue muy afectado y decepcionado. No se creen que realmente dimita, apelan a su responsabilidad. Pero lleva días callado y sin expresar lo que opina mientras que, los sectores más críticos del PSOE con Teruel, no salen de su asombro tras una maniobra “que José Luis no ha meditado ni consultado con nadie del partido en Almería”, según una cualificada fuente socialista.
 
La misma fuente que, además, considera la existencia de premeditación por parte de Teruel en todo este vodevil y del que los adversarios del PP están sacando tajada política a manos llenas.


TERUEL EN CAMPAÑA

“Fíjate si ha intentado hilar fino José Luis que, con antelación, ha resuelto problemas de pagos atrasados de la Junta a empresas mediáticas de Almería, las mismas que luego se han volcado como impulsores y altavoces en la campaña de su lanzamiento como consejero. Ha sido tremendo lo que se ha leído y se lee aún hoy sobre el tema, porque la polémica sigue encendida una semana después” aseguran. 
 
Creen también que el candidato a consejero calculó mal su estrategia, “primero por ser incapaz de parar la campaña una vez confeccionado el gobierno y segundo, no pensar que entregaba al PP y a sus satélites mediáticos en la provincia munición suficiente para deslegitimar a Susana como presidenta ante los almerienses”. Y todo por el hecho de no haberle nombrado a él consejero de Agricultura o de lo que fuera.
 
No sería completa la información sin la “explicación” interna que empieza a oírse en privado, en gente cercana a Sánchez Teruel, después del abortado nombramiento.
 
En esos aledaños se empieza a dibujar todo lo que ha pasado esta última semana en clave de eterna lucha de tribus en el seno del PSOE de Almería. Y una vez más sitúan al malvado (y jubilado) Nono Amate -allí se sigue hablando de “los guerristas”- como la mano que ha mecido la cuna del nuevo gobierno de Susana por el lado del Mar de Alborán. “Han bombardeado desde Almería lo de José Luis y se han cargado al final su nombramiento” aseguran aparentemente convencidos, creyendo saber que lo que en verdad quería Amate era “colocar a su hijo de consejero”. (Del que por cierto, dicen que es mucho mejor que el padre). Desde luego queda en evidencia la poca solidez del argumento y lo rebuscado de la carambola sugerida por esta versión, ilustrativa del nivel y profundidad del debate interno en el socialismo almeriense en cuestiones de calado. No obstante no debiera sorprender el argumento esgrimido, seguramente en honor de la actual etapa de la política andaluza, cuyo capítulo principal bien podría titularse “De herencias, herederos y desheredados”. 
 
Así las cosas, el lampedusiano bucle del socialismo almeriense, con los blasones de la vieja escuela del ´martinismo´ aún en las casas del pueblo, respetados durante años en la Agrupación socialista de Almería, no invita precisamente al optimismo en la sede de San Vicente de Sevilla. Allí habita Mario Jiménez y desde donde seguramente sigue viendo un territorio electoralmente inexpugnable, con el PP más hegemónico y más fuerte de todos, disciplinado con Zoido y con el incansable Gabriel Amat a pié de tajo, imitando ahora la técnica de la zarigüeya, con los fiscales oliéndole el trasero. 
 
En toda esta polémica el PP, sumándose a la crítica por la “marginación” histórica y el “desprecio” del PSOE hacía  Almería, ha encendido convenientemente las bajas pasiones y el orgullo herido del provincianismo más  elemental y rudimentario.  Ese que solo cree en los nombres cercanos y no en los proyectos políticos que ejecutan representando a partidos. Ese sector de la sociedad española que considera que tener un paisano en un alto cargo les da un salvoconducto para saltarse la cola de las oportunidades públicas en igualdad de condiciones. En el fondo, en Almería, como en el resto de España, subyace una consideración muy positiva a favor del caciquismo político, algo que dice bien poco a favor de la pulcritud del sistema democrático y de un Estado Social y de Derecho. Como también, cabe recogerlo, ha molestado este nuevo “descuelgue” andaluz de Almería a muchos ciudadanos de a pié y sin adscripción política, hartos de la eterna insularidad política que padecen, de su marginación secular en el séptimo rincón andaluz y cansados de que suene siempre en Puerta Purchena la misma copla con la misma música, aunque le cambien la letra según la ocasión y el intérprete.


DIAZ IRA A ALMERIA

Curiosamente nadie se ha planteado en estos días de intensa polémica local sobre los beneficios de tener un paisano de consejero, recurrir a las hemerotecas del Boja y hacer balance de lo que, como gestión política personal sobre la provincia, han realizado los tres últimos consejeros que Almería envió a Sevilla. El análisis de activos y pasivos políticos dejados por todos, seguramente nos sorprendería. (Por ejemplo en la millonaria inversión, hoy infrautilizada, de la desaladora Rambla Morales).  Una auditoria, ciertamente, que tampoco soportarían otros consejeros de otras provincias. Estamos pues hablando de algo que tiene más que ver con el figureo político que con la solución de los verdaderos problemas de los andaluces. Cádiz con Chaves que incluso llegó a presidente, ahí está líder del paro. Postureo en el mejor de los casos, en el peor, lobbismo.
 
Es evidente que la presidenta Díaz ya debe ser consciente de todo lo que ocurre en Almería e irá preparada en su primer viaje institucional de esta semana. No le interesan más frentes abiertos ahora, tampoco que le toquen excesivamente las castañuelas. Por ahí no conocen todavía a la Susana de aparato, la que sabe ponerse en jarras y decir no una sola vez. Que pregunten en Triana por ella y sabrán de su capacidad resolutiva. Esta vez, sin duda, pondrá paz interna, calmará los ánimos, explicará sus razones y dará un espaldarazo público a Sánchez Teruel como SG, comprometiéndose a elegir a gente de Almería para los cargos que ahora empezarán a salir en el Boja como las setas otoñales. Que, puestas como están las cosas y sabiéndose de qué pie cojea cada quien en el PSOE de Almería, serán nombramientos que necesariamente tendrá su lectura política, con lupa, en clave provincial, incluso regional. Aparte de que a muchos preseleccionados deberán pasarlos antes por el escáner detector de historiales comprometedores con el nuevo momento político de transparencia que dice iniciar el socialismo andaluz. 
 
Ciertamente, a nadie le interesa fomentar una escandalera interna en estos momentos en Almería, por el mismo motivo por el que Díaz no nombró a Teruel -ni a ningún SG- consejero de su gobierno, por no abrir brechas congresuales, que siempre acaban tensionando a la organización. Sin dinero en la caja de mamá Junta y con severos ajustes presupuestarios para 2014, llega el tiempo de hacer política y de muchas palabras, promesas y más promesas, arrancando una larga pre campaña de un montón de elecciones que están por venir anualmente encadenadas. Y para la presidenta, de lo que se trata, es eso tan de moda últimamente en el bipartito de “no perder ni un minuto”  contra del paro, o esa otra frase de “dejarse la piel” en el empeño de luchar contra la corrupción “venga de donde venga”.
 
Precisamente en ese tajo de la corrupción de los bienes y dineros públicos, el Sr Sánchez Teruel tiene bastantes temas donde elegir en Almería. Abundante trabajo fuera de su partido, pero también dentro. El lo sabe bien. El contenido de la carta que ha recibido esta semana de una veterana militante, esposa de otro destacado militante histórico del socialismo almeriense y andaluz, devolviendo el carné del PSOE de toda la vida, con la corrupción interna como fondo y motivo, tiene que haberle hecho meditar las cosas que se atrancan entre el corazón y la razón. Ya es hora de que el SG del PSOE de Almería se tome en serio su cuota de responsabilidad en fumigar la epidemia de corrupción sistémica y sistemática que invade Almería, mucho más letal y destructora que la del “Picudo rojo” en las palmeras o la de la “Cochinilla del carmín” en las chumberas. Peor que las dos juntas, que ya es decir. En Almería Susana Díaz y el PSOE se juegan algo más que un secretario general y un consejero, se juegan sumar los votos de una provincia que cuenta y mucho, es verdad. Eso sí, cada cuatro años, y a la hora del recuento de escaños.

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