ALMERÍA.- Llegar a la Isla de Alborán significa, para el navegante, haber superado la distancia de 56 kilómetros desde cabo Tres Forcas o 90 desde la población almeriense de Adra. Punto del mar Mediterráneo a mitad de camino entre la costa española y el norte de África, recuerda 'Ideal'.
«Un destacamento naval (DENAL) de 11 militares, tiene por
misión principal vigilar de forma permanente la Isla para ejercer así la
soberanía española sobre la misma», explica el Jefe de Operaciones
Amardiz y Jefe Inspector del Destacamento, capitán de corbeta José
Verdugo Mora. Protección necesaria, porque la mar, al tiempo que
próspera industria, es el mejor de los caminos. El más libre, el más
abierto y, quizás por ello, el más vulnerable.
«A partir de 1997 se estableció el Destacamento» que
permite la presencia continuada de la Armada en la Isla. Con
anterioridad, durante los años que cesó la vigilancia «in situ», el
lugar es expoliado y convertido en punto de reunión del narcotráfico y
de las mafias de la inmigración ilegal.
La misión de la Armada es alcanzar los objetivos marítimos
de la Defensa Nacional. Esto incluye, entre otras funciones, adquirir y
ejercer el control del mar, especialmente en el Estrecho de Gibraltar y
otras áreas de interés atlántica y mediterránea; la proyección del poder
naval sobre tierra (cometido esencial de la Infantería de Marina); la
defensa de la soberanía nacional y del ordenamiento constitucional, bajo
la dirección del Gobierno.
Destacamento
La Armada tiene establecidos tres destacamentos que van
rotando (uno) cada veintiún días aproximadamente, estando formado por
Jefe de Destacamento Naval (puede ser un teniente de navío del Cuerpo
General o bien un capitán de Infantería de Marina) 1, suboficial; 1,
cabo primero; 1, marinero de la especialidad de hostelería; 1, cabo de
Infantería de Marina; 3, soldados de Infantería de Marina y 3, cabos
marineros de otras especialidades de la Armada.
Además de la misión fundamental de ejercer la soberanía
española, «otras misiones encomendadas al DENAL son el mantenimiento de
las instalaciones de la Isla en el mejor estado de limpieza y
alistamiento, así como velar por la preservación del ecosistema, el
correcto seguimiento de las normativas de pesca y controlar e informar
de cualquier intento de pesca ilegal dentro de los límites de la Reserva
Marina de la Isla».
Los relevos del personal militar se realizan la mayoría de
las veces en barco (como en estos días) que fondean cerca de la Isla,
trasladándose al personal y material en pequeñas embarcaciones hasta el
muelle. También se pueden hacer en helicópteros cuando las condiciones
meteorológicas no son las adecuadas.
Vida en la Isla
Una vez efectuado el relevo y acomodado el personal
entrante, lo principal es su adiestramiento en diferentes situaciones de
emergencia con las que se puede encontrar, detallando los cometidos que
corresponden a cada uno de los once componentes del destacamento. Las
situaciones pueden ser, llegada de inmigrantes, llegada de
narcotraficantes, operación suministro de agua y combustible,
operaciones con helicópteros y evacuación médica.
Durante los veintiún días de permanencia del destacamento
en la Isla, el régimen de vida se asemeja al de cualquier unidad de la
Armada. Se inicia con el izado de la Bandera a las ocho de la mañana
para continuar con los trabajos de mantenimiento diarios, excepto el
puesto de guardia del Centro de Comunicaciones (CECOM) que es
permanente. En el curso de las veinticuatro horas y de manera
continuada, «hay una persona de guardia que vela por la seguridad de la
Isla, sus aguas y está pendiente de las comunicaciones desde el
exterior», indica el Jefe Inspector Verdugo Mora.
Consecuencia de las características climatológicas del
lugar, los equipos exigen una mayor vigilancia y mayor esfuerzo de
mantenimiento a fin de que la vida en la Isla sea la más adecuada y
funcional. La salinidad es muy alta y se trata de evitar que ello lo
acusen los equipos. «Si no estuvieran perfectamente cuidados, cualquier
avería dificultaría la vida en la Isla». Después de la comida y tras un
breve descanso (salvo la persona de guardia en el Centro de
Comunicaciones que mantendrá siempre cubierta la vigilancia de la Isla,
tanto visual como en comunicaciones) se realiza un pequeño ejercicio de
simulacro relacionado con las situaciones de emergencia, «para así
aumentar el grado de alistamiento y preparación en caso de tener que
afrontar una situación real».
A las siete de la tarde se dan por finalizadas las
actividades y hasta la hora de la cena, el personal puede dedicar el
tiempo libre en distintos entretenimientos (ejercicio físico en el
gimnasio, ping-pong, navegar por Internet, escuchar música, ver la
televisión, leer «o echar un rato hablando con el marinero cocinero para
hacerle más llevadera la preparación de la cena».
Algunas particularidades es el suministro de agua y
combustible a la Isla. Lo realiza un buque de la Armada. Debido al poco
calado tiene que fondear a una distancia prudente de la misma y por
medio de mangueras va rellenando los tanques. «Con mal tiempo la vida en
el exterior de la Isla es imposible».
Importancia estratégica
La Isla de Alborán y su entorno constituye un emplazamiento
de vital importancia para la seguridad marítima, tráfico de buques e
investigaciones científicas. «Es una zona que tiene su riqueza».
Debido a su gran valor estratégico, a mediados de los años
sesenta del pasado siglo XX, se registraron varios intentos de supuestos
barcos de pesca soviéticos de establecer un asentamiento fijo en
Alborán, lo que motivó que el Ministerio de Defensa estableciera en la
Isla un destacamento permanente de control y protección.
Alrededor de 83.000 buques mercantes al año transitan por
el Mar de Alborán, tráfico que es controlado desde el COVAM (Centro de
Operaciones y Vigilancia de Acción Marítima) ubicado en Cartagena.
La pesca básica, por fuera de la zona de Reserva Marina, se
reparte en métodos artesanales, arrastre y cerco. Las flotas
autorizadas a utilizar estos caladeros pertenecen fundamentalmente a los
puertos de Adra, Carboneras, Garrucha, Almería y al granadino de
Motril. Las especies que suelen pescar son mero, pargo, falso abadejo,
sargo, corvina, gallineta, morena, congrio, langosta común y diversos
tipos de gambas.
«La zona del Mar Alborán normalmente está vigilada y
es visitada por barcos de la Armada española», en este sentido, por hacer
breve resumen de sus actuaciones, recientemente fueron interceptados y
expulsados de la zona dos barcos presuntamente dedicados a la ilegal
extracción de piezas y restos arqueológicos submarinos. Y tan solo hace
unos días también fue interceptado por un buque de la Armada de
vigilancia en la Reserva Marina, un catamarán de bandera de Gibraltar y
tripulación española, llevando a bordo equipos de submarinismo y cámara
hiperbárica.
En tiempo pasado la pesca incontrolada, entre ello la
extracción de coral rojo por el sistema de «barra italiana», dio lugar a
una sobre explotación y esquilmado del caladero.
Valor científico
De otra parte la Isla y su entorno tiene un marcado interés
científico. Podemos decir que a nivel internacional, lo mismo con
carácter civil que militar, pese a la poca información que trasciende
sobre las actividades que se realizan. Zona muy estudiada, desde la
búsqueda de hidrocarburos al análisis energético de corrientes marinas.
En el Mar de Alborán se realizan con cierta frecuencia
maniobras militares conjuntas con otras marinas de la OTAN, «encaminadas
principalmente al control de buques a su paso por el Estrecho». Durante
la vigilancia marítima se controlan, junto a Segepesca (Secretaría
General de Pesca) y Guardia Civil, los pesqueros y demás embarcaciones
que navegan por las inmediaciones de la Isla.
Salvo autorizaciones, están prohibidas las excursiones y
visitas, no pudiéndose fondear a menos de una milla ni navegar a menos
de media milla.
El clima es de tipo desértico con muy pocas lluvias en
invierno, totalmente ausentes en verano y con altísimas concentraciones
de sal en la superficie, debidas a los rompientes y fuertes vientos que
de manera constante baten la Isla (preferentemente de poniente). Estas
características ambientales condicionan la evolución de la flora y la
fauna.
De las especies inventariadas de flora alboránica se
encuentran unas determinadas, incluidas dentro de la lista de «taxones
en máximo riesgo de extinción en Andalucía» y catalogadas como
«estrictamente protegidas».
La fauna terrestre tiene muy pocos representantes, siendo
los que arrojan mayor biomasa las aves. Existe una colonia de gaviota
común así como otras especies migrantes que utilizan la Isla como lugar
de descanso o dormidero. En la época de cría nidifican en la superficie,
al abrigo de algún matorral, la gaviota patiamarilla y la gaviota de
Audouin. Ambas especies protegidas y en riesgo de extinción.
Existen un gran número de visitas normalmente de personal
del Real Observatorio de la Armada, del Instituto Hidrográfico de la
Armada, relacionadas directamente con los sismógrafos situados en la
Isla. También se suelen recibir visitas de barcos de SEGEPESCA, Guardia
Civil, Servicio de Aduanas y Salvamento Marítimo.
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