viernes, 14 de diciembre de 2012

Arias Cañete ve la necesidad de un mecanismo para evitar hechos como el del Algarrobico

MADRID.- El ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, ha defendido en el pleno del Congreso el proyecto de reforma de la Ley de Costas, frente a los grupos parlamentarios de PSOE, ICV, UPyD, ERC y Compromís-Equo, que han presentado enmiendas de totalidad para devolver el texto al Gobierno, señalando, entre otros aspectos, la necesidad de que la Administración General del Estado disponga de un mecanismo de reacción "rápido y eficaz" que evite que se produzcan y se consoliden situaciones ilegales, como en el caso del hotel Algarrobico, en Almería.

   El titular de Medio Ambiente ha asegurado que la futura norma compatibilizará la protección del espacio natural marítimo con la actividad económica que generan riqueza. Además, ha adelantado que el grupo parlamentario popular rechazará todas las iniciativas de la oposición para que no prospere el texto.
   Para el ministro, la Ley de Costas de 1988, que se reforma en este texto, no ha respondido a los fines y objetivos que pretendía --mantener y conservar en buen estado el litoral--, además de haber fomentado una "aplicación errática, contradictoria, deficiente y muy arbitraria" de la propia ley, y crear un marco de inseguridad jurídica para los propietarios y titulares de derechos en la costa.
   Es más, ha avisado de que esta controversia ha traspasado las fronteras de España y ha llevado al Parlamento europeo a pedir y revisar "urgentemente" una modificación de la Ley de Costas, a fin de proteger a los propietarios de viviendas y a aquellos que poseen pequeñas parcelas en la costa, que no tienen un impacto negativo sobre el medioambiente costero.
   Según ha asegurado, la normativa de 1988 no ha sido eficaz en su principal objetivo de proteger el litoral, ya que en estos más de 20 años se ha producido la "mayor degradación" de la costa, con la masificación urbanística y la expansión de grandes pantallas arquitectónicas.
   Sobre la inseguridad jurídica, el responsable de Medio Ambiente ha apuntado a los deslindes en la costas, que determinan qué es dominio público y qué es servidumbre de protección, ya que, en su opinión, se han realizado con criterios "no homogéneos, de diferente forma según los territorios y las épocas, creando la consiguiente sensación de arbitrariedad y agravio comparativo".
   Respecto a las principales modificaciones, la nueva normativa define el alcance del dominio público marítimo-terrestre (DPMT) y aplica criterios técnicos para deslindar la costa, además de introducir un régimen diferenciado para los tramos urbanos de las playas (las contiguas a suelos urbanizados) y para los tramos naturales de las playas (junto a espacios protegidos o suelo rural), para las que impondrá un nivel de protección mayor al vigente.
   En concreto, el proyecto de ley distingue entre los tramos urbanos  de las playas y los tramos naturales, situados en zonas protegidas o en suelo rústico, y alejados de urbanizaciones.
   Para ello, Arias Cañete ha explicado que la ley prevé un régimen diferente, con objeto de dotar a las playas naturales de un elevado nivel de protección y garantizar que se mantengan sus valores medioambientales. "En las playas urbanas se asegura su conservación y se permiten los servicios que satisfagan las necesidades de los ciudadanos y del turismo de calidad, siempre de forma compatible con el uso común", ha señalado.
   Igualmente, el titular de Medio Ambiente ha señalado la conveniencia de que la administración estatal disponga de un instrumento "rápido y eficaz" que evite que se produzcan y se consoliden situaciones ilegales, como en el caso del Algarrobico, donde establece la llamada 'cláusula anti-Algarrobico', "que permite al Estado afrontar el problema desde el principio, con respeto a la autonomía local, y que sitúa en los tribunales la decisión de fondo".
   Ante la perspectiva del vencimiento de las concesiones vigentes a partir de 2018, se establece la posibilidad de una prórroga extraordinaria de las otorgadas antes de la entrada en vigor de la ley de reforma, por un plazo máximo de 75 años.
   Además, el nuevo texto normativo resolverá la situación de vencimiento de las concesiones previstas en la anterior norma, la Ley de Costas de 1988, ya que calcula que hay cerca de 10.000 viviendas en dominio público marítimo terrestre (DPMT), la mayoría con un derecho anterior a 1988.
   En este punto, Medio Ambiente precisa que solo en 2018 expirarían alrededor de 1.100 concesiones de viviendas, lo que obligaría a su demolición.
   Además, el Ejecutivo considera que la nueva Ley generará confianza en actividad económica al contabilizar cerca de 23.000 ocupaciones no residenciales, muchas de ellas generadoras "de un elevado volumen de empleo". Así, más de 1.700 son ocupaciones industriales y cerca de 3.000 'chiringuitos' (unos 1.300 restaurantes y 1.700 kioscos).

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