sábado, 6 de octubre de 2012

Que no, que no, que no nos representa / Gabriel Sánchez

Indignado, me sumo al grito de los millones de españoles que opinan que estos que nos gobiernan no nos representan; de igual manera lo hago reafirmándome en las palabras extraídas del auto del magistrado Santiago Pedraz, cuando cataloga a nuestra denominada clase política, de decadente.

“Una joya” me dijo una vez el bueno de Manuel Arqueros, tras una entrevista en televisión, estando próximo a dejar de ser diputado. Se refería a Rafaél Hernando “una joya”, castellana, que no andaluza, dejémoslo claro.

Lenguaraz, faltón, peleón y, al final, capón.

No es la primera vez ni será la última que su incontinencia verbal deja del PP una estampa barriobajera, más propia de un partido político de un país bananero, que de un país como España, con una democracia consolidada y en la que ciertos personajes como Hernando pretenden que la justicia le baile el agua.

¿Pataleta? puede ser. Otra vez antes de que la arme, que sus papis políticos lo castiguen e impidan que ponga en un brete a los almerienses, a los que por suerte o desgracia representa. ¡Menuda cruz! que diría un creyente. Eso sí: es conveniente que todos sepan que este caudillo salido de los votos, al que por su manera de actuar le gustaría gobernar con las botas, no es almeriense, tampoco andaluz; de haber nacido aquí sería sino cacique, que queda feo, un señorito de ordeno y mando y de aquellos que gritan, aquí se hace lo que marcan mis cojo...

“Auto irresponsable, inaceptable, demagógico”, estas son algunas perlas. Si alguien se pregunta por qué, que no le de vueltas, yo se lo digo: a nuestro diputado almeriense y, por cierto, también cunero, se le ha agriado la bilis y la ha soltado por la boca. No es la primera vez que lo hace. La pregunta sería si lo hace conscientemente para que se vea que hace algo que justifique su sueldo, además de aplaudir y vitorear a su líder o porque realmente lo que representa se lo pasa por ahí, ya me entienden; no es cuestión de nombrar el sitio y colocarnos a su altura.

“No existe delito contra las instituciones del Estado” dice el magistrado en su auto, atreviéndose encima a archivar la causa. ¿Cómo osa un simple juez tamaña aberración? No me extraña que Hernando, quien ya veía condenados a veinte años de cárcel a esos ocho 'terribles delincuentes' que cometieron el delito de manifestarse pacificamente, se cabree y suelte por su boca lo que ha soltado. Y no crean, no es malo que lo haga, al menos así se quita la careta de niño bueno y descubrimos quien es realmente la persona que nos representa.

En cualquier caso podemos sentirnos dichosos de que los juicios sumarísimos se derogasen y de que Rafa no nos gobierne, pues éste que escribe piensa de igual manera que lo hacen esos millones de españoles que rodearon el Congreso.

“Ya verán como recula”, estaba escribiendo, cuando, escuchando las noticias, compruebo que ya lo había hecho. No es mérito saber que haría, le conozco bien; la primera vez que pude ver como “los huevecillos se le metían pa dentro” que diría la tía Frasca, fue delante mía en el municipio de Antas; no sería ésta la primera vez, le he visto recular muchas veces más.

En Almería se sabe de sobra de su incontinencia verbal, la misma que, de haber sido fisiológica, le hubiera dejado manchado el pantalón; lo peor es que la exporta.

Visto lo visto no les quepa duda que, de ser necesario, este camaleónico político que no nos representa ,es capaz de desmearse.

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