martes, 5 de junio de 2012

Cinco empresas de Grupo Uribe entran en concurso de acreedores con más de 300 empleados

ALMERÍA.-   La compañía Distribuidora Uribe S.A. y la mercantil Supermercados Super Olé, junto con otras tres empresas más del Grupo Uribe, han entrado en concurso voluntario de acreedores después de dar cuenta al Juzgado de lo Mercantil de Almería del estado de "insolvencia" en la que se encuentran las empresas para las que se ha solicitado la tramitación acumulada del concurso, lo que afecta a más de 300 trabajadores e implica a 784 acreedores. 

   Los socios del grupo de empresas familiares aluden dicha situación al estado de la economía en general y "a la de los supermercados en particular" dado que "a la fuerte crisis del sector" se añade "una crisis particular" dado que la cadena "no puede llegar a los márgenes comerciales, incluso por debajo de coste, de las grandes superficies de la competencia en el sector de la alimentación".
   Así, declara pérdidas en el ejercicio de 2011 "que se están consolidando en el presente ejercicio, con deudas sociales y fiscales abultadas", por lo que además ha tenido que presentar varios expedientes de regulación de empleo (ERE) en las empresas del grupo. Con el concurso voluntario, también se ha presentado un plan de viabilidad y ha pedido el cierre de algunos centros de almacenaje, la contratación externa de la distribución y el cierre y la enajenación de algunos supermercados, que gestiona en régimen de alquiler.
   Los socios afirman en su solicitud que Distribuidora Uribe tiene vinculación con las mercantiles Inmobiliaria Uribe, Gestión Inmobiliaria Uribe, Supermercados Super Olé y Super Olé Levante, que también han entrado en concurso. En este sentido, afirma ser cabecera de grupo de otras empresas como Cash Uribe Norte, Cash Uribe Poniente, Mini Store y Super Cash Uribe; todas ellas afectadas por el proceso y por lo que se procede a la acumulación de concurso.
   No obstante, el juez señala que no procede la consolidación de masas, sin perjuicio de lo que resulte de la tramitación del procedimiento concursal, ni tampoco el nombramiento de un administrador concursal único para los cinco concursos acumulados, pese a estimar que, en caso de que se realizara la petición para que así resultara, lo acordará el propio juez "en la medida en que ello resulte posible", según avance el procedimiento. En cualquier caso, aclara que este extremo no se ha solicitado por los socios, quienes manifiestan que "la actividad está separada".
   El Grupo Uribe está dedicado a través de sus diferentes empresas a la explotación de una cartera de supermercados en Murcia y Almería así como a la distribución de productos que explotan sus filiales. Igualmente, sus empresas de corte inmobiliario están relacionadas con la tenencia de inmuebles para alquilar a los supermercados, reconocido como "verdadero objeto social del grupo".
   En el caso de Supermercados Super Olé, el juez aprecia que existe una situación de desbalance derivado de un activo de 6,2 millones de euros --que no incluye bienes inmuebles-- y un pasivo de 6.218.803 euros. No obstante, afirma que los datos aportados en la demanda sobre márgenes comerciales "no son del todo ciertos" porque a consumo de camaderías, en el año 2010, de 22 millones de euros le corresponden unas ventas de casi 30 millones. Así, estima que con cinco millones de gastos de personal "la sociedad podría estar dando beneficios", salvo por la existencia de una partida de tres millones correspondiente a externacionalización de servicios.
   Igualmente, aprecia cómo en 2011 los márgenes comerciales "se estrechan" pero vuelve a reflejarse dicha partida de externacionalización de servicios "que la sociedad habrá de explicar" ya que es la que "hace que la sociedad se encuentre ya en fondos propios negativos". Asimismo, apunta que los ratios de liquidez son "notoriamente bajos" de forma que, con un pasivo a corto plazo de más de seis millones de euros "es difícil que se paguen con fondos líquidos de menos de 100.000 euros". A esto se añaden deudas de 738.000 euros con la Administración tributaria y deudas sociales por encima del millón de euros.
   Se impone también la entrada en concurso de Super Olé Levante, que gestiona los establecimientos de Murcia, tras establecer que, aunque existe "cierta confusión" con los datos aportados por los que "parece que no hay situación de desbalance" y que los márgenes comerciales "no son del todo ciertos"; sí se registran pérdidas que superan los 44.000 euros en 2011 y un pasivo corriente de 1,5 millones.
   En cuanto a Distribuidora Uribe, constituída en 1983, se observa un cierto desbalance en sus cuentas --con un activo de 16.185.000 euros y un pasivo de 16.185.354 euros--. Según el juez, la sociedad "no se sostiene desde el punto de vista financiero" puesto que "en todas las cuentas anuales los gastos de aprovisionamiento son superiores a las ventas".
   Inmobiliaria Uribe, que al igual que Gestión Inmobiliaria Uribe carece de empleados, presenta una situación de desbalance en sus cuentas pese a que las cuentas dan a conocer una situación de beneficio salvo en el primer trimestre de este año. No obstante, aprecia que la situación de la concursada matriz --Distribuidora Uribe-- y de las empresas de supermercados "incidirá negativamente" en la marcha del negocio inmobiliario, que "arrastará".
   Para Gestión Inmobiliaria Uribe, las cuentas anuales presentan una situación de beneficio empresarial salvo en el ejercicio 2011 y 2012, de forma que en este último ya ha entrado en causa de disolución. Tanto esta empresa como la anterior resultan ser "fiadoras" de los supermercados.
   La memoria de la presentación del concurso especifica que Distribuidora Uribe es la continuadora del padre de los socios actuales, que se dedicó a la distribución en tiendas de salazones. Después abrió una primera tienda en Albox. En consecuencia, la cabecera es aún distribuidora al por mayor que domina a otras distribuidoras, que no han solicitado la declaración de concurso.

1 comentario:

  1. El problema está claro, el negocio inmobiliario, el de la codicia y el enriquecimiento rápido, ha contaminado y lastrado al negocio alimentario y, en este caso, lo ha hecho naufragar. Son los daños colaterales de la burbuja inmobiliaria. Lo de siempre, zapatero a tus zapatos. Ahora ya no valen excusas.

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