sábado, 9 de junio de 2012

Almería tiene en Monsul una de la diez mejores playas de España

MADRID.- Aunque hace ya algunas semanas que el verano comenzó a insinuarse por buena parte del país, no será hasta el 21 de junio cuando oficialmente arranque la estación más deseada. Las vacaciones están a la vuelta de la esquina y, cómo no, la playa, será el destino elegido por la mayoría de españoles en su periodo estival. Y no es extraño. España, con 638 banderas azules, es el país con las mejores playas del hemisferio norte. En ABC.es recomiendan diez maravillas españolas de la naturaleza a base de arena y agua. 

Playa de Rodas (Pontevedra): Catalogada como la mejor playa del mundo en más de una ocasión, este prodigio de la naturaleza de fina arena blanca y agua turquesa despunta en las Islas Cíes, concretamente en la Isla Monteagudo, a tan sólo 45 minutos en barco desde el puerto de Vigo o el de Baiona. Su acceso está limitado en verano a sólo 2.200 personas por día. Pero merece la pena guardar cola para asegurarse una plaza. Hablamos de algo más de un kilómetro de idílica playa donde aquello de «bienvenidos al paraíso» se convierte en realidad.
Playa de Covachos (Santander): Más que una playa, parece una zona encantada por el color verde esmeralda del agua cuando el sol la golpea de lleno, y por el entorno que la rodea. A pocos kilómetros de Santander, la Playa de Covachos está considerada por muchos como la mejor de Cantabria. Llama la atención el istmo que se forma cada mañana debido a la bajamar que une la playa con un diminuto peñón situado a apenas 100 metros de la misma. Zona totalmente virgen, es frecuentada por los nudistas.
Playa de Castro de Baroña (A Coruña): Situada en la bella localidad coruñesa de Porto do Son, este salvaje arenal de 500 metros de longitud y 50 metros de anchura alberga una de las joyas arqueológicas de Galicia, el Castro de Baroña, Bien de Interés Cultural que data del siglo I antes de Cristo. Pero no es lo único fascinante de esta playa de arena de color oro, también conocida como playa de Arealonga. Los delfines, de vez en cuando, acuden a darse una vuelta por este coqueto arenal, al igual que los naturistas, que consideran la playa de Castro de Baroña una de sus preferidas.
Playa de la Granadella (Alicante): Pequeña pero mágica. Esta hermosa cala alicantina de diminutas piedrecitas, situada junto al Cabo de la Nao, está rodeada de un precioso bosque de pinos mediterráneos. Sus aguas tranquilas son ideales para la práctica del «snorkel». Sus aguas son lo más parecido a un puzzle de colores azules: desde un azul suave de la orilla, a uno intenso del mar, con el azul cielo siempre reinando en el horizonte levantino. Prohibido no pasar un día allí si su destino vacacional es la Costa Blanca.
Playa de Bolonia (Tarifa): Para muchos la mejor de España, Playa Bolonia es uno de esos rincones de ensueño virgen del litoral nacional. Cerca de Tarifa, esta espectacular playa de cinco kilómetros de longitud y 90 de ancho constituye uno de los grandes atractivos costeros del verano. Arena fina y dorada y aguas transparentes envuelven una playa «aderezada» por el viento del Estrecho. En uno de los lados, unas majestuosas dunas de casi 30 metros de altura sirven de «recreo» para los miles de visitantes que acuden cada día. Antes de abandonarla, invita a contemplar una de las puestas de sol más románticas que uno pueda imaginar, con el sol cayendo sobre las tierras africanas de Tánger.
Playa de Zahara de los Atunes (Cádiz): Esta coqueta playa es otro de los pequeños paraísos del litoral gaditano. Ocho kilómetros de playa sin masificación alguna hacen las delicias de sus visitantes. El amanecer es uno de esos mágicos momentos que uno debe guardar en su retina en Zahara. La calidad y la limpieza de la arena y del agua compensan de sobra la temperatura del baño, algo «fresquito». Sus pocos pero cuidados chiringuitos permiten degustar un riquísimo «pescaíto» frito disfrutando de uno de los paisajes más bonitos del sur de Andalucía.
Playa de Monsul (Almería): La costa occidental de Andalucía también presume de playas «de postal». La de Monsul, cerca de la localidad almeriense de San José, es un magnífico ejemplo. Esta playa virgen de arena fina y oscura está rodeada de originales formaciones rocosas, debido a la erosión de las mismas, como la roca volcánica La Peineta, de una belleza impactante. Tiene tanto «glamour», que ha sido el escenario de varias películas de Hollywood, como, por ejemplo, «Indiana Jones y la última cruzada».
Playa de Cavallería (Menorca): Situada en el pueblo de Cavallería, este «mini Caribe» menorquín conforma un rincón de cuento de princesas, de los pocos que quedan ya en nuestro país. Su arena, de color miel, junto al azul turquesa penetrante de su agua, dibujan una playa de apenas un kilómetro donde la sensación de naturaleza es total. Puedes, además, aprovechar y darte un relajante baño de barro en uno de los extremos de la playa.
Cala Salada (Ibiza): A escasos diez minutos de la localidad de San Antonio, Cala Salada es uno de los recovecos de la costa ibicenca más asombrosos. Playa pintoresca y remanso de paz para sus visitantes, enamora el majestuoso color de sus aguas, azul verdoso, junto a las colinas de pinos que la rodean. Casi virgen, Cala Salada apenas llega a los 100 metros de extensión pero hasta la Duquesa de Alba se ha rendido a su encanto.
Playa del Papagayo (Lanzarote): Una joya insular en la preciosa isla de Lanzarote, a tan sólo unos minutos del Monumento Natural de Los Ajaches. La playa del Papagayo, de dos kilómetros de longitud, destaca por el contraste entre su arena fina y dorada y el color turquesa de su agua, así como por las formaciones rocosas volcánicas que la delimitan. En el horizonte, Fuerteventura y la enigmática Isla de Lobos, aparecen ante nuestros ojos conformando un paisaje muy peculiar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario