martes, 1 de mayo de 2012

Los siete pilares imprescindibles para el crecimiento / Ángel Tomás Martín *

Si partimos del diagnóstico resumido de la coyuntura económica mundial, y más concretamente de la española, podemos afirmar que se dan los siguientes hechos incuestionables:
Reducción del crecimiento de toda la actividad económica; cifras insostenibles y en aumento del desempleo; caída generalizada de las cotizaciones de valores en las bolsas; inflación ocasionada por el encarecimiento de precios del petróleo y de la mayoría de las energías renovables, que aunque subvencionadas en parte, han sido promovidas a costa del precio tarifario del consumo, y con la ausencia de los aumentos de capital que las eléctricas estaban obligadas a llevar a cabo, por ser una actividad paralela diferente (su déficit lo soportamos los consumidores injustamente, convertidos en seudoaccionistas forzosos); endeudamiento generalizado (Estado, autonomías, corporaciones locales, sistema bancario, empresas y familias); y una política económica gestionada de manera indisciplinada y orientada a intereses electorales.
Como parece que no aprendemos de las crisis padecidas a lo largo del siglo pasado, no se previó, ni se impidió, ni se reconoció, ni se han aplicado con urgencia las medidas de control del gasto innecesario e improductivo, ni se acometieron con valentía las medidas estructurales necesarias para volver al crecimiento de la economía. Hemos perdido demasiado tiempo.
La disminución progresiva de la demanda y del ahorro privado, junto a la falta de liquidez del sistema bancario, han deteriorado los balances de las empresas, forzando el cierre de numerosas pequeñas y medianas, (las pymes absorben más del ochenta por ciento del empleo), sin olvidar las serias dificultades que también afectan a determinadas empresas de gran tamaño.
Austeridad presupuestaria

No debemos olvidar que en una economía globalizada, el poder de los mercados financieros, muy influidos por los grandes especuladores en la sombra, solo puede contrarrestarse con austeridad presupuestaria, con políticas expansivas creadoras de empleo, y con mejoras de la productividad para la estabilidad de precios y de la competitividad. Es fundamental fomentar en paralelo la inversión en I+D+i, el uso continuado de las tecnologías de la información y la comunicación, y la inversión en capital humano.
Visto el diagnóstico expuesto, sin que hayamos pretendido ser exhaustivos, ¿Qué medidas básicas deben aplicarse de forma coordinada y simultánea? Una situación grave y de alto riesgo exige soluciones eficaces nuevas, que impidan una nueva recesión aún más profunda. Expondré los pilares que, a mi juicio, soportarían el crecimiento sostenido hacia una economía sólida e integrada en la Unión Europea a la que pertenecemos, y que contrarreste los inconvenientes.
1. Consolidación del sistema financiero, independiente del poder Político y solamente controlado por el Banco Central Nacional, igualmente independiente.
2. Consolidación de la deuda Pública de los distintos Entes Públicos.
3. Presupuestos de base cero, controlados por el Tribunal de Cuentas del Estado, como órgano también independiente.
4. Restitución del cuerpo de interventores del Estado en todos los organismos oficiales, y la creación del cuerpo de auditores internos.
5. No aplicar una política de recortes indiscriminada, sino efectiva sobre la eliminación de gastos superfluos y no rentables, exceptuando los necesarios e indispensables para la cobertura de los servicios sociales.
6. Establecer un régimen fiscal que estimule a emprendedores y empresarios a la inversión y expansión comercial, únicos responsables que pueden hacer posible el crecimiento económico y la creación de puestos de trabajo, sin olvidar que son los que permitirán el incremento de la recaudación fiscal, única vía para la atención del endeudamiento contraído. Otros países de nuestro entorno lo están practicando.
7. Exigir a los líderes políticos una gestión respetuosa con los presupuestos libre de intereses electorales. Una gestión dirigida a la generación de productividad y cooperación empresarial, dejándoles la expansión y el trabajo a su responsabilidad. Y que olviden apoyarse en las teorías de Keynes, muy acertadas en la Gran Depresión, pero inaplicables en la crisis actual, vista la ineficacia del “Plan E”, y de las cuantiosas obras inútiles y no rentables, que tanto han contribuido al endeudamiento que nos atenaza.
Conviene tener presente que el recorte y la austeridad son necesarias, pero si no van acompañadas de un cambio estructural que nos haga salir de la difícil situación en la que nos encontramos, darán lugar a más recesión y se convertirán en un auténtico lastre al crecimiento de la economía. Triste camino que se abre para la salida de nuestros jóvenes titulados, en los que tanto se ha invertido para su formación, y para los numerosos empresarios que situarán su inversión, producción y servicios en países con mayor demanda, protección, ayuda financiera y mejor tratamiento fiscal.
(*) Economista y empresario
http://www.expansion.com/2012/04/20/opinion/tribunas/1334952438.html

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