martes, 21 de junio de 2011

Una misión de la Unión Europea pedirá a Rusia que se levante el veto a las verduras

BRUSELAS.- La Comisión Europea enviará "en los próximos días" una "misión política" a Rusia encabezada por el comisario de Salud, John Dalli, con el objetivo de presionar a Moscú para que cumpla el acuerdo alcanzado hace más de una semana entre el presidente ruso, Dimitri Medvedev, y el del Ejecutivo comunitario, Jose Manuel Durao Barroso, para poner fin al veto a las hortalizas comunitarias adoptado por temor a la propagación del brote de 'E.coli' localizado en el norte de Alemania y que ha dejado varias decenas de muertos.

   Barroso "lamenta" que no se haya encontrado "ninguna solución" para poner en práctica el pacto que apalabró con Medvedev en la pasada cumbre UE-Rusia pese a los "esfuerzos" demostrados por los servicios de la Comisión para ello, según ha indicado en rueda de prensa la portavoz de Barroso, Pía Ahrenkilde. Por ello, el presidente del Ejecutivo comunitario ha decidido enviar sobre la delegación liderada por Dalli, con la que espera contribuir a un resultado satisfactorio para las partes. El viaje se producirá "en los próximos días", en una fecha aún sin determinar, y espera ser recibida por las autoridades rusas, ha explicado la portavoz.
   La semana pasada, Bruselas expresó su "profunda decepción" por la tardanza de las autoridades rusas en cumplir el pacto, pese a que Barroso y Medvedev anunciaron su puesta en marcha "en un futuro próximo". Los líderes anunciaron el pacto "político" a falta de que los detalles técnicos, como la exigencia rusa de un certificado específico, quedaron pendientes de negociar entre los expertos.
   El departamento que dirige Dalli ha propuesto a Moscú un sistema de certificación para asegurar que cada lote de verdura fresca que llega a las aduanas rusas no contiene la bacteria 'E.coli'. Una posible fórmula para ello sería garantizar que el producto no procede de la región foco de la contaminación, según resumen fuentes comunitarias, que insisten en que los sistemas europeos de control alimentario y sanitario ofrecen "todas las garantías". Pero las autoridades rusas no han respondido.
   La llamada 'crisis de los pepinos' arrancó el pasado 26 de mayo, cuando las autoridades alemanas señalaron erróneamente dos partidas de pepinos españoles como fuente de la contaminación con un brote de la bacteria 'E.coli' que ha dejado al menos 29 muertos en Alemania y otro en Suecia. Los mercados de varios Estados miembros se cerraron inicialmente a las frutas y hortalizas españolas por temor al contagio y Rusia impuso un veto a determinadas hortalizas, que días después extendió a todas las verduras frescas procedentes de la UE, lo que ha provocado importantes pérdidas en el sector hortofrutícola, sobre todo el español.

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