martes, 22 de febrero de 2011

Gadafi se queda solo frente a su pueblo, al que intenta masacrar

NUEVA YORK.- Los diplomáticos de Libia en Naciones Unidas y en otros países han roto sus lazos con el líder del país, Muamar Gadafi, y han pedido a la comunidad internacional que pare la matanza perpetrada contra los antigubernamentales. 

   Las fuerzas de seguridad de Gadafi han reprimido fuertemente las protestas que piden el fin de 41 años de mandato del dictador. Los enfrentamientos comenzaron en la región petrolífera del este del país la semana pasada, pero se han extendido a la capital, Trípoli. Los grupos de Derechos Humanos hablan de al menos 233 muertos.
   El ex embajador de Libia en India Alí al Essawi, que dimitió en protesta por la fuerte represión de las manifestaciones, ha pedido a las potencias internacionales que ayudasen a la población, que estaban siendo masacradas por mercenarios y por bombardeos aéreos, según sus declaraciones.
   "Los libios no pueden hacer nada contra los aviones de combate. No pedimos tropas internacionales sino que pedimos que la comunidad internacional salve a los libios", explicó el ex embajador.
   "Hago una petición a los miembros permanentes del Consejo de Seguridad (de la ONU). Ahora es el momento de ser justo y honesto para proteger a la población libia", indicó.
   Además, Essawi aseguró que varios miembros del Ejército han desertado ya que no podían "ver a extranjeros matando a libios".
   El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha fijado una reunión para las 15:00, hora española, para discutir sobre la situación de Libia, a petición de Ibrahim Dabbashi, el 'número dos' de la Embajada libia ante la ONU que ha retirado su apoyo a Gadafi, definiéndolo como "tirano".
   La Embajada de Libia en Malasia también ha condenado la represión, calificándola de "brutal y criminal" después de que el edificio fuese ocupado brevemente por unos 200 manifestantes.
   Este grupo destruyó un retrato de Gadafi y sustituyó una bandera de Libia por otra que dijeron que era de la etapa anterior a Gadafi. No hubo ningún enfrentamiento y las 200 personas abandonaron la Embajada de forma pacífica.
   "No podemos expresar lo enfadados que estamos. Los libios ya han dicho 'no' y ellos han contestado con sangre", denunció uno de los manifestantes en Kuala Lumpur, Marwa Mastor. Usama Ahmed, un consejero de la Embajada, explicó que el embajador seguiría en su cargo para ayudar a los 5.000 libios que viven en Malasia.
   El embajador de Libia en Estados Unidos también retiró su apoyo al líder de su país, aunque no ha dimitido.
   En un comunicado publicado el lunes, la misión de Libia ante la ONU pidió que "los oficiales y los soldados del Ejército libio, donde estén y cualquiera que sea su rango (...) se organicen y marchen hacia Trípoli para cortar la cabeza de la serpiente".
   Además, pidieron a Naciones Unidas que imponga una zona que restrinja los vuelos sobre las ciudades libias para impedir que lleguen nuevos mercenarios o cargamentos de armas.
Un grupo de oficiales del Ejército libio han urgido en un comunicado dirigido a los soldados que "se sumen al pueblo" y contribuyan a la marcha del mandatario, Muamar Gadafi, ha informado este lunes la cadena panárabe Al Yazira.
Este mismo medio señala además que los mismos oficiales han pedido al resto de efectivos militares que marchen hacia la capital del país, Trípoli, para añadir presión sobre Gadafi, objeto de las actuales protestas.
La alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, calificó este martes de "crimen contra la Humanidad" la represión contra los manifestantes antigubernamentales en Libia y reclamó una investigación internacional sobre estos hechos. La oficina de Pillay ha constatado, de momento, al menos 250 muertos desde que comenzaron las movilizaciones, hace cinco días.
   En un comunicado, Pillay exigió el cese inmediato de las violaciones de Derechos Humanos y denunció el uso de ametralladores, aviones de combate y francotiradores contra los civiles. "Los ataques generalizados y sistemáticos contra la población civil equivalen a crímenes contra la Humanidad", advirtió.
   "La insensibilidad con que han actuado las autoridades libias y sus francotiradores, que dispararon con fuego real contra manifestantes pacíficos, es algo inconcebible", prosiguió. "Estoy extremadamente preocupada por la pérdida de vidas incluso en estos momentos, mientras hablo", añadió.
   La oficina de Pillay no tiene presencia en Libia, pero está dispuesta a colaborar en las investigaciones y a promover los derechos civiles, políticos y económicos en el país, prosiguió el comunicado.
   A través de sus contactos con las organizaciones de Derechos Humanos, la alta comisionada ha constatado al menos 250 víctimas mortales y cientos de heridos desde que comenzaron las movilizaciones contra Gadafi.
   "Han sido detenidos numerosos defensores de los Derechos Humanos y periodistas", denunció el responsable para Oriente Próximo y Norte de África, Frej Fenniche, durante una rueda de prensa en Ginebra. "Desconocemos si están vivos", añadió.
 El aeropuerto de Benghazi, la segunda ciudad más importante de Libia, ha quedado destruido a causa de la violencia y no es posible el aterrizaje de aviones de pasajeros, según informó este martes el ministro egipcio de Asuntos Exteriores, Ahmed Aboul Gheit.
"Respecto al este de Libia, las pistas del aeropuerto de Benghazi han quedado destruidas y no es posible el aterrizaje de los aviones egipcios ni de ningún otro país", declaró en rueda de prensa.
El régimen de Muamar Gadafi utilizó este lunes cazabombarderos, mercenarios fuertemente armados con fusiles de alto calibre e incluso antiaéreos para reprimir a los manifestantes antigubernamentales, según informó este martes Al Yazira.
   Testigos presenciales informaron desde Trípoli a la cadena qatarí de televisión por satélite que se habían vivido episodios de "extrema violencia" en las últimas 48 horas. No obstante, de momento no se han podido recibir imágenes sobre los incidentes, según Al Yazira.

Morir como un mártir

Muamar Gadafi prometió hoy martes morir en Libia como un mártir y dijo que aplastará una revuelta que ha liberado a las regiones del este del país tras cuatro décadas bajo su control.
Gadafi, ataviado con una túnica marrón, se mostró furioso y golpeó con la mano el atril ante el que hablaba, en el patio exterior de una de sus residencias, dañada en 1986 en un bombardeo estadounidense que intentaba matarle. A su lado se alzaba un monumento de un puño aplastando un caza estadounidense.
"No voy a dejar esta tierra, moriré aquí como un mártir", dijo Gadafi en el canal estatal, negándose a ceder a las demandas de sus propios diplomáticos, soldados y manifestantes, que desafiaron una fuerte represión en las calles para pedirle que se marche.
Enormes protestas en las vecinas Túnez y Egipto han derrocado a sus veteranos líderes, pero Gadafi ha dicho que no se verá forzado a marcharse por la rebelión que barre su vasta nación petrolera de apenas siete millones de habitantes, que se extiende desde el Mediterráneo y hasta el Sáhara.
"Me voy a mantener aquí desafiante", afirmó Gadafi, que ha gobernado con una mezcla de populismo y estrecho control desde que llegó al poder en 1969 con un Golpe de Estado.
La Casa Blanca señaló que la comunidad internacional tiene que hablar con una sola voz ante la "atroz violencia" en Libia, y la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, señaló que EEUU tomarían "medidas apropiadas" en su momento.
Pero Washington tiene poca influencia sobre Libia, que fue adversaria de EEUU durante la mayor parte del Gobierno de Gadafi, hasta que en 2003 accedió a abandonar un programa de armas de destrucción masiva y actuó para resolver las acusaciones del atentado de Lockerbie en 1988.
La canciller alemana, Angela Merkel, dijo que Gadafi ha declarado la guerra a su pueblo y señaló en una rueda de prensa que respaldaría sanciones a Libia si Gadafi no detiene la violencia.
El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, acusó a Libia de disparar a civiles desde aviones y helicópteros militares. El alto comisionado de Derechos Humanos del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas afirmó que los "ataques sistemáticos" sobre civiles podrían suponer "crímenes contra la humanidad".
La Liga Árabe ha suspendido la participación de la delegación libia, según la televisión Al Arabiya.
Pero Gadafi se mostraba decidido. En su exaltado discurso de 75 minutos afirmó que los manifestantes son "ratas y mercenarios" que merecen la pena de muerte. El líder libio afirmó que enviaría gente para "limpiar Libia casa por casa" a menos que los manifestantes se rindan.
También instó a los ciudadanos a tomar las calles para mostrar su lealtad.
"Todos vosotros que amáis a Muamar Gadafi, salid a las calles, asegurad las calles, no les tengáis miedo (...) Perseguidles, arrestadles, entregadles", dijo.
La agencia de noticias oficial le citó diciendo al primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, que "Libia está bien, su pueblo está (...) aferrándose a su seguridad".
Sin embargo, el ministro británico de Exteriores, William Hague, señaló que hay "muchos indicios de que la estructura del Estado (está) colapsando en Libia". Reino Unido y otros países europeos han dicho que están intentando evacuar a sus ciudadanos en Libia por avión.
Varios cientos de personas participaron en una marcha en favor de Gadafi en la plaza Verde del centro de Trípoli, según un reportero europeo en el lugar. Exclamaban lemas como "¡Nuestro líder!" y "¡Seguimos tu camino!", ondeando banderas verdes libias y portando en alto retratos de Gadafi.
"Hay varios cientos de partidarios (de Gadafi) abriéndose paso por el centro de la ciudad. Van en coches, haciendo mucho ruido y llevando su retrato", señaló un residente de la ciudad costera, de dos millones de habitantes y que es crucial para controlar Libia.
En Sabratah, unos 80 kilómetros al este de la capital, el Ejército libio desplegó un "gran número" de soldados después de que los manifestantes destruyeran casi todas las oficinas de los servicios de seguridad, según el diario online Quryna.
Antes, varios testigos que huían hacia Egipto a través de la frontera indicaron que Gadafi está utilizando tanques, aviones de guerra y mercenarios para combatir las crecientes manifestaciones en su contra.
Las noticias de la sangrienta represión han acumulado presión sobre el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, para que actúe, con políticos estadounidenses criticando su silencio y pidiendo acciones militares que van desde bombardear las bases aéreas libias a bloquear zonas del espacio aéreo.
El este del país ya no está bajo control de Gadafi, según dijeron varios soldados rebeldes en la ciudad de Tobruk a un reportero de Reuters en el lugar.
Los residentes de Tobruk señalaron que la ciudad llevaba tres días en manos del pueblo. Señalaron que el humo que subía de la ciudad procedía de un depósito de municiones bombardeado por soldados leales a uno de los hijos de Gadafi.

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