martes, 1 de marzo de 2011

En la última semana de marzo / Rafael M. Martos

Con el 28 de febrero sobre la mesa, con el recuerdo de aquel día histórico que respondía a la demanda eterna del pueblo andaluz que culminó en la manifestación del 4 de Diciembre, que ya fraguó un anteproyecto de estatuto de autonomía durante la II República Española, fruto de otro que databa de 1883, y que en definitiva no constituye más que un punto y seguido en nuestra historia, de nuevo estamos en un momento en que nuestros intereses, los intereses de los andaluces van a volver a ser sometidos a los intereses no ya del Estado, si no a los de un partido político, ese que nos ha convertido sólo en un apéndice de si mismo, que nos ha despojado de dignidad, que oculta nuestra identidad diluyéndola en el provincianismo, y que juega a un nuevo centralismo que sirve sólo a sus intereses.
En el Partido Socialista ya están manejando claves electorales propias, claves que tienen como objetivo controlar los tiempos más beneficiosos para amortiguar la debacle que se les avecina. Y para ello todo vale, desde empujar al líder máximo para no caerse con él, hasta agarrarle para que gane la última batalla como en la falsa historia del Cid Rodrigo.
En Almería, donde el enfrentamiento con el secretario general Pepegriñán lo encabeza la propia dirección provincial, y donde el hombre que apuntaba ser el ungido como su representante a este la do del Guadalquivir, Juan Carlos Usero, no ha dado ni da la talla ni ante los suyos, están en la idea de que José Luis Rodríguez Zapatero podría anunciar a finales de marzo que no concurrirá como candidato en las elecciones generales próximas.
Obviamente eso no es una ocurrencia. Puede que ocurra o puede que no, que en política nunca se sabe -y con ZP menos, que un día en su gobierno hablan de aumentar el tope de velocidad en autopistas a 130 y a otro lo rebajan por ley a 110- pero son los contactos de miembros de esa dirección almeriense en sus movimientos, cenas y comidas en Madrid, donde el run-run se baraja.
En caso de ocurrir así, la idea es que esa decisión pueda aliviar los previsibles malos resultados del PSOE, es decir que sean menos malos en las elecciones municipales.
Pero la derivada que interesa aquí es otra, y es que con esa maquinaria electoral del Partido Socialista ya engrasada, con el impulso que les da quitarse ese lastre que es el presidente del Gobierno central, pues tal vez Pepegriñán podría verse animado a convocar elecciones de un modo casi urgente para aprovechar la situación.
Y es que de esta manera, en el PSOE entienden que sería factible llegar a un acuerdo más amplio con Izquierda Unida que incluyera opción de gobierno en la Junta de Andalucía y sus innumerables derivadas de poder, así como diputaciones y ayuntamientos.

Se trata en definitiva de aprovechar que el PP podría no tener mayoría absoluta en el Parlamento de Andalucía e intentar que los nacionalistas acaben de recomponerse y lograr volver a él. Sólo un pacto de legislatura con los andalucistas podría permitir a Arenas ser presidente de Andalucía, y el PSOE lo que intentará a toda costa es que ya que no puede parar a los populares, es bloquear al PA allá donde le sea posible para impedir esa posibilidad. 
Por eso muchos medios silencia la actividad de los andalucistas, ni se les entrevista, ni se les invita a nada, ni se publican sus notas, ni se va a sus ruedas de prensa... la orden es dejarlos fuera de la circulación informativa precisamente porque junto a lo  anterior, el PSOE lo que no quiere es que haya un socialismo andaluz propio, independiente, como el que sería el del PA. 
De nuevo los intereses de Andalucía quedarían sometidos al albur de los intereses de un partido político y de un presidente que sólo busca ser avalado por las urnas para imponerse ante los focos conspiradores que le rodean en todo el país y que tienen en Almería su cabeza más visible.
En el plazo de un mes saldremos de dudas. Lo que está claro es qué partido son o están con el Régimen y que partidos o no están o están frente al Régimen.

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