lunes, 21 de febrero de 2011

El hijo de Gadafi afirma que no permitirá que el caos se instale en Libia


TRÍPOLI.- Seif el Islam, hijo del líder libio, Muamar el Gadafi, afirmó en la televisión estatal que el país se encuentra "en una situación gravísima" y en peligro de "guerra civil", pero advirtió que "no permitirán el caos" y que el Ejército "permanece y permanecerá fiel" a su padre y al régimen.

Seif el Islam, considerado hasta ahora el más probable sucesor de Gadafi, anunció "nuevas leyes y un debate nacional sobre una nueva Constitución que se puede abrir a partir de mañana si estamos de acuerdo".
"Estamos en un giro peligroso de la historia de nuestro país, antes de que todo el mundo tome las armas y haya una guerra civil y una escisión en Libia, hace falta un debate nacional, con el que Gadafi está de acuerdo, para pasar a una segunda república", afirmó.
El hijo del líder libio recalcó que hay dos opciones: "o estamos de acuerdo todos los libios que queremos la democracia, la libertad y las reformas y actuamos con la razón, o será el caos y nos encontraremos en un ciclo de violencia peor que en Irak o en Yugoslavia".
Destacó que el Ejército "desempeñará un papel esencial para restaurar la seguridad, sea cual sea el precio a pagar, ya que se trata de la unidad de Libia" y aseguró que los militares libios "no son los de Túnez ni los de Egipto".
En este sentido, recalcó que el Ejército "permanecerá fiel a Libia y a Gadafi hasta el último minuto" y que "destruirá a los que hagan un complot contra el país".
"En lugar de llorar a los 80 muertos de estos últimos días, si el caos llega, lloraremos a centenares de miles de nuestros hermanos y estaremos obligados a huir de nuestro país", aseveró.
"La situación es gravísima, hay un plan para la desestabilización de Libia, que no es Túnez ni Egipto, aquí la situación es diferente, ya que Libia está compuesta de tribus y no de partidos políticos y organizaciones y corremos el riesgo de una guerra civil", añadió.
Seif el Islam advirtió además de que a partir de esa guerra civil "podría haber otra guerra en torno al petróleo, en torno a la distribución de esas riquezas" y los libios corren "el riesgo de volver a la época del hambre".
"Si no nos ponemos de acuerdo, prepararos a ser de nuevo colonizados por occidente, ya que éste no permitirá la creación de un Estado islámico en Libia, ni dejará que se exporte el terrorismo, ni que el petróleo se queda en las manos de criminales", subrayó.
El hijo de Gadafi aseguró que han sido robadas grandes cantidades de armas y municiones en varias partes del país y que los criminales "circulan incluso a bordo de blindados".
A su juicio hay tres grupos responsables de los disturbios que sacuden el país: el primero está formado por "opositores del interior y el exterior".
El segundo por organizaciones islamistas "que se han armado y han asesinado a las fuerzas de seguridad" y "han anunciado en la ciudad de Al Baida la creación de un Estado Islámico", según dijo.
Y el tercero está integrado por "personas de todas clases, entre ellos niños, drogadictos, fugados de la justicia e incluso personas honestas, que expresan reivindicaciones legítimas", afirmó. "Hemos detenido a decenas de hermanos árabes y africanos que tienen como misión desestabilizar Libia y aterrorizar a la población", sostuvo.
El hijo de Gadafi señaló que en Bengasi se registraron 84 muertos y en Al Baida 14 fallecidos por los disturbios y reconoció que el Ejército y las fuerzas de seguridad "han cometido errores en los enfrentamientos con los manifestantes, disparando y matando a gente".
Aún así, acusó a los medios de comunicación internacionales de ofrecer "balances imaginarios" y a los de su país de "no haber cubierto los acontecimientos para dar la verdad sobre lo que pasó".
Según su hijo, Gadafi se encuentra en Trípoli y es quien "dirige el combate".
"Estamos con Libia, con Gadafi y nos batiremos hasta el último minuto hasta la última gota de sangre para salvaguardar nuestro país y su unidad", insistió.
Ayer, comandos militares libios, apoyados por mercenarios extranjeros, dispararon contra las miles de personas que acudían al cementerio de Bengasi a enterrar a los 35 muertos del sábado. El principal hospital de la ciudad ha quedado colapsado y se ha quedado sin suministros para atender a las víctimas. Hay cientos de heridos, muchos de gravedad, según fuentes hospitalarias citadas por las agencias internacionales.
Esta represión es la más violenta de todas las que ha habido hasta ahora contra las revueltas populares en el mundo árabe.

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