miércoles, 9 de febrero de 2011

El presidente interino tunecino anuncia negociaciones "con todos los sectores"

TÚNEZ.- El presidente de Túnez en funciones, Fouad Mebazza, se ha dirigido este miércoles a la nación, por primera vez en las últimas semanas, y ha anunciado la próxima apertura de un proceso de negociaciones "con todos los sectores", aunque no ha puesto fecha al arranque del diálogo y ha pedido a la población que sea "paciente".

   "Sé que todas vuestras peticiones son legítimas, pero uno debe ser racional y tener paciencia en la difícil situación a la que se enfrenta nuestro país", ha declarado en la televisión estatal quien hasta la salida del mandatario Zine al Abidinde Ben Alí ocupaba el cargo de presidente del Parlamento.
   En este sentido, el presidente interino ha subrayado que "pronto" se iniciarán "negociaciones sociales a escala nacional". En este diálogo estarán implicados "todos los sectores", según ha explicado.
   Aunque las protestas se han reducido desde la salida de Ben Alí, el pasado 14 de enero, cinco personas han fallecido en incidentes violentos rgistrados desde el pasado viernes en diversas provincias. El Gobierno ha convocado a los reservistas para advertirles de que podrían ser convocados para ayudar en la restauración del orden público.

Reservistas para salvar la "revolución"

El gobierno interino de Túnez convocó a militares reservistas para defender "la revolución" que hizo huir el 14 de enero a Zine El Abidine Ben Alí, pero manifestantes que derrocaron al ex presidente siguen criticando al gabinete transitorio y pidiendo reformas democráticas. 

El ministerio tunecino de Defensa decidió llamar a incorporarse a las fuerzas activas a partir del 16 de febrero a los reservistas pasados a retiro en los cinco últimos años, así como a los conscriptos. El ejército tunecino cuenta con unos 35.000 hombres, muchos menos que los que tenían las fuerzas de seguridad y la policía en tiempos de Ben Alí, o sea, unos 100.000.
Formado al caer Ben Alí -quien huyó a Arabia Saudí, tras multitudinarias manifestaciones contra su régimen- el gobierno de transición de Mohamed Ghanuchi sigue teniendo que afrontar el descontento de los manifestantes, primero en la capital y luego en las provincias. Así, el martes, entre 400 y 500 personas ingresaron en el edificio de la gobernación de la capital para reclamar trabajo y ayudas sociales.
En este contexto, varios miembros del gobierno llegaron a mencionar un "complot" contra la revolución que, según ellos, podría ser obra de los partidarios de la Asamblea Constitucional Democrática (RCD), el ex partido de Ben Alí.
El lunes, Ghanuchi instó a los diputados a votar una ley que permita al presidente interino, Fued Mebaza, a gobernar prescindiendo del Parlamento, aún controlado por partidarios de Ben Alí. "Hay gente que quiere volver al pasado, pero tenemos que honrar a nuestros mártires que lucharon por la libertad", recalcó, durante una agitada reunión en la que 177 de los 195 diputados presentes (sde un total de 214) votaron lo solicitado por el primer ministro.
La cámara alta habrá de pronunciarse este miércoles sobre el mismo texto, con el fin de permitir a Mebazaa cambiar lo antes posible el panorama político de cara a las elecciones presidenciales y legislativas.
Ambos comicios están previstos para dentro de seis meses, pero aún se desconoce la fecha exacta, en momentos en que redoblan las críticas de quienes consideran que este plazo es demasiado largo.
Presionado por los manifestantes, el gobierno de transición había anunciado el domingo que "suspendía las actividades" de la RCD.
No obstante, el lunes, fuera del palacio del Bardo, donde estaban reunidos los diputados, cientos de manifestantes reclamaron la "disolución del Parlamento". "No a un Parlamento que no representa al pueblo", coreaban los manifestantes, reclamando "una asamblea constituyente que tenga a su cargo la elaboración de una nueva Constitución y adopte las leyes necesarias para la transición".
Durante los últimos incidentes en varias regiones, la policía estaba totalmente ausente, y la seguridad estaba a cargo del ejército.
Desde la movilización que provocó la caída del régimen de Ben Alí, el ejército cuenta con el respeto de la población por haberse negado a disparar contra los manifestantes.
Durante el sitio, a finales de enero, de las oficinas del primer ministro en el centro de Túnez por miles de manifestantes que reclamaban la renuncia de ministros demasiado allegados al antiguo régimen, el jefe del estado mayor del ejército, Rachid Ammar, se dirigió a los manifestantes para "garantizar" la revolución. "El ejército nacional se declara garante de la Revolución. El ejército protege y protegerá al pueblo y al país", había declarado.
El nuevo gobernador de la región de Susa (150 kilómetros al sur de Túnez) se vio obligado el martes a abandonar sus oficinas presionado por una colérica muchedumbre que reclamaba su renuncia a causa de su pertenencia al partido del ex presidente Ben Alí, el RCD, informó la agencia TAP.
Durante la jornada, varios comercios de la localidad fueron saqueados "por un grupo de personas armados de cuchillos y mazas", precisó la agencia tunecina.
En la ciudad turística vecina de Monastir numerosos manifestantes reclamaron igualmente la renuncia por las mismas razones del gobernador nombrado recientemente por las autoridades de transición tunecinas.
La misma escena se reprodujo en Medenina (sur), donde centenares de personas se reunieron ante la gobernación.
En la cuenca minera del centro-oeste, el gobernador de Gafsa, recientemente nombrado, Mohamed Gouider, había conocido la misma suerte el domingo y debió ser evacuado de su oficina a bordo de un vehículo del ejército.

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