jueves, 21 de octubre de 2010

Añez (PAL) dice que el Caso Poniente "ha pasado factura" y cree que se "intenta destrozar" la figura de Enciso

EL EJIDO.- El portavoz del equipo de gobierno en el Ayuntamiento de El Ejido y secretario general del PAL, José Añez, ha reconocido este jueves que el Caso Poniente por el que se detuvo hace un año al alcalde ejidense, Juan Enciso, "ha pasado factura" al ánimo del primer edil y sus allegados, "al pueblo y también vamos a ser sensatos", al partido municipalista que Enciso fundó en 2005 tras escindirse del PP.

   En rueda de prensa, Añez, para quien el Ayuntamiento "nunca ha perdido su normalidad", se ha referido a la operación policial y judicial contra una presunta trama de corrupción como "un proceso muy duro" desde el punto de vista "personas, familiar y político" que, según ha subrayado, "también lo ha sido para los ciudadanos", que son "los únicos que tienen la potestad para decir quién quieren que les gobierne ahora y en un futuro".
   Tras trasladar que cree en la "inocencia" del regidor y presidente del PAL y que, por tanto, "no se ha llevado ni un solo duro" de las arcas municipales, ha aseverado que con la detención el 20 de octubre de 2009 se "intentó destrozar y acabar" con la figura de Enciso, "un objetivo principal de algunos, no de ahora, sino de hace mucho tiempo" al tiempo que "se ha querido aprovechar de una debilidad que ha demostrado no tener para sacar tajada política". "Muchos no esperaban la fortaleza que está mostrando", ha ahondado.
   Al hilo de esto, ha advertido que no existen "atajos" para alcanzar el gobierno en El Ejido derivados, a su juicio, "del odio y el rencor" hacia el PAL, proyecto que "llevaremos hasta el final", y que en Democracia "solo vale lo que dicen los ciudadanos y no buscar meter a nadie en la cárcel para ganar unas elecciones". "Que, después de quedarse en año 2000 sólo con su pueblo sin acatar directrices de partido y luego obtuviese mayoría absoluta en 2003 no se le ha perdonado", ha asegurado en referencia a Enciso.
   En los mismos términos en los que se ha expresado en ocasiones anteriores, Añez se ha referido a la operación 'Poniente' como un "espectáculo" en el que los modos de actuar con "fueron desproporcionados". Ha calificado, asimismo, de "vergonzosas y lamentables" las, a su juicio, "filtraciones de un sumario que está bajo secreto".
   La operación 'Poniente' se saldó con la detención de 23 personas, entre ellos el alcalde y el ex interventor municipal, José Alemán, por presuntos delitos de cohecho, malversación de caudales públicos, tráfico de influencias, blanqueo de capitales y falsedad documental, así como más de una cincuentena de imputados.

El comité de dirección de GIAL decide este viernes si acepta o no la propuesta de integración realizada por PP

ALMERÍA.- El comité de dirección del Grupo Independiente de Almería (GIAL) decide este viernes en asamblea si acepta o no la propuesta de integración realizada por la dirección provincial del PP almeriense, después de que los presidentes de ambos partidos, Juan Megino (GIAL) y Gabriel Amat (PP), hayan mantenido varios encuentros para analizar y negociar la fórmula en la que los independientes pasarían a formar parte del PP, si procede. 
 
   Fuentes del partido han explicado que durante la reunión del comité de dirección que conforman ocho personas, Megino expondrá las negociaciones mantenidas con los 'populares' y las propuestas lanzadas, así como las peticiones realizadas por el partido que pasaría a integrar el PP en caso de aceptar, un asunto que viene introducido por la cláusula que firmaron ambos partidos en el momento en el que se produjo el pacto de gobierno en la capital para la corporación 2007-2011 y que repercute en las listas de las próximas elecciones municipales.
   De esta forma, durante la reunión se votarán las alternativas de manera que, en caso de aceptar la propuesta de integración, hasta el momento "global" según apuntan, la decisión se tendrá que someter de nuevo a consideración, esta vez por parte del comité ejecutivo de GIAL. En caso de deshechar la oferta del PP, las formaciones políticas mantendrían sus condiciones actuales si no se producen nuevos acercamientos.
   No obstante, Megino ya apuntó en una rueda de prensa que la integración con el PP "está más cerca que nunca" después de la última negociación 'bis a bis' mantenida con el presidente del PP de Almería, si bien ha insistió en que este acercamiento "no significa que la integración se vaya a producir porque hay cuestiones desde nuestro punto de vista muy importantes, que seguramente no lo sean para el PP, en las que estamos trabajando".
  El presidente de GIAL y edil de Urbanismo capitalino explicó que a consecuencia de este acuerdo "han ido llegado diversas propuestas --del PP-- que habían sido desatendidas por la dirección de GIAL", aunque la reanudación de las conversaciones han llevado a este "acercamiento" que aún se aleja de la integración a la espera de tratar determinadas cuestiones. "No son flecos, éstos se resuelven enseguida, sino que estamos en una negociación a nivel de presidentes de partido con la modestia nuestra y la grandeza que pueda tener el PP", advirtió.
   Megino reflexionó sobre las consecuencias que tendría para GIAL aceptar la integración con el PP como es la "desaparición" de su formación, un "sacrificio importante", a su juicio, en el que hay que tener en cuenta que el partido cuenta en la provincia con tres alcaldías, participación en varios equipos de gobierno, 31 concejales y 1.000 afiliados, según ha ahondado. "Yo espero que esta circunstancia esté siendo suficientemente sopesada por la dirección del PP", subrayó.
   Por otra parte, el edil capitalino ha ratificado además que en caso de que se produzca esta entrada de GIAL en el PP, él mismo no se incluiría en el partido opositor, lo que, ha aclarado, "eso no quiere decir que no luche por esa integración" a través de determinados términos que declinó precisar.

Lo malo de fumarse un puro / Javier Valenzuela

Lo malo de fumarse un puro esperando ver pasar el cadáver del enemigo es que a poco que éste haga algún movimiento para intentar salvarse se te pone cara de tonto. Es lo que le ha ocurrido a Rajoy tras dos jugadas de manual de Zapatero: un pacto parlamentario con PNV y Coalición Canaria que le garantiza terminar la legislatura y un cambio de Gobierno. El estupor y hasta temor expresados el miércoles por Rajoy y los suyos confirma que sesteaban en una oposición siempre negativa, nunca positiva, una oposición que jamás desvela sus alternativas. Confiaban plenamente en que la acumulación de la crisis con los errores de Zapatero les llevara en volandas a La Moncloa.
Zapatero terminará su segunda legislatura y el PSOE venderá cara su piel, no sabemos con qué candidato, en 2012. Pero es sólo la mediocridad de la dirección conservadora lo que ha convertido en maravillosa virtud lo que era una necesidad a gritos, lo que muchos reclamaban desde hacía meses: un Ejecutivo más compacto y combativo, con mayor peso político y capacidad de comunicación. Incluso la nueva alineación estaba en lo esencial prácticamente cantada.
Forjado en mil batallas, multiusos, de gran inteligencia y capacidad dialéctica, buen conocedor de los medios de comunicación, Rubalcaba era lo seguro, el evidente valor refugio para un partido y un Gobierno deshilachados y desnortados. Ahora ocupa una posición clave en lo que de momento es un final menos espasmódico de la segunda legislatura de Zapatero.
¿Sobrevive Zapatero a costa del zapaterismo? ¿Estamos ante un poszapaterismo con Zapatero? Cabe preguntárselo. El líder socialista aplica desde mayo las recetas de los mercados y organismos financieros, dañando y decepcionando a sus votantes de izquierda. También aceptó resignadamente los recortes del Estatut, enajenándose la simpatía de muchos catalanes. Ahora se ha desprendido de Fernández de la Vega y de Moratinos, dos de sus ministros fetiche, ha reconvertido en secretarías de Estado los ministerios de Vivienda e Igualdad y ha encumbrado a Rubalcaba, un veterano del felipismo. ZP y buena parte del zapaterismo ya son historia. Para lo bueno y para lo malo, Zapatero es ahora eso que los norteamericanos llaman "Just Another Politician".
Aunque este Gobierno sea más organizado, combativo y mejor comunicador que sus predecesores, su margen de maniobra en lo esencial hoy para los españoles, lo económico y social, es muy estrecho. La recuperación económica será débil en 2011, creará poco empleo neto, si es que lo crea, y, sobre todo, la percepción ciudadana, siempre por detrás de los datos, continuará siendo negativa. Y tomada la decisión de seguir adelante (ahí sigue Elena Salgado) con las reformas neoliberales, ¿cómo puede recuperar la confianza de tantos de sus electores de izquierdas? Tras los recortes en pensiones, sueldos de funcionarios e inversiones públicas, tras el abaratamiento del despido, ahora viene el retraso en la edad de jubilación.
El problema del PSOE no es el atractivo de Rajoy (siempre escaso) ni el ascenso electoral del PP (que vendrá a obtener en 2012 los diez millones de papeletas de sus incondicionales). Su problema es que, a tenor de las encuestas publicadas antes del cambio de Gobierno, a dos, tres, tal vez cuatro millones de españoles de los 11 millones que les votaron en 2008 no les apetece votar a los socialistas en general y a Zapatero en particular. Les dolió el que Zapatero negara la crisis cuando ellos ya la sufrían en carne propia y, luego, el que en mayo bebiera el cáliz hasta las heces y asumiera lo que ellos consideran que son contrarreformas sociales.
Los éxitos electorales de la derecha en Europa (y los que pueden obtener en las legislativas norteamericanas del mes próximo) se corresponden a su triunfo ideológico. De la reforma del capitalismo del otoño de 2008 se ha pasado vertiginosamente a la urgente aplicación del programa máximo del capitalismo financiero internacional. La impotencia de la socialdemocracia para proteger a los suyos es patética. No es de extrañar que muchos de sus votantes se abstengan y que los otros prefieran el original de la derecha neoliberal a la mala copia del centroizquierda.
Sí, el nuevo Gabinete cuenta con dos guiños a la izquierda: Valeriano Gómez, que se manifestó contra la reforma laboral, y Rosa Aguilar, ex alcaldesa de Córdoba por IU. ¿Logrará el primero que los costes de la crisis no los paguen sólo las clases populares y medias? ¿Conseguirá reformar la reforma laboral para que no sea tan sólo un abaratamiento del despido? ¿Podrá cambiar el rumbo ya adoptado por la reforma de las pensiones? Es difícil imaginarlo cuando la misma Moncloa presentaba el miércoles este Gabinete como el que seguirá aplicando la política adoptada en mayo.
Los socialistas creen que pueden quedarles otros dos cartuchos. Uno es que ETA renuncie de veras al terrorismo. Veremos. Lo seguro es que, con Rubalcaba y Jáuregui en La Moncloa, el Gobierno será muy prudente. Sabe, además, que no podrá contar con el apoyo leal del PP, proclive más bien a presentar cualquier final feliz como una "rendición" de los socialistas. Otro cartucho imaginado es la removilización del electorado progresista en 2012 por miedo al regreso de la derecha a La Moncloa. Pero será difícil que este recurso, ya utilizado en 2008 con el resultado para el PSOE de cientos de miles de votos adicionales de ciudadanos de izquierda, funcione de nuevo.
Zapatero tiene garantizado que agotara la legislatura. Esto desdramatiza el debate sobre quién será el cabeza de cartel socialista en 2012. Nadie ha echado al presidente antes de tiempo y si no se presenta una tercera vez será por decisión propia. El año y medio de estabilidad parlamentaria le permite plantearse el asunto con cierta calma.
Ahora bien, 2012 no debería ser sólo para los socialistas una cuestión de nombre: si Zapatero u otro; si este otro es hombre o mujer, un valor refugio o una apuesta de futuro, alguien de la vieja guardia felipista o alguien surgido del zapaterismo. Debería ser también, y sobre todo, una cuestión de un nuevo programa, de una propuesta que de sentido a la idea de que la socialdemocracia aún es capaz de ofrecer alguna seguridad en la selva de la globalización a los que no son ricos y poderosos.

La conspiración de Ponferrada / Javier Casqueiro

¿Cómo se hace una crisis de gobierno tan potente y con tanta gente implicada como la de ayer sin que se filtre antes y se estropee? ¿Con quién se consulta? ¿Tiene colaboradores de confianza alrededor el presidente del Gobierno como para preparar algo tan delicado? Una crisis similar, muy similar, estuvo a punto de ejecutarse antes del verano y se estropeó. Los dos nombres principales de entonces, Alfredo Pérez Rubalcaba y José Blanco, han sido ahora también básicos. Pero con resultados diferentes.
Entonces se especuló con que el nuevo vicepresidente primero podría ser el ahora ministro de Fomento, que desbrozaría en su cargo el camino del titular de Interior para un futurible relevo de José Luis Rodríguez Zapatero como próximo candidato del PSOE a la presidencia del Gobierno en 2012. Aquella operación no salió. Entonces se achacó aquel fracaso a la excesiva ambición pública de algunos de los protagonistas. Pero de aquel amago no salió bien parada, tampoco, la secretaria de Organización del PSOE, Leire Pajín , que le servía al presidente de contrapeso. Aún le sirve en ese cometido. Y en otros.
Hay muchos dirigentes del Gobierno y del PSOE que cuestionan en privado la labor de la hasta ahora secretaria de Organización. Pero Pajín se ha mantenido en su cargo y ahora será ministra porque ha querido Zapatero. El presidente gusta de fomentar varios círculos de opinión e influencia a su alrededor. El primer núcleo, el central, en cualquier caso, lo forman sobre todo dos personas: José Blanco y Alfredo Pérez Rubalcaba . Era así antes y ahora lo será seguramente más. Pero el líder socialista busca también otras voces.
Para cerrar esta crisis abierta desde antes del verano, el presidente ha consensuado ideas obviamente con Blanco, con Rubalcaba, pero también con Leire Pajín. Porque, además, la remodelación ha traído consecuencias también para la estructura interna del PSOE. Y muy relevantes de cara a un futuro congreso del partido que pudiera decidir sobre el futuro sucesor de Zapatero. Si es que Zapatero no se presenta otra vez.
Cuando el presidente picoteó algún tentempié el domingo, sobre las dos de la tarde, con un grupo muy selecto de periodistas en el pabellón de deportes El Toralín de Ponferrada aún tenía muchas dudas sobre lo que venía tramando desde hacía meses. Los periodistas, enviados desde los medios nacionales, le preguntaron hasta tres veces por la crisis. El presidente negó tres veces y aseguró que solo relevaría a Celestino Corbacho en el Ministerio de Trabajo. Aunque el propio Corbacho algo se olía. En los últimos días justificaba el retraso en su cese porque "a lo mejor hay algo más".
Las dudas del presidente del domingo se despejaron algo cuando comprobó que tenía apoyos parlamentarios suficientes para agotar la legislatura con el PNV y Coalición Canaria. El lunes iba a recibir a Paulino Rivero (CC) con ese objetivo.
Zapatero dejó las conspiraciones de Ponferrada en marcha y volvió a Madrid, se encerró en La Moncloa y habló esa tarde del domingo en privado con María Teresa Fernández de la Vega . Presumía que prescindir de la vicepresidenta en la que se ha apoyado tanto estos seis años iba a ser difícil. Pero resultó más fácil de lo previsto. Estuvo muy comprensiva.
Entonces Zapatero se animó a ejecutar una crisis amplia, con mucha experiencia y pesos pesados, la que le venían reclamando barones y secretarios generales de varias federaciones. La que demandaban desde Cataluña, que tiene dentro de un mes unas elecciones lastradas por la abstención de los socialistas, y la que iba a ser tan bien acogida este sábado en el Comité Federal. Se convenció. Era el momento. Antes de que en enero empiece a notarse la recuperación económica. Y Zapatero empezó a tirar de móvil. Tenía el lunes y el martes para cerrar todo el paquete de cambios. Y debía ser discreto para que no se vinieran otra vez abajo.
Charló con Blanco, Rubalcaba y Pajín. Cuadró el círculo de esos intereses tan variados. Y empezó a planificar citas. El martes había pleno en el Congreso de los Diputados sobre los Presupuestos Generales del Estado. Otro buen lugar para las conspiraciones. La zona de Gobierno preparada en la Cámara baja puede llegar a estar muy concurrida, pero también puede ser muy reservada. Propicia para confidencias. El martes por la tarde, entre las siete y las diez de la noche, se ejecutó todo.
Inició entonces Zapatero un periplo de entrevistas y llamadas. A la primera que telefoneó fue a Trinidad Jiménez . El último fue Ramón Jáuregui , al que llamó y pilló mientras estaba cenando en Estrasburgo. Con algunos de los ministros salientes tuvo deferencias. Aprovechó que Miguel Ángel Moratinos estaba el martes en el pleno y se lo llevó a su despacho. Charlaron 20 minutos. El ministro lo encajó como pudo. Tenía inminentes viajes de trabajo en marcha.
Ya de noche avanzada, cuando la crisis revoloteaba por las redacciones, el presidente volvió a llamar a Blanco, Rubalcaba y Pajín. Y a otros. Y les contó que el plan había salido bien. Y que estaba "de vuelta".

Un muerto muy vivo / Rodolfo Irago

A Zapatero se le ha dado por muerto muchas veces, sobre todo en el PP pero hoy ha vuelto a demostrar que hay pocos políticos en este país con su capacidad para reinventarse y resucitar. Es un muerto muy vivo aunque esté a 12 puntos del PP. Este profundo cambio de gobierno debería obligar a Rajoy a revisar su estrategia. El lider del PP tendrá que levantarse de la cama si ha seguido el consejo de sus asesores porque a lo mejor ya no le llega con sentarse a esperar al 2012.
Zapatero ha hecho finalmente la remodelación que tenía pensada antes del verano. Rubalcaba es el hombre fuerte de un gobierno con nuevo impulso político con Ramon Jauregui, el ascenso de Trinidad Jiménez, Valeriano Gómez, Leire Pajín y la sorpresa de Rosa Aguilar, pensando mucho en Andalucia y en el voto de izquierdas. En el partido, gana de nuevo peso José Blanco, que volverá a organizar las campañas y con el apoyo de otro peso pesado, el presidente aragones Marcelino Iglesias que salta a la política nacional.
¿ Cómo va a influir esto en la posible sucesión? Gana Rubalcaba porque será el portavoz politico del Gobierno y llevará la comunicación del Ejecutivo, gana Blanco en un partido que estaba en plena zozobra y a las primeras de cambio, parece perder Chacón, la otra persona en la que se piensa en el PSOE cuando se habla del relevo de Zapatero. Chacón se queda en Defensa, no gana ni presencia política pero sigue en un ministerio muy protegido.
Esto parece claro pero mejor será aplicarnos algo de humildad porque hace solo 15 días en las primarias del PSOE en Madrid, todos dimos por hecho que habían perdido Rubalcaba, Blanco y Trinidad Jimenez. Los tres salen hoy reforzados. Si en dos semanas ha pasado todo esto, ¿qué puede ocurrir en año y medio?
Si tengo que mojarme con un pronóstico, seguramente para equivocarme, me da la impresión de que hoy estamos más cerca que ayer de ver de nuevo a Zapatero de candidato. El lider del PSOE completará su semana de inicio de remontada el sábado en un comité federal que ahora se presenta casi eufórico después de varias semanas de profunda depresión.

 http://www.cadenaser.com/espana/articulo/muerto-vivo/serpro/20101020csrcsrnac_14/Tes

Voladura controlada de Zapatero / Pablo Sebastián

Aunque oficialmente es Zapatero quien ha hecho la crisis del Gobierno que encumbra a Rubalcaba como hombre fuerte del Ejecutivo y del PSOE, todo indica que el nuevo vicepresidente primero y doble ministro Portavoz  y de Interior ha jugado, con el apoyo de Felipe González y la vieja guardia del PSOE, un papel decisivo no solo en su rutilante ascenso que lo sitúa como sucesor de Zapatero en el cartel electoral del PSOE para las elecciones de 2012, sino también en la composición y la estructura del Gabinete.
Lo que apunta que la crisis la han hecho a medias Zapatero y Rubalcaba,  que estamos ante el principio del fin de Zapatero, o puede que incluso ante la voladura controlada del líder socialista a manos de la guardia felipista del PSOE. La que, en este nuevo gobierno, ocupa posiciones esenciales como la vicepresidencia primera con Rubalcaba, la vicepresidencia tercera de Chaves, el ministerio de la Presidencia de Jaurégui, el ministerio de Educación de Gabilondo, y el de Asuntos Exteriores de Jiménez, todos  próximos a Felipe González. Y a no perder de vista a la vicepresidenta segunda de Economía, Elena Salgado, que es una persona muy próxima a Rubalcaba.
Otra señal que abunda en la idea de la paulatina despedida de Zapatero se aprecia en la caída de sus colaboradores de confianza: la vicepresidenta de la Vega y el ministro Moratinos. Y en la pérdida de peso e influencia de los ministros Blanco y Chacón que aunque permanecen en sus puestos de Fomento y Defensa, han perdido la batalla de la vicepresidencia primera del Gobierno y de la sucesión de Zapatero a la que aspiraban y en la que Rubalcaba tiene todas las de ganar. Porque su super vicepresidencia lo señala como “delfín” del presidente –al igual que ocurrió en el PP cuando Aznar nombró vicepresidente primero a Rajoy tras las elecciones generales del año 2000-, y porque a partir de este momento la capacidad de maniobra de Rubalcaba será muy grande tanto en el Gobierno como en el PSOE.
Hasta el punto que en cierta manera se puede decir que Zapatero será rehén de Rubalcaba porque no se podrá permitir una discrepancia abierta con tan poderoso señor, en el que el presidente del Gobierno ha depositado toda su confianza –y su futuro personal- para recuperar la imagen del Gobierno y el electorado del PSOE, y para desafiar abiertamente a Rajoy y al PP.
Un partido el PP que ha quedado descolocado y preocupado por el ascenso de Rubalcaba, al que temen y “odian” por su agresividad tras los atentados del 11-M en Madrid, que provocaron la derrota de Rajoy en 2004, y al que han acusado recientemente de utilizar la policía y servicios de información de Interior contra el PP. Y los populares saben muy bien y conocen la gran capacidad, experiencia y habilidad dialéctica del nuevo número dos. No en vano Rubalcaba ha sido el artífice de la reconducción del primer estatuto catalán que aprobó Maragall para luego lograr el pacto de su reforma con Artur Mas, estuvo y sigue estando en el proceso negociador con ETA, fue persona clave en el pacto de los Presupuestos de 2011 con el PNV, y tiene tirón y ascendencia, a favor y en contra, en los medios de comunicación. Y especialmente en el Grupo Prisa, que es su multimedia de cabecera y que ha colaborado de manera muy directa en este golpe de mano del felipismo para colocar a Rubalcaba como hombre duro y fuerte de la situación.
No cabe la menor duda de que se inicia una nueva etapa política porque al vuelco de la política económica que dio Zapatero el pasado mes de mayo, tras renunciar a su discurso progresista y social, ahora llega el vuelco en el Gobierno y la primera e inequívoca señal de que el presidente y líder del PSOE podría estar preparando, con tiempo, su retirada del primer plano de la vida política nacional. Aunque, conocido su optimismo voluntarista, no cabe duda de que a Zapatero siempre le quedará la esperanza de salvarse de la quema y de continuar, o al menos de lograr una salida airosa del poder y menos dura de la que le esperaba. En cuanto a Rubalcaba hay que señalar –y él lo apreciará cuando se le pase la euforia del momento y regrese pronto a conectar con la realidad- que sus adversarios no solo están en el PP sino y sobre todo en la crisis económica y social que inunda el país. Un enemigo temible y casi imposible de derrotar.

http://www.republica.es/2010/10/20/voladura-controlada-de-zapatero/

El presidente efectivo del Gobierno / José Antonio Zarzalejos

El 21 de noviembre del pasado año escribía en este mismo espacio que el nerviosismo inhabitual en Alfredo Pérez Rubalcaba, ministro de Interior, resultaba ser el síntoma más evidente de que el Gobierno no funcionaba. Decía entonces y mantengo ahora que el político cántabro, de natural sereno, se siente profundamente incómodo con la mediocridad política de su entorno. Desde entonces, las cosas no han hecho otra cosa que empeorar. Agosto ha sido un mes de grandes errores del presidente del Gobierno, continuación de otros que se arrastran de muy atrás.
En una operación cuyas interioridades sólo se atisban, Pérez Rubalcaba, por un lado -el del Gobierno-, y José Blanco -por el del partido- están tratando de hacerse con el timón y reorientar la errática trayectoria del uno y del otro. Hay circunstancias que, como reconocen fuentes socialistas que persisten en su anonimato, desembozan lo que está ocurriendo y, entre ellas, las siguientes:
Las primarias en Madrid
El responsable del posible descabalgamiento de Tomás Gómez de la candidatura a la presidencia de la Comunidad de Madrid es el ministro de Interior en coordinación con el vicesecretario general del PSOE, José Blanco, cuya confianza en el secretario general del PSM es nula (“Una cosa es el liderazgo orgánico y otro el social”, ha declarado a este respecto el ministro de Fomento sobre Gómez), entre otras, por las razones que explicó Jesús Cacho el pasado miércoles en El Confidencial.
Ambos manejaron ante Zapatero la encuesta que ofertaba a Trinidad Jiménez un 16% más de voto que a Tomás Gómez. De forma innecesariamente patosa -el presidente no es un dechado de perspicacia en la ejecución de las estrategias-, Zapatero pidió a Gómez su renuncia, éste rechazó la petición y se pusieron en marcha las primarias. Rubalcaba, sin embargo, ante la torpeza del presidente, ha tomado el testigo y se está empleando a fondo en laminar a Gómez. No sólo fue el titular de Interior quien cifró todo “el activo” de Gómez en “decir no al presidente”, sino que, tanto en los medios como en la Ejecutiva Federal, puso las cosas en su sitio: Gómez fue a postularse, Gómez ofreció a Jiménez la segunda plaza en las listas, era Gómez el que no quería primarias.
En paralelo, Rubalcaba, con telegenia y verbo fluido, se está encargando de celebrar públicamente las virtudes de Trinidad Jiménez como si de su jefe de campaña se tratase, con la discreta pero eficiente ayuda de Blanco, que mide los tiempos en la entrega del censo del PSM o devuelve a los militantes de Móstoles -todos de Trini- la facultad de voto después de que Gómez disolviese aquella agrupación. Mientras tanto, Zapatero -“No me juego nada en estas primarias”- ha dado un paso atrás distanciándose de una pelea interna que le sitúa en arenas movedizas. Sus ministros de Interior y Fomento están vigilantes.
La crisis con Marruecos
Ni el presidente del Gobierno ni el ministro de Exteriores –salvo en funciones internas- dirigieron la crisis que desató Rabat con el bloqueo a la ciudad de Melilla. La resolvió -en la medida en que se pueden resolver estas crisis con nuestro inquietante vecino del sur- Rubalcaba, quien preparó cuidadosamente la visita a la capital marroquí donde, además de entrevistarse con su homólogo, consiguió el muy infrecuente privilegio de ser recibido por Mohamed VI, que consideró al titular de Interior suficiente y sólido interlocutor, cuando consta que el Rey alauita no se ha puesto al teléfono con el propio presidente del Gobierno.
Rubalcaba, además de venirse con el acuerdo bajo el brazo y la visita real, arremetió contra el PP: “Rajoy y el PP hacen la política a cabezazos, y nosotros con cabeza”. Este tipo de frases sentenciosas, forman parte del arsenal semántico -rápido y ocurrente- del ministro, que no estaba dispuesto a que la parsimonia de Moratinos o la ignorancia de Zapatero en el área internacional creasen un enorme problema con Marruecos, en el que el pretexto de Rabat consistía en supuestos malos tratos perpetrados en la frontera por miembros de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Rubalcaba ha conseguido que el roce con Marruecos quede como un mero recuerdo veraniego.
Los Presupuestos Generales
Si algún ministro del Gobierno conoce las interioridades del Partido Nacionalista Vasco, ese es Pérez Rubalcaba. El titular de Interior tuvo que trajinar con las huestes -más difíciles que las de ahora- que dirigió Xavier Arzalluz, ha negociado transferencias con los nacionalistas, ha urdido estrategias parlamentarias y ha recompuesto situaciones complejas. Ahora que los seis votos del PNV son decisivos para aprobar los Presupuestos, el presidente ha echado mano de la veteranía de Rubalcaba, que desempeñará un papel trascendental, aunque siempre discreto, en una negociación en la que Elena Salgado y José Antonio Alonso serán secundarios. Mariano Rajoy mostró públicamente su extrañeza por el hecho de que el responsable de un departamento tan alejado de Economía y Hacienda fuese el interlocutor fundamental ante los nacionalistas.
Lucha antiterrorista y tregua de ETA
Pérez Rubalcaba ha marcado la pauta antes que el propio Zapatero. Su respuesta al comunicado de la banda terrorista ETA, en la que afirmaba que no perpetrará atentados “ofensivos”, fue inmediata -el lunes, en el programa matinal de TVE-, antes de que se pronunciase el presidente del Gobierno y la vicepresidenta primera. El titular de Interior fue gráfico y terminante en el rechazo a cualquier cambio de la actual política antiterrorista, descartó que la Ley de Partidos fuese a modificarse o a permitirse la presentación en las elecciones municipales y forales de la izquierda radical abertzale.
La fulminante intervención del ministro evitó especulaciones sobre la postura del Gobierno y, sobre todo, despejó la sospecha de cualquier maniobra oculta entre el Ejecutivo y enlaces de la banda para obtener el alto el fuego terrorista. Tras las declaraciones del titular de Interior, los demás cargos socialistas han ido chupando rueda. No hay que olvidar que el actual ministro de Interior fue coautor del Pacto Antiterrorista con el PP y el interlocutor del Gobierno de Aznar durante la tregua de ETA de 1998. Pisa un terreno firme.
Afganistán
El asesinato de dos guardias civiles y de su traductor -también español- a manos de un terrorista afgano conmovió al país. Pérez Rubalcaba ejecutó una repatriación de los cuerpos en un tiempo récord, con una también rapidísima organización de las exequias que fueron presididas por los Príncipes de Asturias, quienes el día anterior se encontraban en una isla griega celebrando la boda de Nicolás de Grecia. Las explicaciones sobre el atentado y el protagonismo en la recepción de los restos mortales de los guardias civiles recayeron sobre el ministro de Interior, quedando la responsable de Defensa, Carme Chacón, en un segundo término.
Silencios
Nuestro personaje, sin embargo, ha pasado como la luz por el cristal en dos temas abrasivos: la liberación de los cooperantes catalanes en el Sahel (tema que coordinó y negoció Exteriores), en el que medió el pago de un rescate y la excarcelación de un terrorista; y se ha cuidado muy mucho de pronunciarse con la soltura que le caracteriza sobre el Tribunal Constitucional, su sentencia sobre el Estatuto catalán y la situación allí creada en estas vísperas electorales. Y los silencios y ausencias de Rubalcaba casi siempre hay que interpretarlos a la inversa.
Todas estas circunstancias están propiciando en el seno de un PSOE desorientado -en el que surgen primarias como setas y arrecian los gritos de "¡Zapatero, dimisión!", coreados en las concentraciones sindicales- que Pérez Rubalcaba resulte ser el alfiler del abanico, el presidente efectivo. El ministro es conocido como Fouché -y algo tiene del personaje francés-, pero nadie en el socialismo español se imaginaba al actual Gobierno sin el político cántabro, y avanza el perfil de una posibilidad que se formula en interrogante: ¿Rubalcaba candidato a presidente del Gobierno por el PSOE sostenido por su buen amigo José Blanco?
Supongo que no hace falta reiterar que Jaime Lisavetsky, que disputará la alcaldía a Ruiz-Gallardón, es íntimo amigo de nuestro nunca bien ponderado ministro de Interior, o sea, del presidente efectivo del Gobierno. En Ferraz hay quien dice que el postzapaterismo ha comenzado de la mano de un felipista.

http://www.elconfidencial.com/notebook/presidente-efectivo-gobierno-20100911-6377.html

Luces y sombras de una crisis para salir de otra crisis / Antonio Casado

El primer fruto visible de los pactos de supervivencia con nacionalistas vascos (PNV) y canarios (CC) apareció el domingo pasado en Ponferrada, donde Zapatero se permitió ofrecer a sus compañeros de partido una receta para remontar: aplicación de las reformas económicas y movilización de los socialistas ante un eventual retorno de la derecha al poder. El segundo, la aprobación de los Presupuestos para el año 2011 en base a los mencionados pactos. Y el tercero, la significativa renovación del Gobierno que acabamos de conocer.

Mientras las coplas cantan su pérdida de credibilidad, su desplome en los índices de valoración y la caída libre del PSOE en las expectativas de voto, Zapatero saca la cabeza un minuto después de asegurarse un año y medio más de cuerda. En la rueda de prensa celebrada en Moncloa para explicar los cambios en el Gobierno, el presidente escenificó el intento de remontada política y económica que se propone. Desde la estabilidad presupuestaria e institucional. Gracias a sus nuevos costaleros parlamentarios. “Este era el momento de hacerlo”, dijo.

Otra cosa es que lo vaya a conseguir. Empezaremos a saberlo en cada una de las dos paradas controladas que se avecinan: las catalanas de noviembre y las territoriales de mayo. Hasta entonces, Zapatero toma impulso político y trata de nadar contra corriente con la ayuda de sus dos remeros preferidos: Rubalcaba y Blanco, los dos únicos ministros que salen reforzados de esta crisis. Sobre todo Rubalcaba, que consolida en el organigrama el papel de cerebro político que ya ejercía en la trastienda. Ahora también como banda sonora del Gobierno.

Blanco favorito del PP

Piloto y pregonero de un Ejecutivo en fase terminal, si nos atenemos a las encuestas, los climas de opinión consolidados y unos potentes difusores mediáticos de la derecha sin complejos. Atención, pregunta: ¿Cuánto tiempo creen ustedes que va a pasar hasta que Rubalcaba -ahora el listo de la clase que desborda a Zapatero en los ranking de valoración ciudadana y sintoniza con los votantes conservadores- vuelva a ser el ministro del Gal, enredador del 11-M, enterrador del último Gobierno de González y encubridor del caso Faisán?

Ese es uno de los dos puntos débiles de la remodelación ministerial (entran cuatro, salen seis, cambia una y se refuerzan dos). Me refiero a la mayor exposición de Rubalcaba, que siempre fue uno de los blancos favoritos del PP. El otro es la crisis económica, como un yacimiento de malas noticias que parece inagotable. Y podría quemar a los nuevos ministros en dos meses como quemó a los anteriores, ¿o alguien cree que las malas noticias sobre paro, índices de confianza, crecimiento, deuda, etc., se han terminado ya y que, a partir de ahora, la recuperación de la economía será rápida e imparable?

De modo que estamos ante una renovación del Gobierno con acelerador y freno. El acelerador es la recuperación de la iniciativa política gracias a la estabilidad parlamentaria que aportan los pactos de supervivencia y que, al menos de momento, ha descolocado al PP. El freno es la situación económica, de cuya mejora solo tenemos noticia a través del voluntarismo de Zapatero y su confianza en que las reformas decididas (laboral, financiera, servicios) y por decidir (pensiones, energía, educación) serán la palanca de la recuperación.

http://www.elconfidencial.com/al-grano/luces-sombras-crisis-20101020-6534.html

Zapatero ya piensa en 2012 / Manuel Rico

Todas las remodelaciones de Gobierno tienen ganadores y perdedores. Pero con la crisis anunciada ayer, Zapatero lanza ante todo un mensaje sobre sí mismo: no ha tirado la toalla y piensa echar el resto pensando en las elecciones de 2012.
La crisis, en todo caso, tiene suficiente calado como para hacer múltiples lecturas (siempre provisionales). He aquí algunas.
1. Pasar a la ofensiva
El Gobierno lleva año y medio a la defensiva, reaccionando ante la crisis económica con vaivenes y sometido a un fuerte desgaste. Zapatero admitió ayer que su electorado pedía “una acción fuerte de iniciativa política” y para ello ha recurrido a los pesos pesados del partido. El nuevo Ejecutivo, destacó, “tiene un perfil político muy claro”. Y la hoja de ruta que le marcó Zapatero tampoco admite dudas: fortalecer el discurso y explicar mejor las decisiones. Con la estabilidad parlamentaria asegurada, pasar a la ofensiva es imprescindible para que el PSOE pueda reducir los más de 13 puntos de ventaja que tiene el PP en las encuestas. O, en otras palabras, es la condición necesaria para que Zapatero repita como candidato.
2. Rubalcaba, reforzado
El político que sale más reforzado es Alfredo Pérez Rubalcaba, quien une a la cartera de Interior los cargos de vicepresidente primero y portavoz. Pero su ascenso no puede interpretarse en clave de sucesión. Zapatero, más bien, ha decidido aprovechar al mejor portavoz del felipismo para que le ayude a ganar las elecciones en 2012 y prolongar así el zapaterismo. Y ello incluye resolver un problema mediático: Rubalcaba siempre ha tenido una excelente relación con el Grupo Prisa (dueño de El País y la Ser), cuyos principales directivos están enfrentados a Zapatero. Al ser ahora Rubalcaba la imagen principal del Gobierno, es probable que Prisa mida mucho más sus ataques a la Moncloa.
3. El final de ETA
Además de explicar mejor las políticas del Gobierno, Rubalcaba seguirá teniendo como ministro del Interior un objetivo histórico: convertirse en el político que terminó con ETA. Los socialistas son conscientes de que el final del terrorismo no serviría por sí solo para ganar unas elecciones, porque la sociedad española en parte ya ha descontado esa posibilidad y además reparte el mérito de la lucha antiterrorista entre PSOE y PP, pero en todo caso ayudaría a Zapatero a recuperar una imagen de eficacia que ha quedado muy deteriorada por su tardía reacción ante la crisis económica. El hecho de que el presidente calificase ayer de “dato relevante” los movimientos que se están produciendo en Batasuna es la mejor muestra de que sigue pensando en lograr la desaparición de ETA.
4. Guiños a la izquierda
Zapatero aseguró ayer que su proyecto es “socialdemócrata” y “progresista”, pero las reformas económicas aprobadas por el Ejecutivo desde mayo han provocado un cabreo masivo entre los electores que se sitúan en la izquierda. Una parte se declara dispuesta a votar a IU en las próximas elecciones, pero la mayoría se ha instalado en la abstención.
La remodelación contiene dos claros guiños a los sectores de izquierda. El primero, dirigido a los sindicatos, es el nombramiento de Valeriano Gómez como ministro de Trabajo. Gómez es miembro de UGT y participó en la manifestación del 29-S, aunque es cierto que ha defendido públicamente la reforma laboral. Los sindicatos saben que el nuevo ministro es uno de los suyos, pero la clave estará en saber qué margen de maniobra tendrá Valeriano Gómez. En la reforma laboral, Comisiones y UGT consideran imprescindible eliminar la norma que permite despedir con 20 días de indemnización basándose en la mera previsión de pérdidas de la empresa.
El segundo guiño a la izquierda es la incorporación al Gabinete de Rosa Aguilar, histórica dirigente de IU que ya había cruzado a la orilla socialista en Andalucía de la mano del presidente autonómico, José Antonio Griñán. En el PSOE saben que, para ganar las elecciones de 2012, tendrán que hacer el enésimo llamamiento al voto útil de los ciudadanos que comparten el programa de IU, pero que sobre todo temen la llegada al poder de una derecha extrema y antisocial.
5. Mensaje a los barones
Para los barones territoriales del partido, los cambios también llevan un doble mensaje. En teoría, Zapatero tenía dos fechas para abordar una amplia remodelación ministerial con el objetivo de recuperar la iniciativa: ahora o a principios del próximo año. Pero, en este último escenario, corría el riesgo de que los candidatos autonómicos y municipales que se jugarán el puesto en las elecciones del 22 de mayo de 2011, lo acusaran de no haber reaccionado a tiempo. Ese temor explica críticas como las lanzadas durante las últimas semanas por el presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda. Ese peligro queda ahora conjurado.
Además, al elegir a Marcelino Iglesias como número tres del PSOE, Zapatero encarga una tarea clave a un barón territorial que cumple con la doble característica de ser una persona de la confianza del presidente y tener una consolidada autoridad en el partido.
6. Mayor austeridad
La eliminación de dos ministerios refuerza la idea de que el Gobierno se aplica a sí mismo la austeridad que ha reclamado (o más bien exigido por decreto ley) a los ciudadanos. En realidad, el gesto es más simbólico que real, ya que Igualdad y Vivienda se convierten en secretarías de Estado y el ahorro económico es mínimo. La supresión del ministerio que con bastantes más aciertos que errores ha dirigido Bibiana Aído supone, por otra parte, renunciar a una de las banderas que Zapatero enarboló al comienzo de la actual legislatura.
7. Tres mujeres clave
Las tres mujeres clave de los gobiernos de Zapatero, las tres que han sido o son ya vicepresidentas, también pueden realizar una clara lectura de la crisis: María Teresa Fernández de la Vega comprueba que su tiempo político ha pasado (cualquier remodelación de fondo pasaba por su salida); Elena Salgado recibe la confirmación de que, tras ciertas dudas primaverales, Zapatero está ahora muy satisfecho con su lucha contra la crisis, y Trinidad Jiménez confirma que (a veces) Zapatero premia la lealtad.

http://trincheradigital.com/?p=1532

Zapatero quiere ganar / Fernando Garea

- Imposible acertar cuando el propio Zapatero dijo el sábado en Ponferrada a 15 periodistas que sólo cambiaba al ministro de trabajo.
- Lo obvio es que es un Gobierno con un peso político mayor.
- En pocos días, Zapatero ha hecho cuatro cosas que dan idea de impulso político y ganas de darle la vuelta a la situación: discurso de optimismo con apuesta de dar la vuelta a las encuestas; pacto de legislatura que no quiso firmar antes de la investidura; aprobación de los Presupuestos y cambios en el Gobierno y en el partido. Quiere ganar.
- Zapatero vuelve a dar otro giro, renunciando a banderas como el ministerio de Igualdad. O cambiando su idea de no hacer una crisis profunda y no reducir ministerios.
- Rubalcaba es el hombre fuerte, por los cargos que acumula, porque vuelve a ser portavoz y porque pone a su lado a alguien que le es próximo como Ramón Jáuregui.
- Los dos son apreciados por otros grupos, por su capacidad de negociación y diálogo.
- Rubalcaba mantiene magníficas relaciones con el PNV y Jáuregui es vasco, para gestionar la relación con los nacionalistas.
- Muy relevante la salida de Teresa Fernández de la Vega, sobre cuyas espaldas reposaba el peso del Gobierno desde 2004. La mujer que más alto ha llegado en la historia de España, sin que haya razones dinásticas o hereditarias, porque ha sido presidenta del Gobierno en múltiples ocasiones, aunque fuera en funciones cuando Zapatero viaja al extranjero. Estaba quemada también en lo personal.
- Del inicio en 2004, del primer Gobierno de Zapatero, sólo queda Elena Salgado y con otras competencias.
- Los perdedores de las primarias de Madrid salen reforzados y premiados: Rubalcaba, Blanco y Trinidad Jiménez.
- Cambio en la desgastada política exterior con la salida de Moratinos.
- Guiño al electorado de la izquierda con Rosa Aguilar.
- El partido no funcionaba y Zapatero lo admite. Sale Pajín, llega Marcelino Iglesias con mucho peso y el área electoral vuelve a estar en manos de Blanco.
- Las relaciones Blanco-Pajín no eran buenas.
- En un momento de tensiones con los barones socialistas, es significativo que uno de ellos, Marcelino Iglesias, sea el secretario de Organización.
- Pajín es recompensada con un ministerio estrella. Zapatero no podía dejarla fuera, aunque admita implícitamente que no fue un acierto hacerla número tres del partido.
- Se reducen dos ministerios, Vivienda e Igualdad, cumpliendo aunque tarde las resoluciones del Congreso.
- Sólo le queda la vicepresidenta tercera, que tiene pocas competencias y poco sitio político.
- La salida de Bibiana Aído, su apuesta más arriesgada, sorprende.
- Se aleja de ser un Gobierno paritario.
- Del área económica no hay más cambio que el de Trabajo, con un ex secretario de Estado curtido y del equipo de Jesús Caldera. Militante de UGT para restañar las heridas de la huelga general y aprobar la reforma de las pensiones.
- Para los próximos días, quedan las claves para el futuro, es decir, para el día después de Zapatero, si es que no se presenta. Lo que se llama el poszapaterismo.

 http://lacomunidad.elpais.com/el-patio-del-congreso/2010/10/20/zapatero-quiere-ganar

Gabinete Rubalcaba / José Manuel Romero

Varios meses después del horario previsto, José Luis Rodríguez Zapatero se ha dado el último impulso posible para recuperar el inconmensurable terreno perdido tras dos años de grave crisis económica y sonoros bandazos políticos. Como todo el PSOE había previsto, el presidente ha buscado en Alfredo Pérez Rubalcaba, el mejor valorado, de largo, en las encuestas, el remedio a los males que acosan al Gobierno.
Ningún ministro ni vicepresidente de los Gobiernos democráticos que ha tenido España ha gozado de tanto poder y protagonismo como el que Zapatero ha otorgado hoy a Rubalcaba. Tampoco nunca nadie tuvo en sus manos una responsabilidad tan grande en un momento tan difícil: levantar el ánimo de un partido metido en un profundo agujero y recuperar el tono de un Gobierno aplastado por más de cuatro millones de parados.
Y pese a este sombrío panorama, algunos ven una gran oportunidad de resucitar al moribundo con el "Gabinete Rubalcaba".
Con la banda terrorista ETA muy debilitada, el actual ministro del Interior se puede convertir en el político que puso fin a una pesadilla que dura más de 40 años. Y si eso ocurre, Rubalcaba podrá celebrar el éxito sentado en el segundo sillón del Consejo de Ministros, y acomodado en la mesa del portavoz desde la que, cada viernes, el Gobierno publicita sus logros; y ocupando el despacho del palacio de la Moncloa desde el que se coordina la acción de todos los ministerios.
Será un presidente bis, aunque casi nadie sabe si el desenlace final de esta historia le convertirá, además, en el sucesor natural de Zapatero. Ni siquiera Rubalcaba, que repite a gritos desde hace tiempo que él está de retirada aunque nadie le crea demasiado.
Si el jefe del Ejecutivo renuncia a seguir, la decisión de nombrar a Rubalcaba vicepresidente primero es casi un señalamiento como candidato en las próximas elecciones generales. Aunque Zapatero nunca utilizará el "dedazo", como vaticina la ministra de Defensa, Carmen Chacón, todos los que mandan en el PSOE han entendido el recado que esconde el ascenso de Rubalcaba. De los tres vicepresidentes que tiene ahora el Gobierno, hay dos, Manuel Chaves y Elena Salgado, claramente eliminados para una hipotética carrera por la sucesión.
Rubalcaba puede ser la muleta que ayude al renqueante Zapatero a llegar con alguna esperanza a la próxima cita electoral. O algo más. Hasta ahora, el ministro del Interior mandaba más allá de su ministerio, lo hacía desde la sombra e influía, sin hacer ruido, en las decisiones que adoptaba Zapatero; ahora todos los focos le iluminan a él y, de golpe, le han abierto el armario con los trajes de todos los ministros, que puede vestir como mejor le convenga para explicar a España las políticas del Gobierno.
Los dirigentes socialistas a los que consulté mientras se desayunaban con la noticia adelantada por EL PAÍS, encajaron la decisión de Zapatero con alivio y esperanza: "A estas alturas del partido, Rubalcaba parece el único capaz de sacarnos del pozo".

http://www.elpais.com/articulo/espana/Gabinete/Rubalcaba/elpepuesp/20101020elpepunac_19/Tes

La segunda metamorfosis de Zapatero / Lucía Méndez

La primera transformación de Zapatero tuvo lugar en mayo y fue económica. La segunda metamorfosis se ha producido en otoño y es política. A la primera le obligaron los mercados. A la segunda le han obligado las circunstancias.
En el peor momento de su mandato, cuando mucha gente le da por amortizado, el líder del PSOE ha llevado a cabo la remodelación más profunda de su Gobierno desde que se instaló en La Moncloa. Y lo ha hecho renunciando a los grandes fundamentos simbólicos de su acción política. Zapatero ha dejado atrás las ocurrencias para apostar por lo seguro. Ha renunciado a su conocida alergía hacia los veteranos del PSOE para apoyarse en ellos en el final de su segundo mandato.
Le ha hecho caso a las voces que dentro de su partido le pedían un Gobierno más sólido y que supiera explicarse bien. En definitiva, ha dejado atrás del glamour de la juventud, la renovación a toda costa y las originalidades para poner a personas que en el PSOE son consideradas serias y solventes. El único resto de su política creativa que hay en esta remodelación es la incorporación de Rosa Aguilar, que seguramente le sentará como un tiro a Izquierda Unida. Ha renunciado asimismo a apuestas personales tan simbólicas para él como el Ministerio de Igualdad o el de Vivienda, ambas creaciones suyas. La paridad, banderín de enganche de la acción política de Zapatero, también ha pasado a la Historia
El ascenso de Rubalcaba, que vuelve a La Moncloa quince años después no es más que, como dijo Suárez. elevar a la categoría de normal lo que ya era normal. El ministro del Interior ya era vicepresidente, mal que le pesara a la hasta ahora titular del departamento. He aquí a uno de los pocos políticos capaz de reinventarse a sí mismo por toda la eternidad. No hay muchos asi. La salida de María Teresa Fernández de la Vega de la Vicepresidencia primera era un clamor en el PSOE. El nombramiento de Ramón Jáuregui como ministro de la Presidencia le habrá sorprendido más a él que a ningún otro, ya que sus relaciones con Zapatero nunca fueron idílicas. Con Trinidad Jiménez el presidente tenía una deuda moral -después de embarcarla en las primarias de Madrid- que ha saldado dándole el Ministerio de Exteriores, el que más le ha apetecido siempre. El nombramiento de Marcelino Iglesias como secretario de Organización del PSOE garantiza que los lunes los votantes socialistas se van a ver mejor reflejados en él que en Leire Pajín. Zapatero no podía dejar tirada a quien él puso como número tres del PSOE y por eso la ha nombrado ministra.
Teniendo en cuenta que el presidente se mueve en una resbaladiza baldosa, en la que tiene escaso margen de maniobra, Zapatero intenta con esta remodelación comprar tiempo de calma interna para la que le avecina en las elecciones catalanas y en las municipales y autonómicas.

http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/consejoeditorial/2010/10/20/la-segunda-metamorfosis-de-zapatero.html

Rubalcaba, el gran vencedor / Manuel Marín de Vicente-Tutor

El presidente del Gobierno ha confirmado en rueda de prensa que su hasta ahora ministro del Interior acumulará además la vicepresidencia primera y el título de portavoz del Ejecutivo, función ésta que compartirá con el nuevo ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui . Un viejo tándem que vuelve a la primera línea tras sus andanzas juntos en el Congreso en la primera legislatura de Zapatero, el primero como portavoz parlamentario del PSOE y el segundo como secretario general del Grupo. Si en lugar de químico metido a político, Alfredo Pérez Rubalcaba hubiese sido –es una suposición– empleado de un supermercado, lo habría sido todo en el negocio: el gestor impenitente, el reponedor de confianza, el inquietante manipulador de mercancías y el vendedor incansable. El empleado del mes, en definitiva.
Desde que Rodríguez Zapatero ganase por nueve votos el 35 Congreso Federal del PSOE en el año 2000 –en un congreso, por cierto, presidido por el nuevo secretario de Organización del PSOE, Marcelino Iglesias– supo que siempre querría tener a su lado a Alfredo Pérez Rubalcaba, aquel ex portavoz del Gobierno más decadente de Felipe González que negaba las evidencias de los engaños sobre la mesa de los Consejos de Ministros con tal capacidad de convicción que llegó a haber, incluso, quien creyó que los GAL, el lodazal de los fondos reservados y los chanchullos de Luis Roldán nada tenían que ver con el PSOE. Con recurrir al socorrido “al Gobierno no le consta…”, Pérez Rubalcaba resolvía airoso una papeleta tras otra. Hasta que los jueces pusieron pie en pared… pero para entonces Pérez Rubalcaba ya había rentabilizado públicamente la imagen de un portavoz fiable para el PSOE, experto en lenguaje corporal, e implacable con la oposición.
Considerado como el hombre de los mil manejos incapaz de dejar uno solo de ellos al albur de la improvisación, Pérez Rubalcaba urdió en la primera legislatura de Rodríguez Zapatero, desde una portavocía parlamentaria más influyente que muchos Ministerios –lo que le granjeó no pocos celos de ministros y ministras– todo el entramado destinado a aislar con un “cordón sanitario” al PP. De su mano, pronto se subieron al carro del “diálogo”, la “cintura” y el “optimismo antropológico” ERC, CiU, el PNV, IU-ICV como “socios preferentes”. De su mano salió la burda declaración del Congreso que dejaba la Ley de Partidos Políticos provisionalmente en papel mojado para “autorizar” a Rodríguez Zapatero a negociar un “proceso de paz” con Arnaldo Otegi y sus “hombres de paz”. Y de su mano, se aprobaron aquellos primeros Presupuestos Generales del Estado que los nacionalistas, sin excepción, festejaron con una orgía de gasto público. Ya como titular de Interior, y también de su mano, Zapatero ha sabido gestionar con éxito –de crítica y público– el duro despertar a la realidad que supuso el atentado de la T-4, poniendo a ETA contra las cuerdas y, por fin, sacándola de la hornacina en la que la había colocado junto a un altar.
Las tres tareas de Rubalcaba
Pérez Rubalcaba es el gran vencedor de esta remodelación del Gobierno. Calculador y metódico hasta niveles enfermizos, equilibra con acierto la doble imagen que ha cultivado durante su trayectoria política: por un lado, la del ministro opaco e intrigante, sectario y vengativo, la imagen de un poderoso encantador de serpientes, de un escrutador de la debilidad del enemigo incapaz de utilizar en sus maniobras otra herramienta diferente al engaño; por otro, mantiene –sobre todo entre los socialistas– ese rostro de gestor eficaz, de político seguro y de militante volcado al servicio al partido en los momentos más tensos y de menor credibilidad. Sin duda, Zapatero le ha elegido como “hombre fuerte” para resolverle –intentar resolverle, sería más correcto– el conflicto de identidad que ha anidado en el PSOE. Su nuevo objetivo es conjurar el peligro evidente de sufrir la “catástrofe electoral” de la que advirtió días atrás José María Barreda, y recuperar la pérdida de peso sufrida por el PSOE y la perfilada imagen de insolvencia con que Zapatero ha desdibujado a todos y cada uno de sus gabinetes, especialmente al que ahora ha desencuadernado.
A día de hoy, Pérez Rubalcaba cree haber amortizado ya los odios que meritoriamente se granjeó entre la mitad de los españoles en las fatídicas jornadas previas al las elecciones generales del 14 de marzo de 2004. Pero si no fuera así, tampoco le importa lo más mínimo. Como no le importa seguir siendo la eterna “sombra” del felipismo más espeso y menos creíble. Sabe a quién sirve –al PSOE– y para qué lo sirve –para ganar elecciones–. Ahora le toca remar de nuevo desde la posición más visible del Gobierno, y tiene tres encargos: la gestión del final de ETA, desde la perspectiva de quien se ha ganado una percepción social de ministro duro contra ETA que ha sabido reconducir el fiasco del “proceso de paz”; la gestión de los favores al PNV durante lo que resta de legislatura; y, especialmente, la gestión de la traición con la que Rodríguez Zapatero ha “agradecido” a Patxi López, y a todo el Partido Socialista de Euskadi, sus desvelos por cambiar a fondo la realidad política de un País Vasco socialmente maltratado durante años por los vicios del nacionalismo. Desde esta perspectiva, no es arriesgado decir que la llegada de Ramón Jáuregui a Moncloa es una petición expresa de un Pérez Rubalcaba que ha fabricado personalmente buena parte de esta crisis del Gobierno.
Más suspicacias que certezas
Sin embargo, su nombramiento presenta más dudas y suspicacias que certezas: primero, porque resulta harto dudoso que en este momento de crisis profunda goce aún del imán y la credibilidad de antaño para remontar la imagen de indolencia, decadencia e impotencia que transmite el Gobierno. Segundo: hay quien se apresura a apuntar a Rubalcaba como el gestor del “postzapaterismo” e, incluso, como el “mirlo blanco” que pueda sustituir a Zapatero como candidato, ya que habría tomado la hipotética decisión de no repetir. Elucubraciones aparte, Zapatero aún no ha aclarado si se presentará o no a las elecciones. La incógnita no es si Zapatero quiere ser candidato de nuevo o no, sino si tendrá o no opciones de ganar. Zapatero sólo quiere ganar y sólo se presentará si sabe que va a ganar. Tercero: Rubalcaba asume en su nuevo cargo un complicado reto, el de conseguir una remontada aún incierta y más que difícil para Zapatero. De no conseguirlo, su desgaste habrá sido en vano… y definitivo para su carrera política. Y cuarto: 2011 será el año previo a unas elecciones generales, un año de liderazgos políticos en juego y un año viciado con las connotaciones propias de las expectativas de un cambio en el poder. Serán por tanto unos meses propicios para el tradicional afloramiento del “juego sucio”. Y, a día de hoy, de sus trucos, del manejo de los resortes más oscuros del poder, nadie puede dar una sola lección a Pérez Rubalcaba.
 
http://www.abc.es/20101020/espana/rubalcaba-vencedor-cambio-gobierno-201010201231.html

Un Gobierno de felipistas para remontar en la prórroga, pásalo / José Antonio Gundín

Por utilizar el símil futbolístico tan de su agrado, que hasta hablaba de la Champion´s para explicar economía, Zapatero ha sacado nuevos jugadores con el exclusivo propósito de ganar en la prórroga las próximas elecciones, desde las municipales de mayo próximo hasta generales. Esa es la razón de que se haya rodeado de un núcleo duro en el que reina soberanamente Pérez Rubalcaba como vicepresidente, como ministro, como portavoz y hasta como capitán.
¿Quién mejor que él para vender la mercancía, por deteriorada que esté, si ya lo hizo con Felipe González en la etapa más aciaga del PSOE? ¿Y quién mejor que Rubalcaba para sacar de la frustración y la modorra a las bases de la izquierda, empresa en la que se reveló como un consumado maestro de la agitación entre el 11-M y el 14-M de 2004 con una sola palabra: "Pásalo"? Si a ello añadimos la incorporación de Ramón Jáuregui, rescatado del exilio europeo, que fue el jefe de campaña electoral que llevó a Felipe González a la victoria en 1993 pese a los pésimos augurios de las encuestas, se verá a las claras cuál a qué obedece la remodelación del Gobierno. Zapatero quiere dar la batalla en las municipales y ensayar si el "cañón Berta" que ha puesto en manos de Rubalcaba le permitirá ganar otra vez a Rajoy.
¿Significa todo ello que Rubalcaba es el elegido para suceder a Zapatero? Esa es la interpretación casi general, pero no quiere decir que sea la acertada. De momento, sólo es su parapeto y la ametralladora contra el PP. Si la estrategia funciona, es muy probable que Zapatero se vuelva a presentar, pero si fracasa, entonces ya será cosa del partido elegir a su sucesor. Ahora bien, es evidente que Rubalcaba va a jugar a fondo su carta más valiosa para ganarse la investidura como sucesor: la rendición de ETA. Así como hace cuatro años el ministro del Interior no era tan optimista como Zapatero, ahora sí ve probable el fin de la banda terrorista y no quiere que, cuando llegue ese día, él esté en fuera de juego. Con el as de ETA en la manga, Rubalcaba estaría en condiciones de canjearla por una designación a presidente de Gobierno sin que sonara a "dedazo".
Los demás cambios y algunas reválidas del Gobierno son meros afeites cosméticos. Así, Rosa Aguilar es el guiño a la izquierda del voto útil, un gesto para que las bases desmoralizadas resistan la tentación de pasarse a Cayo Lara. Lo mismo cabe decir con Valeriano Gómez, fontanero de la cosa laboral que tiene buen cartel entre los sindicatos, con los que sostuvo pancarta en 29-S. O sea, un amigo para que los daños colaterales no se salgan de madre.
En este juego de equilibrios (compensación de líneas, que se dice en el argot futbolero), la salida de Bibiana Aído del ministerio de propaganda feminista es compensada por el ascenso de Leire Pajín, galardonada así por los servicios prestados en Ferraz y, sobre todo, para que no los siga prestando. En todo caso, no parece que cambiar bibianas por leires pueda provocar una conmoción planetaria en La Moncloa. Las fértiles promesas, los ditirambos y los parabienes con que fueron presentados en su día los ministerios de Igualdad y de Vivienda suenan hoy a fiasco y propaganda baldía, es decir, a lo que eran en realidad. Pero con tanto baile de faldas, quien se ha quedado compuesta y si supercargo es Carme Chacón, que aspiraba a lo más y a cargar sobre su delicada espalda todo el peso de socialismo catalán en el Gobierno.
Por lo demás, se entiende que la permanencia de Salgado obedezca a dos razones: porque es fiel escudera de Rubalcaba y porque los mercados financieros no entendería la utilidad de cambiar de caballos en mitad del río, cuando más fuerte es la corriente de la crisis. Y lo mismo cabe decir de la decapitación sin anestesia de Moratinos: dados los charcos en los que se metido durante los dos últimos años, sobre todo Venezuela, Marruecos y Gibraltar, a Rubalcaba le sobraba.

http://www.elsemanaldigital.com/blog.asp?idarticulo=110294&cod_aut=

Operación Poniente: Un año de secretos aireados / Rafael M. Martos

La Operación Poniente sigue bajo secreto de sumario cuando se cumple un año de su visualización, que es cuando los policías entran en el Ayuntamiento de El Ejido, y en una espectacular actuación detienen al alcalde y su familia, al interventor y la suya, a dos empresarios más y las suyas y otros empresarios más.
En aquel momento se visualiza el resultado de una larguísima investigación por parte de la Fiscalía Anticorrupción, de la Agencia Tributaria, y en el último caso la propia juez de instrucción dos de Almería, Monserrat Peña. Una larga investigación que provenía inicialmente de algunas aportaciones diversas, desde las realizadas por un desairado ex empleado de Elsur, la empresa mixta de servicios municipales que se perfilaba como eje de una trama organizada para saquear el Ayuntamiento ejidense, hasta las entregadas por el Partido Popular e Izquierda Unida.
Pasó mucho tiempo, tanto, que más de uno -sinceramente- pensábamos que aquello no tenía visos de llegar a ningún sitio, si bien el hecho de que oficialmente a todo aquello no se archivara... hacía sospechar.
Un año después, los veinte imputados iniciales han pasado a ser unos sesenta, y de la aproximadamente media docena de prisiones preventivas dictadas, nadie queda entre rejas.
En este tiempo lo único sobre lo que la juez ha levantado el secreto ha sido la transcripción de las llamadas telefónicas intervenidas a los principales imputados, lo que nos ha permitido conocer algunas cuestiones que quizá no sean objeto de la investigación judicial, pero que como ciudadanos tenemos que reconocer que han sido muy útiles socialmente.
Las cosas no pinta bien para ninguno de los imputados, para ninguno, principalmente si nos atenemos a la dureza con la que está actuando la magistrada. Pero ya serán los tribunales los que decidan sobre las responsabilidades penales de cada cual.
Gracias a los secretos aireados de la Operación Poniente, hemos confirmado la relación constante, permanente y cómplice entre el PSOE de Almería y el Partido de Almería. 
Hemos confirmado que el secretario general Diego Asensio quedaba con el presidente del PAL para conjuntar su estrategia en el curso político. Incluso nos hemos enterado de que el PSOE pedía al PAL consejo para el candidato a la alcaldía ejidense.
Hemos confirmado que el secretario de Política Institucional, Juan Antonio Segura Vizcaíno, mantenía una estupenda camaradería con el principal imputado, el ex interventor José Alemán Bracho. Entre ellos hablaban del reparto del dinero de la publicidad de la Diputación sin ser ninguno de los diputado, y entre ellos hablan de adjudicaciones que tiene que hacer esta institución en la que cogobernaban los socialistas y el PAL. 
Hemos confirmado que Asensio avisó a Alemán de que en octubre le iban a detener, como finalmente ocurrió.
Pero aunque gran parte de la prensa prefirió deleitar a sus lectores en vez de con esas historias -o investigando esas historias- con las excentricidades de Alemán o las cacicadas del alcalde Enciso, había otras historias que había que contar, y Noticias de Almería las contamos.
Así, pudimos conocer cómo uno de los imputados tiene un medio de comunicación, y le dice a su director que hable con el delegado de Agricultura que le va a poner publicidad, y cuando éste duda, el otro le responde que estuvo "casi de putas" con él y que se la va a poner. Y existe otra llamada en la que confirman la insercción (desconocemos si finalmente se puso o no, pero en la comunicación se dice que sí).
Y gracias a estas llamadas pudimos confirmar cómo dejó Martín Soler todo atado y bien atado en su paso por la Consejería de Agricultura para que sus amigos de La Voz de Almería no pasaran faltas cuando el se marchara. Así se explican aquellos álbumes de fotos de cualquier actividad del consejero almeriense, aquellas loas desmedidas.
Y por ejemplo, pudimos conocer que el entonces interventor era quien dictaba los titulares y los contenidos en La Voz de El Ejido, que sus accionistas -dos de ellos funcionarios del Ayuntamiento y el otro proveedor del mismo- era a él a quien le daban cuentas de cuanto dinero entraba, de quién pagaba, de quién contrataba... Muy revelador.
Como revelador resultó comprobar cómo Enciso buscaba la forma de dejar fuera de combate a la considerada "su tele", Ejido TV, en una alianza con la televisión de La Voz de Almería. Y también escuchamos cómo se reunía con Ideal en Granada, y a raíz de esa comida se le dice al lacayo de la radio municipal que no les atice más por el momento, que los deje en paz. 
Hay más y más historias a las que no haremos referencia, pero resulta extremadamente curioso que entre todos los imputados sólo Enciso, como alcalde y como presidente de la empresa Elsur, y uno de sus concejales como miembro del consejo de administración, sean del PAL, pero éste partido esté desmoronándose desde hace un año, pero mucho más desde que el primer edil dejó la cárcel. Al borde mismo de la extinción.
Sólo la juez y el fiscal saben qué tienen entre manos en el terreno meramente delictivo, y sobre eso, más que especular, lo mejor es esperar. Pero respecto a lo demás, bueno es que reflexionemos seriamente ahora que restan ocho meses hasta las elecciones municipales.
Y joder... ¿por cuanto nos salían esas llamadas de teléfono? ¡Si son horas cada día sólo para temas (no digamos negocios, que también) particulares, par-ti-cu-la-res, que tenían que pagárselas ellos! ¡Y la Junta con 37.000 móviles en nómina, más de 4.600 por provincia!