sábado, 14 de agosto de 2010

Por la abolición de las corridas de toros / Grupo Ecologista 'Cóndor'

El Grupo Ecologista Cóndor siempre ha mostrado su clara oposición y su más rotundo rechazo a la fiesta taurina, que no es más que la máxima exaltación de la violencia hacia un ser indefenso, el toro y considera que el paso que se ha dado en Cataluña es importante y que debe servir de ejemplo a las distintas administraciones que, año tras año, destinan dinero público, es decir, de los ciudadanos, para subvencionar estos actos cada vez más minoritarios y alejados del sentir de la inmensa mayoría de la población, en Almería tenemos un claro ejemplo, este mismo mes, con las corridas de toros que viene organizando el Ayuntamiento durante la Feria.

Y esa mayoría es la que ha conseguido, a través de una Iniciativa Legislativa Popular, abrir un debate necesario y que se pueda votar en el Parlamento Catalán, además existen numerosos municipios en España que se han declarado contrarios a la tauromaquia, Ayuntamientos donde también están miembros del Partido Popular que optan por no seguir las directrices de unos dirigentes cuya máxima prioridad es aportar crispación e incoherencia en un discurso con doble moral, ya que no podemos olvidar que las corridas de toros en Canarias fueron abolidas a propuesta de un diputado de esta formación política, el PP, en 1.991, mientras que en Andalucía el máximo responsable del partido popular, Javier Arenas, pretende subirse al carro del oportunismo político afirmando que presentará una moción para que las corridas de toros pasen a ser Bien de Interés Cultural, ya que opina que son historia, cultura, economía y trabajo.

Desde el Grupo Ecologista Cóndor esperan que en Almería pasen a la historia las corridas de toros, dando otros usos más sociales a la plaza de toros, como ya ocurrió con los Juegos del Mediterráneo, animando a nuestras autoridades a que este espacio se dedique a actividades culturales, sociales o deportivas y deje su finalidad originaria como centro de recreo en la muerte de un animal.

La cultura de un pueblo no es estática, no es siempre la misma, las costumbres evolucionan y mejoran, es decir, la vida mejora cultural y socialmente, y costumbres que hoy se ven correctas con más cultura y educación se superan y suprimen por descubrirse improcedentes.

Por todo ello, el Grupo Ecologista Cóndor se reitera en su oposición a la fiesta del toro, por encontrarla una matanza sin sentido en los tiempos que corren, porque, ¿cómo se puede encontrar placer en observar como un animal es torturado hasta la muerte?, y piden un momento de reflexión y cordura para determinar, qué valores queremos transmitir a nuestros jóvenes y a la sociedad en general. Seguramente, descubriremos que la fiesta de los toros no propugna valores propios de una sociedad moderna y civilizada.

Lampedusa en Almería, arreglando el PSOE / Pepe Fernández *


Visto el descontrol reinante en el seno del PSOE de Almería, los goles que en aquel estadio le llevan marcados al líder Griñán, es conveniente analizar algunas cuestiones recientes sucedidas en el seno de aquella agrupación, sin rumbo ni liderazgo desde que comenzó la Operación Poniente.

La Secretaria de Organización regional enviada por Griñán y Velasco a Almería para poner orden fue Susana Díaz, una señora con peleada fama de poseer un carácter de “dirigente killer” (Caballos dixit), dura, sin piedad con el de enfrente, “condecoraciones” todas ellas ganadas en las múltiples batallas que ha protagonizado dentro la agrupación de Sevilla donde echó los dientes montada el aparato del partido.

La Sra Díaz se plantó en Almería y empezó a enterarse del puzzle del que le habló Velasco. El lío en Sevilla con Monteseirín y Viera le debió parecer una partida de parchís al lado de la timba que tenía montada Martín Soler y Diego Asensio en el partido. Dicen que se horrorizó al conocer que era eso que había leído por aquí del “martinismo” y optó por los paños calientes. Temporizó los cambios de delegados que pedían a gritos, incluso al propio Griñán, los socialistas que no buscan prebendas políticas ni económicas en los cambios que consideraban “necesarios e inaplazables por más tiempo”. Y también desautorizó en sus formas iniciales un tímido movimiento de gente del partido con Juan Antonio Segura Vizcaíno al frente, consistente en tender un puente de diálogo con Sevilla ante el evidente divorcio entre la actual dirección y Griñán y el aparato regional. Se trataba, a grandes rasgos, de crear una comisión que integrase todas las sensibilidades al margen de Asensio y Soler, (Vizcaíno tiene un pie en cada lado) que a nivel político pudiese ser interlocutora del socialismo almeriense sobre las importantes (y urgentes) decisiones a tomar en Almería. Algunas, por cierto, especialmente desagradables en relación con investigaciones judiciales en marcha.

Ante todo este barullo se empieza a extender la sensación de que Pepe Griñán aún no se ha enterado que “lo de Almería” es un cáncer político en toda regla. Todos sabemos desgraciadamente cómo funcionan estas patologías y hasta dónde las células malas acaban con las buenas. ¿Aún no se ha enterado Griñán de los efectos de una metástasis que invade la vida de su partido en aquella provincia desde hace demasiados años?. O quizás sí lo sabe hace tiempo, al menos desde hace un año cuando me confesó en privado que “había sido un error pactar con Juan Enciso”, algo que proclamó públicamente en diciembre ante los micrófonos de Onda Cero. Pero la aparentemente prudente actitud del presidente a la hora de afrontar los cambios en sus delegados, ha evidenciado sobre todo que no sabe por donde cortar, cortar por lo sano, supongo que por la dificultad para localizar en este caso la parte menos afectada.

-“Que sea honrado, me da igual si está más o menos preparado, pero que sea un tío honrado y de fiar” -me cuentan en Almería que llegó a decir el consejero de Innovación, Antonio Avila, cuando pedía candidatos para su delegación. Por cierto, todos coinciden en afirmar que el nombramiento de Juan Carlos Pérez Navas en Innovación ha sido el único que, políticamente hablando, simboliza una clara ruptura con el pasado que se ha pretendido borrar con el Boja.

Susana Díaz llegó a Almería con sus tratamientos paliativos y frenó la idea inicial de la creación de una comisión que iba a funcionar por libre, al margen del tándem Diego Asensio-Martín Soler, resultando finalmente el invento bajo el control del secretario general. Todo cambia pero sigue igual, o peor. Precisamente es Diego Asensio la causa y el motivo por el que el diálogo político entre Sevilla y Almería no existe desde hace mas de medio año. Entre otras cosas porque se ha aferrado al sillón de secretario general y al de senador. Por que no ha hecho lo que, hace muchas calendas ya, hizo Nono Amate estando en el mismo cargo, tras comprobar cómo en Sevilla gobernaba una nueva mayoría el partido distinta a la suya, no precisamente guerrista. (Ojo, no confundir, el guerrismo nada que ver con el martinismo). Amate se quitó de en medio con dignidad y ahí sigue veinte años después, conservándola.

Mientras Griñan, Velasco y Díaz han logrado enterarse del calado verdadero del complicado laberinto socialista almeriense han pasado meses, demasiado tiempo opinan algunas críticos socialistas en Almería.

Al PSOE le está pasando lo mismo que al PP cuando, vuelto Arenas a Andalucía, ordenó a Gabriel Amat aquel verano que abriese expedientes de expulsión a, por este orden, Pepe Añéz, sus dos colegas diputados tránsfugas en la Diputación y si Enciso se ponía cafre, pues expediente también a Juan Enciso. Así me lo contó un mediodía de aquel mes de julio sevillano, almorzando en Río Grande, tal y como se lo había trasladado días antes al presdiente del partido y alcalde de Roquetas el recién devuelto/recuperado líder popular. Si Amat no hubiese esperado casi un año para proceder con el bisturí, el daño al PP en Almería no hubiese sido el mismo que finalmente le infringió el encisismo.

Visto lo visto en esta grave crisis que padece el PSOE, circunscrita a Almería, pero que amenaza con salpicar al conjunto de la formación a nivel regional, a Griñán puede que le esté pasando casi lo mismo que a Javier Arenas con Enciso. En el caso del presidente de la Junta todo un regalito, -¿vicio oculto?-, que debe “agradecerle” a sus amigos Manolo Chaves y Luis Pizarro, bajo cuyo mandato pasó todo lo que Griñán ya sabe que pasó con el partido, sus dirigentes en Almería y el manejo de la Junta de Andalucía con sus presupuestos.

Los del clan del Poniente tuvieron tiempo más que suficiente para organizarse, montar un partido en un plis plas con unas veinte sedes abiertas en la provincia y tomar posiciones politicas aliados y apoyados por el PSOE, máxime en un escenario político tan singular como el almeriense, donde tantas y tantas burbujas se confunden con intereses economicos variados y no siempre confesables.

La mera intuición a cuenta los posibles efectos que decisiones judiciales tendrán sobre las diversas administraciones públicas, la Junta la primera, en los sumarios que Anticorrupción investiga en Almería, hace pensar seriamente en que no estamos hablando de cuestiones nimias de partido, de broncas entre tribus y clanes como en otros sitios. Hablamos de una forma de hacer política dañina, peligrosa, clientelar, caciquil y en muchos casos, demasiados, al margen de las leyes. Hablamos de dinero y de bienes de los contribuyentes y de los que, en Justicia, ya responderán los que finalmente resulten imputados por la Justicia. Pero desde el punto de vista político, esta costosa factura de degradación social, moral y política que se ha permitido cuando no auspiciado por dirigentes socialistas almerienses, la está empezando a abonar a un alto precio el PSOE con los últimos cambios de delegados de la Junta, los más quemados y contaminados; pero que nadie se lleve a engaño, faltan convites por pagar de la ultima década, los años del pomposo, rumbero y generoso martinismo.

Algunos socialistas críticos de Almería consideran que los cambios operados, efectivamente, se comprenden mejor tras conocerse que han estado tutelados desde la sombra por Martín Soler a través de Diego Asensio. Y también por un inesperado tercer hombre, “uno que siempre ha sido de ellos”, dicen, un tecnócrata que empezó como gerente del Hospital del Poniente en El Ejido y que creció en política de la mano de Soler. De un tiempo a esta parte, ese tercer hombre, quiere aparentar un distanciamiento político y personal del ex dirigente provincial, pero sin embargo ensalza su trayectoria en las asambleas y le da calor con mensajitos en la prensa amiga en su madriguera provincial. La inesperada figura emergente se sienta en el consejo de Gobierno como titular de Empleo y se llama Manuel Recio.

Lo hallarán todo con más detalle en mi anterior crónica, la que está justo debajo de ésta, donde desvelaba aspectos hasta ese momento desconocidos por el gran público de ese sorprendente pacto. La posible existencia de un acuerdo secreto entre el conocido como “clan de Cuevas” y Manolo Recio, consejero de Empleo de Pepe Griñán, daba como conclusión que el consejero podría convertirse en el hombre de la nueva situación asumiendo incluso, dicen, la secretaria general del partido, algo que ya no se lleva en el partido por cierto. Asensio al Senado y Martín Soler... ¿Donde encajara Soler en la hoja de ruta de Recio? “Martín es historia y pasado” siguen sosteniendo en la regional.

El lampedusiano "si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie" empieza a sobrevolar las mentes de muchos que, ahora, empiezan a verlo todo más claro que nunca en el PSOE de Almería y también en el de Andalucía.

Ahora casi todos saben ya en el PSOE-A que “lo de Almería” es “más fuerte de lo que nos imaginábamos” se asegura en el entorno de Griñan. Y es que ellos, en un primer momento, creyeron que lo peor de los dirigentes almerienses del PSOE eran sus maniobras y ambiciones por colocar a Soler sustituyendo a Chaves, incluso empujando a Griñan para irse tras las municipales. No se pararon a pensar que, para optar a esa carrera presidencial, un tipo como el ex consejero de Innovación, no iba a ir solo, ni a pecho descubierto y, desde luego, sin los apoyos económicos pertinentes en estos casos.

(*) Periodista y director regional de 'Onda Cero' en Andalucía

El Ayuntamiento de Almería colabora activamente para la exhumación de los restos de un ex alcalde republicano de Cuevas

ALMERÍA.- El Ayuntamiento de Almería (PP-GIAL), a través de su Área de Salud y Consumo, ha encargado la elaboración de un estudio técnico sobre el cementerio de San José de la capital para comprobar las posibilidades que ofrece en relación a la exhumación de cadáveres tras recibir los trabajos topográficos realizados por la Junta de Andalucía en su labor para desenterrar los restos mortales de Martín Márquez, último alcalde republicano de Cuevas del Almanzora fusilado durante la Guerra Civil.

Fuentes del Consistorio señalaron que este estudio, que ha sido encargado a los técnicos de la Concejalía que dirige Rafaela Abad (PP), completará la información aportada por los trabajos topográficos y el proyecto arqueológico efectuado por el doctor Francisco Carrión, de forma que ayudará a determinar las posibilidades para ejecutar la excavación y posterior exhumación.

Los trabajos van encaminados a efectuar una cata que permita ubicar sobre plano dicha tumba con la práctica "menos invasiva posible"; un proyecto en el que colaboran de forma "fluida" tanto el Ayuntamiento de Almería (PP-GIAL) como la Junta de Andalucía a través de Comisionado para Memoria Histórica, ya que del enterramiento de Martín Márquez sólo se tiene una idea "aproximada" de su ubicación por una nota histórica con referencia a un plano "no real".

Durante los primeros trabajos, el topógrafo que realizó la prospección contactó con la familia de Martín Márquez, afincada en Barcelona, para obtener documentación precisa sobre el fallecimiento así como la planimetría que ostentan en su poder las nietas del fallecido, Manuela Márquez y Ana María Márquez, para cotejarla con la planimetría actual del cementerio así como con otros archivos de interés correspondientes a 1939.

Esta primera fase ha permitido, entre otros aspectos, descartar las áreas que anteriormente no formaban parte del camposanto y tener conocimiento de la posibilidad de extracción a los restos, ya que una posible exhumación depende de las condiciones de acceso que se den en la actualidad.

Los trabajos se iniciaron después de que el pasado 19 de abril el Ayuntamiento de Almería diera su autorización para acceder al cementerio e iniciar las labores de búsqueda y exhumación del cuerpo del que fue último alcalde republicano del municipio de Cuevas del Almanzora.

Algunas preguntas -muchas- sobre la Operación Poniente / Rafael M. Martos

Desde que se produjo aquel desembarco policial en la Plaza Mayor de El Ejido el 20 de octubre de 2009 conocido como Operación Poniente, hasta el día de hoy, cuando estamos próximos a que se levante el secreto judicial que pesa sobre la instrucción, las preguntas no dejan de fluir.

Quiero compartir algunas de las muchas preguntas que me hago –y que hago por ahí a quien corresponde- y les invito a que añadan las suyas propias, y por su puesto a que si tienen respuestas me las hagan llegar.

Unas son preguntas de procedimiento judicial –porqué en un juzgado de instrucción y no en la Audiencia Nacional o la Provincial- otras son las que todo el mundo se hace y que igual no entran en el fondo de la cuestión, hay cuya respuesta conoceremos con el levantamiento del secreto y otras sólo cuando se dicte sentencia.

Otras quizá no tiene respuesta más que en los pasillos y en las comidas que a día de hoy, y en buenos restaurantes, se siguen dando imputados en libertad bajo fianza que pueden gastar dinero pese a tener sus cuentas embargadas… ¿raro, no?

Me pregunto dónde estaban las empresas privadas que aportan la mayoría del capital en la sociedad mixta Elsur, eje de la presunta trama de corrupción. Me pregunto cómo no vieron al menos que se estaba subcontratando trabajos que según el convenio con el Ayuntamiento ejidense no se podían subcontratar. Me pregunto el motivo por el que la investigación de la juez ni siquiera les ha tocado que sepamos.

Me pregunto cómo es que se atribuye un papel tan secundario al gerente de Elsur, cuando se le oye pedir facturas que no se corresponderían con trabajos reales (se las pide al empresario Juan Antonio Galán, para arreglar unas cosillas, y le da igual de qué sean y el otro le responde que puede ser de aspersores, como otras veces). Y eso es sólo lo más pequeño de lo que puede deducirse, pero más allá de eso, insisto en que sorprende que ni siquiera pasara un par de días de intenso interrogatorio.

Por ejemplo, me pregunto si el alcalde de El Ejido Juan Enciso puede sostener que no le sorprendía el altísimo nivel de vida de su interventor, José Alemán, con un sueldo tan ridículo como el que tenía en relación a su cargo. También me pregunto cómo es que el alcalde aparece en un momento tan tardío de la investigación judicial, cuando la lógica indica que debía ser o consentidor o partícipe de estas presuntas irregularidades.

Llama la atención que el único que sale haciendo gala de un podría económico fuera de lo común es Alemán y nunca el resto. Si Enciso delinquió sería por dinero pero éste no se ve ni en el informe fiscal ni en las escuchas telefónicas. Si Galán o el empresario José Amate pagaban altas comisiones ilegales a Alemán por recibir adjudicaciones sería porque estas les iban a reportar grandes ingresos, pero esos ingresos por esos servicios no se ven por ningún sitio.

Me pregunto cómo es que la juez no impone fianza a una persona que podría haber facturado 400.000 euros con una empresa fantasma. O cómo es que sólo impone de fianza a Alemán la décima parte de lo que presuntamente ha cobrado en comisiones ilegales, y un tercio de lo que tiene en propiedades inmobiliarias, admitiendo que podría tener cuatro millones de euros ocultos en algún lugar.

Pero también me pregunto cómo es que Juan Antonio Galán acabó haciendo buenas migas con Enciso, cuando tiempo atrás eran enemigos declarados.

También se pregunta uno si todo el cúmulo de irregularidades y presuntas ilegalidades que salen reflejadas en las escuchas tendrán un posterior seguimiento ante los tribunales. Nos referimos al caso de la burra, o al de las pruebas de la Policía Local, o a la rebaja de sanciones por amistad, o la otorgación de cursos de cocina a cambio de comidas gratis en el restaurante entre otras.

Otras preguntas que alguien debería responder es porqué se deja en su puesto de trabajo para que hagan el plan de saneamiento municipal a los más estrechos colaboradores del interventor, cuyos sueldos excedían un mucho lo razonable, además de otras relaciones extramunicipales que mantenían los tres.

Alguien debería explicar cómo antes el canon de Elsur crecía de un modo brutal en sólo unos pocos años, además aumentaban las subcontratas, y ahora pretenden hacer los mismos servicios con menos de la mitad de personal. Alguien debería responder por esto, pero no sólo el alcalde y presidente de la empresa, también la parte privada de esta mercantil que parece que nunca se enteró de nada.

Otra pregunta es si la investigación en algún momento ha mirado la posible financiación ilegal del Partido de Almería. Las sospechas están ahí, por eso sería bueno saber si nunca se lo planteó la juez, o si se lo planteó y lo descartó por no ver indicios.

Hay más preguntas, seguramente más interesantes, y seguiremos con ellas, pero insisto en invitarles a exponer las suyas y a dar algunas respuestas.

Capitalismo, pero no como lo conocemos / Anatole Kaletsky *

Mientras el mundo pasa de la fase de riesgo vital a la de convalecencia en la crisis financiera, está quedando claro que, pese a no haber sido destruido por la experiencia 2008-2009, el capitalismo global ha sido transformado. La crisis constituyó la cuarta transformación sistémica del modelo capitalista global, comparable a las perturbaciones que siguieron a la gran inflación de los ’70, la gran depresión de los ’30 y el período de inestabilidad geopolítica que culminó con la victoria del Duque de Wellington sobre Napoleón en 1815. El nuevo sistema puede ser descrito como la cuarta versión distintiva del capitalismo; de allí el título de mi nuevo libro, “Capitalismo 4.0”.

El rasgo definitorio de cada transformación previa ha sido un cambio en la relación entre gobierno y mercados, y en la que podría llamarse la cuestión fundamental de la economía política: el balance entre las decisiones políticas basadas en un-hombre-un-voto y las decisiones económicas basadas en una-libra esterlina-un-voto. En el capitalismo clásico del siglo XIX, la política y la economía estaban en esferas distintas, donde las interacciones entre el gobierno y la empresa estaban en gran medida confinadas a elevar los fondos militares y a proteger poderosos intereses establecidos.

La segunda versión, de los ’30 en adelante, se caracterizó por una desconfianza hacia los mercados y una fe en un liderazgo benigno y omnisciente. La tercera, definida por la revolución Thatcher-Reagan, revirtió estos prejuicios. ¿Cuál será el carácter de la cuarta?

Versión presente

La última crisis reveló que los gobiernos y los mercados pueden estar, ambos, catastróficamente equivocados. Esto podría parecer deprimente, pero reconocer la falibilidad de los mercados y las instituciones, lejos de ser paralizante, puede ser empoderante. Implica un esfuerzo por sintetizar política y economía, en vez de presumir una oposición entre incentivos de mercado y justicia social. El capitalismo 4.0 estará marcado por un reconocimiento de que las economías de mercado no pueden funcionar sin gobiernos competentes y activos.

Las teorías de los ’80 suponían expectativas racionales y mercados eficientes y dejaban un rol a la política económica del gobierno: tener la inflación bajo control. Pero si se reconoce a los mercados como imperfectos y sujetos a oscilaciones financieras, los gobiernos y los bancos centrales deben aceptar nuevamente la responsabilidad de administrar el crecimiento y el empleo y de mantener la estabilidad financiera. Toda esta participación en la gestión económica y la regulación financiera podría sugerir que las próximas décadas serán una era de mayor gobierno. Pero es probable que sea lo opuesto, al menos por tres razones.

Nuevos gobiernos

La más obvia es que a los gobiernos se les ha acabado la plata. Por las enormes pérdidas de ingresos tributarios debido a la recesión, los compromisos de gastos hechos por los gobiernos se han hecho insustentables. Segundo, la crisis agravó la desconfianza pública hacia los gobiernos y también hacia los mercados. Por ende, un mayor rol del gobierno en administrar la economía debe ser acompañado por la retirada del Estado de otras áreas para mantener un equilibrio entre gobierno y empresa privada aceptable para los votantes escépticos. Tercero, esta reevaluación de la relación entre gobierno y empresas revelará que los estados no pueden satisfacer las demandas de una sociedad avanzada por salud, educación y jubilaciones; y que el dominio gubernamental de precrisis sobre estos sectores es incompatible con la prosperidad y el crecimiento de largo plazo.

Por todas estas razones, y muchas otras, la nueva era del capitalismo 4.0 requerirá que los gobiernos se expandan y contraigan al mismo tiempo. Esto exigirá una reevaluación de las prioridades políticas a una escala no vista desde los ’80. Para que las deudas gubernamentales sean estabilizadas, los impuestos, los subsidios y los servicios del gobierno tendrán que reformarse. No pueden descartarse impuestos más altos ni subsidios reducidos. El público se verá obligado a aceptar que los ingresos del gobierno son insuficientes para pagar por subsidios a la salud y pensiones. En EEUU, el predominio de estos subsidios es tan extremo que, incluso si todo el gasto “discrecional” del gobierno en áreas fuera de la defensa fuera cero, el presupuesto federal seguiría profundamente endeudado. En Gran Bretaña y Europa, la situación es menos aflictiva porque las alzas de impuestos han sido aceptadas. Pero los compromisos con la atención de salud y las pensiones son más altas que las estimaciones sobre la capacidad tributaria de estas economías en el largo plazo.

La única perspectiva de debate estará en la naturaleza y velocidad de las reducciones en el gasto público. Al trazar nuevas líneas divisorias entre gobierno y empresa, los políticos que apelan a ideologías a priori (sea más gobierno o más mercado) serán desplazados por pragmáticos que sigan el llamado de Roosevelt a una “audaz y persistente experimentación”.

EEUU, Europa, Japón y Australia, en lugar de jactarse de sus superiores modelos socio-económicos y criticar a los de otros países, harían bien en estudiar los éxitos y fracasos de ellos. El mayor desafío es reducir los subsidios a la salud, las pensiones y la educación básica que consumen cerca de 70% de los ingresos tributarios. Estas tres actividades representan ya de 20 a 30% del PIB y del empleo en todas las economías avanzadas. En las décadas que vienen, seguirán expandiéndose mientras las poblaciones envejecen. Para mantener un equilibro será necesaria una mezcla más compleja de financiamiento privado y público.

La educación es el área donde es probable que el aporte privado crezca más rápidamente. En la educación superior, este proceso será impulsado por el predominio de las universidades estadounidenses en todas las ramas del conocimiento. Si otros países quieren ponerse al día, tendrán que reformar sus sistemas para hacerlos comparables con el modelo estadounidense basado en tarifas. Para la educación escolar, las perspectivas son menos claras. La enseñanza primaria y secundaria requiere de compulsión y subsidios del gobierno, así como de consenso social en estándares educacionales amplios. Pero el hecho de que la buena educación beneficia a la sociedad en su conjunto no significa que las escuelas debieran ser manejadas por el Estado.

¿Menos educación?

Casi todos los países del mundo creen estar enfrentando algún tipo de crisis educacional. Bajo estas circunstancias, las mejores esperanzas deben venir de diversos mecanismos y experimentos de mercado, donde las escuelas prueben diferentes enfoques y los éxitos se distingan de los fracasos mediante la prueba y error de las opciones del consumidor.

La salud representa el mayor desafío a las finanzas del gobierno y es el sector donde las relaciones disfuncionales han hecho más daño. Está lejos de ser obvio que los británicos tengan razón en considerar a la medicina como un bien público, que el gobierno debe brindar por igual a todos los ciudadanos, o si debiera ser tratada como en EEUU: como una compra privada, no muy diferente del consumo de alimentos, ropa o vivienda. Pero experimenten o no los votantes una conversión en sus actitudes hacia la enfermedad y la salud, EEUU y Gran Bretaña se están haciendo cada vez más conscientes de que sus sistemas son inmanejables.

La respuesta a la crisis fiscal sería que Gran Bretaña, EEUU y la mayoría de las naciones europeas empezaran a reconocer que los compromisos a los envejecidos baby-boomers sobre pensiones y salud no pueden ser cumplidos. Pero éstas son las subvenciones protegidas por los políticos. Si este ordenamiento de prioridades se mantiene, todos los servicios públicos, aparte de los que sirven a los viejos y los enfermos, se resentirán. Multitudes de empleados públicos perderán sus empleos, muchos más hogares se hundirán en la pobreza y la educación se deteriorará. Los progresistas tendrán que optar: si quieren preservar la educación y servicios públicos decentes para la población laboral, mantener una red de protección social para las personas que sufren genuinas privaciones y si quieren servir a los trabajadores públicos fuera de la salud deberán reconocer la inevitabilidad de una reforma.

La izquierda tendrá que empezar a hacer campaña para que la salud se privatice parcialmente. Por su parte, los conservadores serán los que harán campaña en forma más vehemente para defender la responsabilidad del Estado en la atención de salud, utilizando el inexorable crecimiento de estos gastos como caballo de Troya para subvertir los demás programas de gobierno. En la nueva economía política, proteger la salud estatal será la manera más segura de desmantelar el Estado de bienestar y sólo una de las muchas paradojas características de la próxima era del capitalismo.

(*) Economista y periodista en The Times