jueves, 21 de octubre de 2010

Luces y sombras de una crisis para salir de otra crisis / Antonio Casado

El primer fruto visible de los pactos de supervivencia con nacionalistas vascos (PNV) y canarios (CC) apareció el domingo pasado en Ponferrada, donde Zapatero se permitió ofrecer a sus compañeros de partido una receta para remontar: aplicación de las reformas económicas y movilización de los socialistas ante un eventual retorno de la derecha al poder. El segundo, la aprobación de los Presupuestos para el año 2011 en base a los mencionados pactos. Y el tercero, la significativa renovación del Gobierno que acabamos de conocer.

Mientras las coplas cantan su pérdida de credibilidad, su desplome en los índices de valoración y la caída libre del PSOE en las expectativas de voto, Zapatero saca la cabeza un minuto después de asegurarse un año y medio más de cuerda. En la rueda de prensa celebrada en Moncloa para explicar los cambios en el Gobierno, el presidente escenificó el intento de remontada política y económica que se propone. Desde la estabilidad presupuestaria e institucional. Gracias a sus nuevos costaleros parlamentarios. “Este era el momento de hacerlo”, dijo.

Otra cosa es que lo vaya a conseguir. Empezaremos a saberlo en cada una de las dos paradas controladas que se avecinan: las catalanas de noviembre y las territoriales de mayo. Hasta entonces, Zapatero toma impulso político y trata de nadar contra corriente con la ayuda de sus dos remeros preferidos: Rubalcaba y Blanco, los dos únicos ministros que salen reforzados de esta crisis. Sobre todo Rubalcaba, que consolida en el organigrama el papel de cerebro político que ya ejercía en la trastienda. Ahora también como banda sonora del Gobierno.

Blanco favorito del PP

Piloto y pregonero de un Ejecutivo en fase terminal, si nos atenemos a las encuestas, los climas de opinión consolidados y unos potentes difusores mediáticos de la derecha sin complejos. Atención, pregunta: ¿Cuánto tiempo creen ustedes que va a pasar hasta que Rubalcaba -ahora el listo de la clase que desborda a Zapatero en los ranking de valoración ciudadana y sintoniza con los votantes conservadores- vuelva a ser el ministro del Gal, enredador del 11-M, enterrador del último Gobierno de González y encubridor del caso Faisán?

Ese es uno de los dos puntos débiles de la remodelación ministerial (entran cuatro, salen seis, cambia una y se refuerzan dos). Me refiero a la mayor exposición de Rubalcaba, que siempre fue uno de los blancos favoritos del PP. El otro es la crisis económica, como un yacimiento de malas noticias que parece inagotable. Y podría quemar a los nuevos ministros en dos meses como quemó a los anteriores, ¿o alguien cree que las malas noticias sobre paro, índices de confianza, crecimiento, deuda, etc., se han terminado ya y que, a partir de ahora, la recuperación de la economía será rápida e imparable?

De modo que estamos ante una renovación del Gobierno con acelerador y freno. El acelerador es la recuperación de la iniciativa política gracias a la estabilidad parlamentaria que aportan los pactos de supervivencia y que, al menos de momento, ha descolocado al PP. El freno es la situación económica, de cuya mejora solo tenemos noticia a través del voluntarismo de Zapatero y su confianza en que las reformas decididas (laboral, financiera, servicios) y por decidir (pensiones, energía, educación) serán la palanca de la recuperación.

http://www.elconfidencial.com/al-grano/luces-sombras-crisis-20101020-6534.html

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