Mhanna lamentó el que estos espacios puedan suprimirse tal y como aparecen en el proyecto original ya que, según apuntó, "los viajeros necesitan tanto salas para el rezo como servicios esenciales de alojamiento" dado que, especialmente en la época estival, algunos pasan varios días en la ciudad a la espera de poder cruzar el Mediterráneo.
Así, el imam criticó que el proyecto lleve más de seis años "metido en un cajón" para que ahora "se cierren las puertas" a las necesidades que plantea el colectivo islámico a la hora de realizar su viaje, pese que afirmó comprender las "dificultades" a las que se enfrenta la Autoridad Portuaria para tratar a los extranjeros que utilizan el puerto.
"Cada vez veo más deterioro el vínculo entre la comunidad musulmana y el puerto, y el que se haya rechazado esta parte del proyecto lo veo mal", aseguró Mhanna antes solicitar públicamente a la Autoridad Portuaria "explicaciones sobre por qué se ha prescindido de estas instalaciones".
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