martes, 20 de julio de 2010

La Fundación Cajamar afirma que la elevada tasa de empleo "impide el remonte económico"

ALMERÍA.- El Boletín Económico Financiero que edita el Servicio de Estudios de la Fundación Cajamar ha desvelado en su último número, correspondiente al mes de julio, que durante el primer trimestre de 2010 ha continuado el deterioro de la actividad económica de la provincia de Almería situándose por debajo de la media nacional y ha indicado que la elevada tasa de desempleo en la ciudad "impide el remonte económico de la provincia".

Según explicó la Fundación en una nota, a pesar de los buenos resultados relativos de la campaña turística en la provincia durante el primer semestre, ha proseguido la tendencia a la baja de este indicador, "sin que se observen perspectivas de mejora a corto plazo".

La demanda interna sigue debilitada, con tan sólo algunas muestras positivas como la matriculación de vehículos, que ha aumentado en casi un 40 por ciento interanual (la subida del IVA y la finalización del Plan 2000E matizarán este porcentaje durante el segundo semestre del año), según indicó.

A pesar de esto, advierte de que el consumo continúa sin remontar, entre otros motivos, por el elevado nivel de desempleo, que se ha incrementado, también en términos interanuales, en más de un 17 por ciento, aunque durante el mismo periodo, tanto la ocupación como la tasa de actividad "han experimentado un leve repunte".

El Boletín Económico Financiero que edita el Servicio de Estudios de la Fundación Cajamar ha revelado también que la reducción de salarios a los funcionarios y la subida del IVA a partir de julio, tendrán, "casi con toda seguridad, una repercusión negativa sobre el consumo de las familias".

Del mismo modo, ha apuntado que las políticas fiscales restrictivas de los países del entorno "contribuirán a reducir la demanda externa, por lo que no es improbable que en los últimos trimestres del ejercicio veamos decaer, incluso volver a negativo, las tasas de crecimiento".

Además, el Boletín ha señalado que España dejó atrás la recesión en el primer trimestre de 2010, pero que, sin embargo, "esta excelente noticia se vio enturbiada por las repercusiones que sobre la economía tuvo el episodio de rebrote de la crisis financiera, provocado por el reconocimiento de grandes disparidades con la realidad de la contabilidad pública griega".

En este sentido, el informe apunta que "en un ejercicio de traslación de responsabilidades", los mercados internacionales asignaron a España una elevada probabilidad de impago, en línea con el resto de las economías ahora denominadas como periféricas, y hasta hace poco con el menos elegante acrónimo de Piigs (Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y España).

Este viraje en la valoración del riesgo provocó un repunte del diferencial entre los bonos español y alemán, generando un encarecimiento de la deuda nacional, tanto pública como privada.

Durante el primer trimestre del ejercicio, el consumo interior volvió a tasas intertrimestrales positivas, concretamente a un 0,7 por ciento y en esta ocasión, tanto el consumo de los hogares como el de las Administraciones Públicas contribuyó al crecimiento de la magnitud (0,5 y 1,4%, respectivamente).

Por su parte, la demanda externa siguió manteniendo una contribución notable al Producto Interior Bruto (PIB), aunque con menos intensidad que en el trimestre anterior. La única componente que, según la publicación de la Fundación Cajamar, aún restaba era la formación bruta de capital, que retrocede en conjunto un 2,7 por ciento, con todas sus componentes en terreno negativo, incluida la inversión en bienes de equipo.

De cara al segundo trimestre de 2010, la mayor parte de los indicadores señalan hacia una aceleración de la actividad, aunque de manera más acusada por el sector privado. Igualmente, los indicadores de confianza fueron mejorando de manera general entre enero y mayo.

El déficit de la balanza comercial española volvió a crecer en el mes de abril, impulsado por un mayor incremento de las exportaciones que de las importaciones aunque, en el conjunto de los cuatro primeros meses del año, las ventas al exterior mejoraron un 13,8 por ciento con respecto al mismo período de 2009, y las compras lo hicieron un 9,8 por ciento, por lo que parece que el proceso de contención del déficit comercial "continúa, aunque a menor ritmo".

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