sábado, 5 de junio de 2010

Desencanto felipista / Ignacio Camacho

Viene de los toros fumándose un habano soberbio, doble incorrección política que me apresuro en broma a reprocharle. «Espero que mi partido vote al menos en contra de prohibir la fiesta -me responde-; en lo del tabaco ya han perdido todos el oremus. Lo último que me imaginaba era que nos íbamos a convertir en prohibicionistas». Su partido es el Socialista, que se resiste a abandonar por respeto a sí mismo y a sus convicciones, aunque ya no participa en política.

«Ni siquiera me llaman, como son tan listos creen que los veteranos no tenemos nada que decir». Fue un político de jerarquía en el felipismo, electo con mayoría absoluta, «lo que por cierto no ha conseguido nunca Zapatero. Pero ya no existimos. Esta gente no escucha. Te juro que a veces me he aguantado las ganas de votar al PP, lo que por otra parte no es difícil porque si este Gobierno es malo, como dice Griñán, la oposición no le va a la zaga». Respira decepciones y se deja provocar con gusto.

-Sí, mucha gente me dice que nos echa de menos. Vosotros mismos, los periodistas, deberíais entonar la palinodia por las críticas que nos hacíais. Claro que nos equivocamos, como todos, pero por lo menos sabíamos gobernar. Esto es un desastre. Sólo están atentos a las tonterías, a los gestos de ideología superficial. Y eso vale mientras la economía va bien pero cuando se tuercen las cosas, o sabes tomar decisiones o te estrellas, que es lo que está pasando. El ridículo no lo haces equivocándote, lo haces dando palos de ciego, mostrando que no tienes ni idea, que es lo que la gente percibe. Es que tú miras al Gobierno y te preguntas: ¿pero estos tíos dónde han aprendido política?

-Pues... en el partido que les dejasteis, ¿no?

-Eso es lo malo. A veces algunos de mi época nos reunimos a comer y nos preguntamos en qué partido hemos militado. Quizá debimos hacer algo mal, creímos que los que venían detrás iban a prepararse primero. Nuestra generación había estudiado carreras, había trabajado por su cuenta antes de hacer política, o a la vez, y ahora ves a chavales que han dejado los estudios y a los veintipocos son concejales, y de ahí subiendo. Claro, eso se acaba por notar; para gobernar hay que saber cosas, estar preparado. Fíjate en Griñán: dice en la investidura que hay que priorizar la educación y se rodea de treintañeros que apenas han acabado el Bachillerato. El otro día me decía un compañero que en este partido los que saben leer y escribir acabarán dándose de baja...
-Menudo cabreo tienes.

-No es cabreo. Es pena. El PP acabará ganando por incomparecencia nuestra, y el PSOE va a quedar hecho un solar, arrasado para ocho o doce años. Luego se quejan de que Felipe les dé toques, pero...

-O sea, que lo de rectificar a diario es de necios sí iba por el presidente...
-Noooo, qué va. Este presidente no rectifica a diario, rectifica varias veces al día...

www.abc.es

No hay comentarios:

Publicar un comentario