domingo, 13 de junio de 2010

Afilamiento de cuchillos en el PSOE de Almería

SEVILLA.- La dimisión, inesperada, del concejal socialista y candidato autoproclamado a la Alcaldía de Almería, Antonio Cantón, y la salida del parlamentario andaluz y ex consejero de Innovación, Martín Soler, de la presidencia del PITA (Parque de Innovación y Tecnología de Almería) reflejan el afilamiento de cuchillos que se vive dentro del PSOE de Almería, según dice hoy 'Diario de Sevilla'.


La ya no disimulada crisis (negada por todos) se abre paso en medio de una cada vez mayor brecha entre la dirección provincial, dirigida por Diego Asensio en la secretaría general y Martín Soler en la presidencia, y la dirección regional. La resaca del congreso de marzo se deja sentir, y de qué forma, en la provincia de Almería.

La salida de Soler del Gobierno andaluz, no exenta de polémica, marcó un antes y un después de una serie de movimientos que han acabado con el cese de una buena parte de los padres de la renovación en Almería, encabezados por el propio ex consejero, el responsable de Veiasa, Antonio Llaguno y el ex delegado de Vivienda en Almería Luis Caparrós.

A ellos se ha sumado esta semana la apuesta de la dirección provincial a la alcaldía de la capital, el empresario Antonio Cantón y la marcha-dimisión-cese de Martín de la presidencia del PITA.

Los acontecimientos parecen matemáticamente calculados. José Antonio Amate, portavoz municipal y crítico con la dirección, sale a los medios con unas declaraciones demoledoras contra el que fuera su abanderado en las municipales. Lo acusa, sin cortarse un pelo, de no ser la persona más adecuada para encabezar la lista por Almería, debido a su vinculación con empresas de hostelería y de la construcción.

Nadie de la dirección sevillana lo reprende por ello, aunque sí se pide "lavar los trapos sucios" desde dentro. La calma regresa al grupo municipal y al partido, aunque de forma ficticia. Se conoce que se ha encargado una encuesta para conocer el grado de conocimiento de los posibles alcaldables, mientras la dirección provincial insiste en Cantón.

Transcurre un mes y llega a Almería el secretario de Organización regional Rafael Velasco. Es viernes, 4 de junio. Come con el secretario general y viajan juntos a Albox a inaugurar la nueva sede de este pueblo. La normalidad es aparente, incluido el fin de semana. El lunes 7, Diego Asensio convoca una rueda de prensa. La crisis ni se menciona, como tampoco los cuatro nombres que se han puesto sobre la mesa para ser candidatos a la Alcaldía de la capital: el propio concejal Antonio Cantón; el también edil, Juan Carlos Pérez Navas; la presidenta del puerto, Trini Cabeo y el secretario de la agrupación local y presidente de la Diputación, Juan Carlos Usero.

Una hora después el propio Cantón remite una nota escueta a los medios en la que afirma que se marcha, que no es compatible con José Antonio Amate, que no aguanta más. Desde la dirección se asegura que la visita de Velasco no tiene nada que ver, aunque otras fuentes apuntan a que en la comida que mantuvo con Asensio quedó claro que el regional no apostaba por Cantón, extremo este que la dirección provincial niega.

Dos días después Martín Soler remite una carta a los medios en la que anuncia su marcha de la presidencia del PITA. Han pasado tres meses desde su salida de la consejería y en este tiempo ha convocado una reunión del Consejo de Administración y la firma de un convenio con la Cámara de Comercio". Su marcha, según sus palabras, tiene que ver con su cese de la Consejería de Innovación.

"Creo, dice, que es conveniente que sea el consejero correspondiente quien ejerza la presidencia del Parque".

Claro que hay una segunda lectura. Esta pasa por la invitación que desde la Consejería se le hace para que deje el organismo. Entendida esta como un paso más en el posicionamiento que se vive dentro del PSOE de Almería, en la que la dirección ve como desde el regional se toman decisiones muy diferentes a los planteamientos que se hacen desde esta provincia.

Tal es el grado de ruptura que, todavía por lo bajo y sin medios por delante, ya no hay empacho en criticar al regional y sus decisiones. Por contra, aquellos que se han situado al lado de los actuales dirigentes regionales apuestan de forma clara por un nuevo rumbo y mayor celeridad y visualización de los cambios.

El punto de ebullición al que se ha llegado es tal, que son pocos los que aventuran una retirada de la actual dirección provincial a sus cuarteles sin plantear batalla. Muy al contrario. Cuando este concepto sale a relucir en comidas internas en las que se busca la normalización, lo que aparecen son los cuchillos de guerra más afilados que nunca.

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