domingo, 17 de enero de 2010

Perfiles de Juan Enciso, alcalde encarcelado de El Ejido

ALMERÍA.- Juan Enciso Ruiz, un empresario agrícola de 60 años, tan tosco como astuto, ha pasado casi una tercera parte de su vida como alcalde de El Ejido, la ciudad-invernadero que convirtió en su razón de ser y en origen de su fortaleza política. Su controvertida carrera como regidor, que inició en 1991 de la mano del PP, partido del que se marchó en 2005 para fundar la formación personalista Partido de Almería (PAL), quedó suspendida -nadie se atreve aún a darla por acabada- el pasado octubre. Tras cinco horas de interrogatorio, la jueza Montserrat Peña le envió a la prisión de El Acebuche acusado de encabezar una trama que supuestamente malversó 150 millones de euros de las arcas municipales durante al menos seis años, se escribió entonces en 'El País'.


Los ejidenses recurren a una frase habitual en las localidades afectadas por la corrupción: "Esto se veía venir".

“Un bravucón, brusco, muy soberbio, complicado en el trato y árido”. Así definen fuentes políticas consultadas por El Confidencial a Juan Enciso, El Chato, alcalde de El Ejido desde 1991, detenido en la Operación Poniente por presunto blanqueo de capitales. “Es una persona impulsiva, en algunos momento un pedazo de pan y en otros un huracán, un huracán imparable, un río desbordado, pero luego vuelve a la calma”, señala un antiguo colaborador suyo.

Enciso, nacido en 1950, rige uno de los municipios más ricos España, situado en la comarca más próspera de Andalucía y gana elecciones con claridad. En los últimos comicios consiguió 15 de los 25 concejales de la corporación municipal.

Pese a su talante autoritario y en ocasiones volcánico, Juan El Chato, hijo de una de las familias más antiguas de El Ejido, ha sabido cultivarse una imagen de hombre del pueblo.

Ese carácter populista casa muy bien con la mentalidad de sus vecinos, agricultores acostumbrados a ganarse la vida con sus propios medios y con un finísimo olfato para los negocios. La gente del campo le ha otorgado una mayoría absoluta tras otra.

Pero el mes de febrero de 2000, El Ejido y Enciso se convirtieron en la vergüenza de España en todo el mundo, cuando la ciudad fue escenario de una ola de violencia racista, ocurrida después del asesinato de dos agricultores y una mujer a manos de inmigrantes marroquíes.

En aquellos tres días de furia, en los que grupos de vecinos autóctonos atacaron a todo cuanto sonara a extranjero, especialmente a magrebí, se hizo célebre una frase del alcalde: "A las ocho de la mañana todos los inmigrantes son pocos, a las ocho de la tarde, sobran todos".

Este discurso duro del "nosotros" contra "el otro" tuvo éxito: en las elecciones generales de marzo de 2000, el PP, partido de Enciso obtuvo un 63% de los votos en El Ejido.

Los repetidos éxitos electorales hicieron que Enciso, junto a su mano derecha, José Añez, intentara el asalto al PP provincial. La crisis acabó con la salida del regidor de las filas populares cinco minutos antes de su expulsión. Enciso fundó el Partido de Almería, una especie de GIL de los invernaderos, y siguió arrasando. Eran los años en los que el Ayuntamiento de El Ejido traía a tocar a los Rolling Stones y la construcción marchaba casi al mismo ritmo que la agricultura.

"Las campañas electorales del PAL eran alucinantes, mientras los otros partidos regalaban rosas o insignias como mucho, Enciso montó de la nada sedes en todos los pueblos y sus azafatas repartían sombreros, camisetas, de todo. Además, los afiliados del PAL nunca pagaban cuota", afirma un representante vecinal que no quiere dar su nombre.

También eran los años de las bodas de lujo de miembros de la trama, como el eterno interventor accidental, José Alemán. Su enlace con Isabel Carrasco, funcionaria municipal, se celebró en el hotel Ritz de Madrid a 400 euros el cubierto y con vuelo incluido para los invitados, según varias fuentes que asistieron a la ceremonia. Alemán, en funciones desde hace más de 20 años, es considerado por todos como el cerebro de la trama.

¿De dónde salía tanta riqueza? La Operación Poniente parece estar despejando las dudas. La empresa Elsur, encargada de los servicios básicos municipales, y participada en un 30% por el Ayuntamiento y en un 70% por Agua y Gestión, filial de Abengoa, subcontrataba obras a socios de Enciso. Las facturas que presentaban estos socios, entre ellos el propio ex director de Elsur, José Amate, iban infladas hasta el ridículo.

Ya es famosa la baldosa de la Plaza Mayor cuya reparación costó 2.100 euros o la compra de una máquina quitanieves en una ciudad que ve nevar una vez cada 50 años y que ahora supuestamente descansa en una finca de Enciso en la Alpujarra. La plusvalía por las facturas falsas supuestamente acababa en los bolsillos de los imputados. Mientras tanto, el Ayuntamiento subía a los vecinos las tasas municipales.

Las irregularidades que han dado pie a la investigación judicial, que continúa abierta, se denunciaron en un anónimo dirigido a la Inspección de Hacienda y en dos denuncias de Izquierda Unida y del Partido Popular en febrero de 2007. En esas denuncias también se relata cómo Enciso utiliza el Ayuntamiento para reclasificar urbanísticamente fincas de su propiedad.

Estas irregularidades, conocidas entonces, no impidieron que el PSOE pactara con él para poder gobernar la Diputación almeriense. Ahora tanto los socialistas, como el PP, partido que lo tuvo de alcalde 16 años y medio, hacen como que no lo conocen.

Enciso, cuya abuela la asesinaron en la Guerra Civil por “ser roja” en el pueblo de Berja, situado a 20 kilómetros de El Ejido, maneja en el Ayuntamiento un presupuesto anual de 110 millones de euros. En 2005 fundó el PAL (Partido de Almería) y se alió con el PSOE para parar el crecimiento del PP en la provincia.

Fue el colofón a un sinfín de desencuentros con el que era su partido. La relación personal con su antiguo jefe, Javier Arenas, presidente del PP-A, tuvo también sus momentos dulces. Arenas llegó a proclamar en el Círculo Cultural Recreativo de El Ejido que Enciso era “el mejor alcalde de España”.

Los continuos órdagos a la dirección regional del alcalde de el Ejido acabaron con la expulsión del partido en 2005 (él dice que se fue, que no le echaron) y eso que el propio Enciso, populista y con un discurso político antiinmigración, lindando con la xenofobia, se sentía más popular que la gaviota azul. Solía celebrar sus triunfos en los comicios con una tarta en la que figuraba la cara de José María Aznar y la suya.

“Él dice lo que la gente quiere oír en un pueblo hecho así mismo: en apenas 30 años ha pasado de una población de 15.000 a 90.000 habitantes. Le ha dorado la píldora a la gente con un orgullo patrio, local. Aquí la gente está poco formada, con pocos licenciados universitarios, en una sociedad rica que ha conseguido traducir en rentabilidad electoral”, cuenta un vecino de El Ejido, que asegura que Enciso se ha hecho “enemigo” de los inmigrantes.

“¡Esto es Marbella”,”¡Viva la revolución!”, lanzaron tras su detención como proclamas un grupo de vecinos del pueblo. “El problema”, cuenta uno de ellos bien informado es que “continúe siendo alcalde”.

José Alemán, interventor del Ayuntamiento, también detenido, podría ser el cerebro de la trama, compuesta por sociedades relacionadas con la Empresa Mixta de Servicios Municipales SA de El Ejido (Elsur), entre ellas las subcontratas Arborimar, Maviroad o Alcor. Alemán y Enciso son uña y carne. Alemán es el que maneja los cuentas y controla los medios de comunicación locales.

No hay comentarios:

Publicar un comentario