lunes, 23 de noviembre de 2009

La campaña hortícola deja una caída del 2,2% en la producción y el 4,5% en el valor comercializado

ALMERÍA.- La campaña agrícola 2008/2009 arrojó un descenso en la producción bajo plástico del 2,2 por ciento mientras que el descenso del valor comercializado bajó un 4,5 por ciento, según se desprende del análisis elaborado por la Fundación Cajamar, que refleja que los costes medios por hectárea apenas han experimentado cambios de 0,2 por ciento con respecto a la temporada anterior.

La publicación, presentada hoy en rueda de prensa por el presidente de la institución, Juan del Águila y el director del servicio de Estudios, David Uclés, apunta, asimismo, que el sector agrícola almeriense consolidó la lucha biológica, sobre todo en pimiento, hasta llegar a alcanzar las 16.500 hectáreas, al tiempo que resalta las "importantes" iniciativas en favor de la concentración que "se fortalecerán con toda probabilidad por la dureza de la crisis económica".

Defiende, en esta línea, que los impulsores de las fusiones las contemplen "como una sola empresa, eliminando duplicidades y adoptando lo mejor de cada una de las estructuras que se fusionan" para de este modo sortear que, tal y como ha detectado la Fundación Cajamar, muchas de las fusiones de cooperativas agrarias terminen fracasando "porque se hacen desde la filosofía de la mera suma".

El estudio atribuye a las "suaves temperaturas y las lluvias" el descenso de la producción pese a que ha aumentado la superficie bajo plástico cultivada. El aumento más significativo se registró en berenjena, sandía y pimiento, mientras que descendió el área dedicada al melón, y sobre todo, de la judía verde, cuya trayectoria califica de "debacle". El resultado final fue en la campaña 2008/09 que la producción alcanzó las 2,7 toneladas, de las que más de 898.000 fueron de tomate.

En lo que respecta al valor de la producción comercializada, que llegó a 1.321 millones de euros, la Fundación Cajamar alude a un "deterioro" de la rentabilidad de las explotaciones en las que sólo "mantuvieron el tipo" en berenjena, pepino y calabacín. La demanda externa absorbió el 56,5 por ciento de la producción, aunque se vendió un 2,6 por ciento menos que durante la anterior campaña agrícola.

Por productos, la caída más significativa en ventas al exterior fue la del tomate que vio reducida su colocación en mercados extranjeros en un 11 por ciento. Alemania, Francia, Holanda y Reino Unido acusan el descenso que no se compensa con la adhesión de nuevos países a la UE. Las ventas fuera de Europa también cayeron por tercer año consecutivo.

La Fundación Cajamar señala, de cara al futuro, que resulta "imprescindible" que las empresas logren acceder a la información sobre el comportamiento de los consumidores de primera mano, bien sea a través de acuerdos con las cadenas, bien a través de la puesta en funcionamiento de estrategias de venta directa ya que los nuevos hábitos de las familias implican la aparición de "nuevas oportunidades".

Subraya, en esta línea, que el empresario agrícola debe plantear su explotación como una empresa, en la que las ganancias de productividad deberían convertirse en el "elemento director" de la actividad al tiempo que señala, con esperanza, que en la provincia "hay recursos técnicos, humanos y de conocimiento suficientes para que a la salida de la crisis se disponga de un sector agroalimentario mucho más diversificado y sólido".

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