F.D.L.A., de 52 años, mostró conformidad con la pena después de que el fiscal aceptase conmutar la pena de un año de prisión solicitada en el escrito de calificación provisional y no procediese indemnización a la víctima ya que la acusación particular, ejercida por su tío carnal, aseguró que ésta ya había sido satisfecha.
El letrado, con "intención de enriquecerse a costa del patrimonio ajeno", tejió una trama que finalizó con éxito en 2006 pero que se remonta a 1990 cuando decidió no informar a su pariente, y avalista en una operación de crédito, sobre la incoación de un juicio ejecutivo en el Juzgado de Primera Instancia número 2 de Berja contra ellos por el impago de tres letras de cambio a una mercantil.
Según se recoge en la sentencia, "ocultó" este extremo a su tío y, prevaliéndose del "parentesco y su condición profesional", se hizo cargo de las actuaciones y las notificaciones judiciales "sin informarle", lo que provocó que el procedimiento civil se sustanciase en rebeldía y sin oposición alguna por parte de los demandados.
Una vez el juzgado ordenó el embargo de, al menos, seis fincas propiedad de la víctima, así como de otros cinco avalistas, y la ejecución de bienes para satisfacer el pago de una deuda que ascendía a 90.000 euros, F.D.L.A. continuó con su estrategia hasta que el fallo devino en firme.
En marzo de 1997 se produjo la primera de las tres subastas celebradas hasta 1999 para liquidar la operación de crédito suscrita por el acusado con una mercantil y a ellas acudió como único representante legal y administrador de una sociedad que había constituido previamente con sus padres.
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